¿Por qué se toman 12 uvas en Nochevieja 2023? Origen, significado y leyenda del ritual de Año Nuevo 2024
Las teorías sobre acompañar las campanadas con fruta van desde una importación aristócrata hasta el improbable excedente de agricultores alicantinos.
Suenan los cuartos y comienza la tensión. Hay quien ya se pone la primera uva en la boca. Hay quien incluso mastica la primera pieza del racimo. Otros prefieren esperar hasta que suena la primera campanada para iniciar el ritual. Otros eligen alternativas a la fruta (pelada, despipada o al natural), pero es difícil encontrar un hogar con españoles en que no se cumpla el rito al cambiar de año comiendo uvas durante las 12 campanadas. ¿Por qué? Eso es más difícil de confirmar cuando ni siquiera se sabe por qué son 12.
La tradición de dar la bienvenida al año con 12 uvas no es tan antigua ni tan clara. El historiador Israel Viana recoge en ABC diversos testimonios y archivos repartidos en el tiempo y en el espacio de España. Algunas teorías recogen testimonios de cenas de Nochevieja con la fruta a finales del siglo XIX. A veces eran 3 uvas y otras 12. Al principio, se decía que lo traían aristócratas que brindaban con champagne y habían, en teoría, importado la novedad desde Francia o Alemania. De aquella celebración elitista hay quien dice que algunos madrileños de clases menos acomodadas trasladaron su imitación a la Puerta del Sol, donde ya en 1906 se conocen reuniones de comedores de uvas en el kilómetro 0 de España. Los tinerfeños ya se habían adelantado en 1903, según las crónicas de los diarios locales.
El improbable excedente de uvas en Alicante
En los últimos tiempos la hipótesis más extendida era que unos agricultores de Alicante aprovecharon el excedente de uvas para crear la leyenda de las 12 uvas. Pero hay algo que no encaja. «Con los medios que había en la época, llegar a finales de año con uva fresca era muy difícil e imposible que se llegase a tener abundancia o excedente», aseguró a EFE Luis González, director del Consejo Regulador de la Denominación de origen Uva de Mesa embolsada de Viñalopó. Si entonces ya había pocas cosechas y no había racimos para regalar hay que destacar la opción.
A pesar de todo, todo apunta a que Alicante es el germen de la costumbre. En esta comarca es donde más tradición hay de viñedos de uva de mesa y, según algunos veteranos lugareños, se contaba que un hombre guardó algunas de estas frutas para celebrar la despedida del año como algo especial. ¿Empezó la tradición de las 12 uvas en Alicante? «No hay constancia, pero a partir de ahí, pudo funcionar el ´boca a boca´ y se puede hablar de la generalización de la costumbre a partir de los años veinte, más aún hacia los años cuarenta, que coinciden con la puesta en marcha de la técnica de embolsado de racimos, que permite retrasar un mes el proceso de maduración de la uva», reconoce el experto y conocedor de la zona Luis González.
Con todo, el nuevo hábito se extendió con rapidez por toda España a principios del siglo XX. Y de allí a todos los lugares a los que han emigrado desde la península ibérica. No es difícil encontrar a gente comiendo uvas con el nuevo año desde Argentina a Puerto Rico. Pegados al televisor se unen a una tradición desacompasada por la geografía y los diversos husos horarios. En algunas zonas de Latinoamérica y Portugal se opta por otras uvas: las pasas.
¿Por qué son 12 uvas?
Si el origen de la leyenda de las uvas es una incógnita el del número 12 genera también dudas. ¿Se debe a recibir los 12 meses del año? ¿Es porque suenen 12 campanadas añ dar las 12 de la noche? Nadie lo sabe con certeza. Y puede que todas las teorías sean ciertas y falsas a la vez. Para aclararlos sería bueno que su origen no fuera tan confuso.
Por qué se toman las uvas en Nochevieja
Entonces, ¿por qué se toman las uvas antes de Año Nuevo? La superstición refleja diversos beneficios: abundancia, salud, felicidad, buen augurio... ¿Funciona comer 12 uvas al son de las campanas? Tanto como comer lentejas, vestirse de rojo o meterse dinero en los zapatos. Igual que ha cuajado este ritual podría haberse establecido otro. Ni siquiera existe un protocolo claro para la leyenda de las 12 uvas. Ya lo escribió el escritor y periodista Luis Taboada en 1887: «Se las va cogiendo una a una, y sin quitarles el rabillo se comen todas a la vez, inclinando la cabeza al lado derecho. Con esta sencilla operación se consigue un año de felicidades. Otros dicen que no hay tal cosa, que las uvas deben comerse de pie, una tras otra, sin respirar. Y que al tragar la última es preciso dar una vuelta de vals y después acostarse. En esto de las uvas se ven cosas muy raras».