Robbie Williams y MGK unen generaciones en el Mad Cool
La primera jornada de esta edición de 2023 con estreno de nuevo recinto también hizo disfrutar con The 1975, Lizzo y la aurora boreal de Sigur Ros.
El Mad Cool se hace adulto y saca músculo en su primera jornada de la edición 2023. La séptima edición y la primera en el nuevo emplazamiento, en Villaverde, en propiedad del festival, desplegó ocho escenarios y 185.000 metros cuadrados que empezaron a dar de sí en la jornada de este jueves. Un caleidoscopio de propuestas que vino marcado acento urbano (Lil Nas X, Machine Gun Kelly, Lizzo...) y el chapuzón en la década de los dosmiles (Robbie Williams) que vuelve a generar tendencias en una jornada inicial, tradicionalmente la de prueba y error en lo organizativo, satisfactoria en lo musical.
Chocó la programación tempranera de The Offspring, a media tarde y bajo 30 grados, y chocó aún más ver a Dexter Holland con camisa negra de manga larga. Set cortito (hora y cinco minutos, incluida su versión en el bis del ‘Blitzkrieg Bop’ de los Ramones) pero apertura energética de festival pese a que la gran multitud de fans aun no había terminado de llenar la zona del Madrid Is Life. Empezaron acompañando a la gente hacia la entrada al festival, y acabaron con su tema ‘You’re Gonna Go Far, Kids’ y ‘Self Esteem’, himno entre himnos de aquel revival punk californiano de los noventa.
El público se empezó a desplegar para curiosear por el nuevo recinto, con stands como el de Johnnie Walker en el que es posible, atención, echarse unas canastas entre concierto y concierto. El escenario Region of Madrid fue el refugio para el intenso calor con los sonidos más tranquilos, con Paolo Nutini y The 1975 generando buen rollo, porque la adrenalina volvió a bombearse con Machine Gun Kelly.
Un escenario con tintes industriales cerca precisamente del polígono Marconi con una escalera piramidal prácticamente hasta el techo, elevó al artista lo suficiente como para ser visto por quienes tuvieron que verle muy cerca de las food trucks, más lejos que cerca.
El artista estadounidense lo dio todo, cantando cada uno de sus grandes temas, como ‘My ex’s best friends’, bien secundado por la guitarrista Sophie Lloyd (con la que el realizador del concierto sufrió un crush instantáneo, porque nos la ofreció en mil y una tomas), aunque lo más curioso fue cuando se arrancó a seguir la estela de Metallica y ofrecer una versión relacionada con el país donde actúan. Otra cosa es la elección. MGK se decantó... por el ‘Danza Kuduro’. Inenarrable.
Con Lizzo tomando el testigo de los ritmos más cercanos a la calle, el peso de estos estilos lo asumió en el tramo final Lil Nas X. Ya entrados en la medianoche, apareció y descerrajó ‘Industry Baby’, ‘That’s What I Want’, ‘Old Town Road’… el rapero sacó todo su repertorio de éxitos para no dejar insatisfecho a nadie.
Robbie, tú sí que vales
También hubo terreno para propuestas más de paladar fino y menos festivalero. Los islandeses Sigur Ros se fundieron con el público en una versión menos filarmónica de la que vienen exhibiendo en shows de esta gira en los que comandan el slot principal. Apenas una hora y cuarto de Jónsi y los suyos, casi la mitad de su set ‘largo’, pero con piezas como ‘Saeglopur’ que suenan enormes sin necesidad de la intimidad de un recinto cerrado. Tocaba saltar a Robbie Williams, la gran incógnita. Ver qué tal le sientan los 25 años de carrera. Y hasta las canas le sientan bien “La primera regla del entretenimiento es amar a tu audiencia, dejad que os entretenga”, proclamó el inglés nada más comenzar su set de hora y media envuelto en brilli brilli dorado y un vistoso colgante con un FUCK OFF engarzado con diamantes. Un torbellino en el que confirmó que sigue siendo un showman sin frenos. Tuvo por y para todos. Para sí mismo (”Estoy jodido, pero es por un Covid largo, no porque esté viejo, cabrones”, dijo en un parón) y sobre todo para sus fans. Los/as de su etapa en solitario y también ofreció momentos de sus años de boyband. Sonaron ‘The Flood’ y ‘Do What U Like’ de Take That y hasta una interpretación muy propia, guiñito a Liam Gallagher que actuará este sábado también en el Mad Cool, del celebérrimo ‘Don’t Look Back in Anger’ de Oasis.
Pura diversión para una primera jornada en la que la organización pinchó las dos ruedas en el diseño de los aseos (ubicados en una zona única, en pleno centro del recinto, para miles de personas que generó colapsos e intervenciones de la seguridad privada para evitar avalanchas) pero donde se apreciaron mejoras en la amplitud y comodidad de los principales escenarios. También en los métodos de llegada y salida del festival. Viendo el ejemplo reciente del primer Primavera Sound madrileño, no es poca cosa.