HISTORIA

¿Por qué se les llama ‘bolos’ a los toledanos y cuál es el origen del apodo?

Esta palabra, muy usada para conocer a los habitantes de Toledo por toda España, tiene una historia con varias versiones sobre su origen.

Toledo, una ciudad con mucha historia.

Toledo es una de las ciudades con más historia de la geografía española. Con una larga y rica leyenda, hasta llegar a nuestros días, la localidad castellanomanchega ha pasado por las manos de romanos o musulmanes. Anteriormente conocido como ‘Toletum’, el municipio es uno de los más conocidos de España.

Sus ciudadanos cuentan con el gentilicio de ‘toledanos’ o ‘toletenses’. Además, hay un apelativo con el que se les conoce más allá de sus fronteras. Ese apodo lleva el nombre de ‘bolo’. Este reconocimiento cuenta con una larga historia y muchas versiones. Nadie se pone de acuerdo por el nacimiento exacto de este nombre.

¿Por qué se les llama ‘bolos’ a los toledanos y cuál es el origen del apodo?

Esta palabra, una de las más conocidas de la zona, cuenta con varias historias. La más antigua data del siglo VI. En 589, se celebró el III Concilio de Toledo, donde el rey Recaredo tuvo que abrazar la fe católica y abandonar el arrianismo. En el momento en el que se le tomó juramento, al ser cuestionado sobre su deseo de unirse a esta religión, el monarca contestó: “Ego volo” (Sí quiero).

Sin embargo, aunque sea la más antigua, no es la más reconocida. Esta es la versión originada en el siglo XIV. El arzobispo de Toledo de la época, Gil Álvarez de Albornoz, fue el encargado de fundar el Real Colegio Mayor de San Clemente de los Españoles en la ciudad italiana de Bolonia.

Al crear esta institución y tener un gran vínculo con la localidad italiana, fueron muchos los ciudadanos toledanos los que acudieron al municipio con la intención de cursar sus estudios. Tras regresar, ya como licenciados, y como guiño a la ciudad de donde procedían, se les empezó a denominar con el nombre de ‘bolos’.

Hay versiones del origen de la palabra ‘bolo’ para todos los gustos

A pesar de esto, hay una gran cantidad de versiones sobre el origen de esta forma de referirse a los toledanos, por lo que es imposible saber a ciencia cierta cuál es la verdadera. Según apunta ‘tasioeldetoledo’, este apodo pudo tener un origen vasco. La ciudad toledana contaba con industria de armas, y uno de los materiales con los que se elaboraban era el acero.

Este elemento era proporcionado por las acerías del País Vasco. Además, las muestras de las armas eran unas ‘bolas’ de acero al carbono que en la jerga de dicha industria eran reconocidos con el nombre de ‘bolos’. De esta forma, los habitantes del norte conocían a los de Toledo como ‘la provincia de los bolos’.

Otra explicación también tendría que ver con las armas, en esta ocasión una concreta, la que se conoce hoy en día como ‘machete’. En este caso, D. Luis Orgaz acuñó a esta herramienta con el nombre de ‘bolo’. Esto se debe a que, al ser tan afiladas y al existir la obligación de que los soldados tenían que llevarlos siempre consigo, se acuñó la frase de “no te andes con el bolo colgando”.

La expresión “hacer un bolo” tiene origen en Toledo

Esta palabra ha sido una de las más reproducidas, también en el mundo del arte. Actualmente se expresa, en muchas ocasiones, para hablar de realizar una actuación, ‘hacer un bolo’. Pero, ¿de dónde procede dicha frase? De Toledo, igualmente.

Según la Real Academia de la Lengua Española (RAE), esta frase se refiere a “cada una de las funciones ofrecidas fuera de temporada en distintas poblaciones por una compañía teatral o un artista”.

De hecho, los artistas que procedían de la capital de España, Madrid, según apunta ‘Leyendas de Toledo’, se desplazaban al municipio de Castilla La Mancha para hacer una serie de representaciones. Por lo tanto, se consideraba que se actuaba ‘para los bolos’.