Qué fue de Jimmy Jump, el famoso espontáneo con el que el jefe de los Mossos ha comparado a Puigdemont
Este agente inmobiliario, que se dio a conocer por sus constantes irrupciones en grandes eventos deportivos, vive en Alemania tras huir de nuestro país por las constantes sanciones económicas que rebasan los 100.000 euros.
Jaume Marquet i Cot, más conocido artísticamente como ‘Jimmy Jump’, se convirtió en la gran pesadilla de la seguridad privada de grandes eventos deportivos y de masas debido a su capacidad para convertirse en el verdadero protagonista. Algún paralelismo con el expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, ha debido encontrar el comisario jefe de los Mossos d’Esquadra, Eduard Sallent, que ironizó sobre su aparición poco antes del pleno en el que Salvador Illa fue nombrado nuevo presidente. “Su venida ayer se parecía más a lo que hizo Jimmy Jump que a la dignidad que se le supone a un expresidente de la Generalitat”, pronunció.
La vida de este agente inmobiliario de Sabadell cambió por completo gracias a la relevancia pública que cosechó por sus constantes irrupciones en grandes espectáculos. “Me colaba sin entrada, que daba más morbo. Entraba en el momento del partido y me escondía entre aficionados. Pasaba por lugares secretos y después saltaba”, explicó en una entrevista acerca de cómo era su modus operando. Su trayectoria como espontáneo empezó en el año 2002 tras colarse en el Camp Nou para celebrar los diez años de la primera Champions League alzada por el Barça. Una de sus primeras apariciones más mediáticas data de la final de la Eurocopa 2004 donde burló a los empleados de seguridad para finalmente lanzar una bandera azulgrana a la cara de Luis Figo a raíz de su fichaje por el Real Madrid.
La figura de Jimmy Jump también ha estado presente en partidos de Champions League, Eurocopa o clásicos entre Real Madrid y Barça. Esto no es todo, otra de sus ilustres irrupciones fue en la final del Mundial de Sudáfrica donde estuvo a punto de colocar su inconfundible barrutina sobre el trofeo dorado que ganó España en aquella edición, pero la seguridad del Soccer City le interceptó.
Este popular espontáneo también tenía como objetivos irrumpir en grandes eventos deportivos como el Gran Premio de Fórmula 1 en Montmeló, donde fue capaz de atravesar el paddock del circuito para ponerse a correr por una parte de la pista. De hecho, Jaume aseguró en una entrevista que este episodio es del que más se arrepiente de todo su elenco de aventuras como espontáneo. “Es demasiado peligroso para mí y para los pilotos y, sinceramente, me arrepiento”, expresó. También detuvo la final de Roland Garros entre Federer y Söderling en 2009 colocándole su famoso gorro al célebre tenista suizo.
Sus otros objetivos: Eurovisión, Premios Goya…
Daniel Diges, representante español en Eurovisión 2010, no ostenta un buen recuerdo de Jimmy Jumpy y seguro que sigue acordándose de él, ya que este aprovechó la actuación del artista para promocionar su página web mientras simulaba ser uno de los miembros de la coreografía. Lógicamente, la policía noruega le detuvo y paso aquel fin de semana en el calabozo hasta que fue puesto en libertad, pero con una multa de 1.800 euros.
De nuevo, la figura de este ciudadano catalán estuvo presente en la vigésima quinta edición de los Premios Goya donde tuvo la oportunidad de ensalzar a todos los espontáneos de nuestro país en el momento que la gala iba a anunciar la identidad del galardonado como mejor actor. El Estadio Olímpico de Berlín fue su último objetivo como saltador y desde ahí tomó una drástica decisión que hizo cambiar su vida.
Una nueva etapa lejos de España
Jaume también tuvo su oportunidad en el gremio de la política como cabeza de lista del partido Coordinadora Independiente Radical Calderina (CIRC), una formación caracterizada por sus valores antieuropeos, pero finalmente este desafío no prosperó tras el poco apoyo recibido. Sin embargo, el saltador más popular de las últimas décadas tuvo que huir de España por problema económicos motivados por las reiteradas multas por sus irrupciones mediáticas, cuyo cúmulo superaba los 100.000 euros.
Alemania, exactamente la ciudad de Berlín, fue el lugar en el que empezó a forjar su nueva vida hasta que caducasen las sanciones interpuestas por parte de las administraciones públicas. “Tuve que irme por todas las multas que tenía. Me pensaba que sería solo un tiempo, pero Berlín me gustó. Pero todas estas multas caducan y muchas ya han prescrito, seguramente ya podría volver”. Allí trabaja como jardinero, aunque no renuncia a colarse en los eventos que puede. Claro que, ya no es lo que era y ha abandonado su actividad principal por las normativas que impiden a la realización mostrar a espontáneos interrumpiendo eventos deportivos.