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Quién es Miguel del Pozo, el atleta profesional que se esconde detrás de la vaquilla de ‘El Grand Prix’

Miguel del Pozo, también mascota del Estudiantes, sustituye a la popular vaquilla del concurso, desaparecida por la Ley de Protección Animal. Defiende los colores del club de atletismo de Suanzes.

Quién es Miguel del Pozo, el atleta profesional que se esconde detrás de la vaquilla de ‘El Grand Prix’

Arranca la temporada de El Grand Prix esta noche. Ha acaparado un elenco de titulares tras el éxito del reestreno del año pasado. La esencia sigue siendo la misma a pesar de que la ilustre y famosa vaquilla haya quedado en un segundo plano a consecuencia de la Ley de Protección Animal. No obstante, la productora se puso manos a la obra para conseguir un reemplazo que rinda honor al bovino.

Se trata de una persona disfrazada de vaca, que cumple la función de comodín para el pueblo que decida contar con ayuda en una de las pruebas. Pero ¿quién es la persona que se esconde detrás del disfraz de la vaquilla? Miguel del Pozo, conocido deportivamente por su vínculo con el mundo del atletismo, fue el elegido por el concurso para poner en aprietos a los participantes y repite este temporada.

El madrileño de 41 años, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, defiende los colores del Club Atletismo Suanzes como corredor en la modalidad de 5.000, 10.000 metros o media maratón, y a su vez también explota su faceta como entrenador en la escuela de atletismo de Palomeras, mientras combina su empleo en la empresa Bosch.

“Ni siquiera siento que estoy trabajando”

El concurso puso sus ojos en la figura del atleta, dado que se esconde detrás del disfraz del delfín Ramiro, la mascota del equipo de baloncesto del Estudiantes. Este hecho y su pasión por el programa desde que era un niño fueron los detonantes por los cuales Del Pozo aceptó ser la vaquilla de ‘El Grand Prix’. “De niño me encantaba, pero al ser de Madrid no tengo pueblo. Tampoco hay tanta oferta de mascotas. Nunca me he visto tan capacitado para un trabajo. Ni siquiera siento que estoy trabajando”, dijo el protagonista el año pasado.

“En algunas pruebas, si quiero molestar, puedo molestar muchísimo. En otras, sin embargo, quiero dar con todas mis fuerzas y es más difícil, y eso es un poco frustrante. Por suerte, según avanzan los programas, los equipos van sabiendo mejor cómo elegir los comodines”, concluyó.