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Pamela Anderson reaparece con un sorprendente cambio físico: “Es libertad, es un alivio”
La actriz canadiense, que reivindica desde hace meses exponerse al natural, ha acudido a una importante gala en Londres sin maquillar y con un moño.
El mito de Pamela Anderson comenzó en una playa y recorrió las costas y los interiores de todo el planeta. Durante los cinco años en los que interpretó a la salvavidas C.J. Parker adquirió una fama que nada tenía que ver con la que había cosechado como portada de la revista Playboy.
La actriz y modelo canadiense estaba por convertirse en una figura de renombre mundial y capaz de condensar para lo bueno, y muy bastamente para lo malo, todos los estereotipos que acarreaba ser Pammy en los años noventa. Especialmente después de la filtración de un vídeo íntimo suyo con su pareja de entonces, el músico Tommy Lee.
Quizá por ello ha decidido romper con una condición estética en sus recientes apariciones públicas. Muestra de ello ha sido la gala de los Fashion Awards de Londres, donde ha irrumpido a sus 56 años en la alfombra roja con un vestido de colores blanco y crema que realzaba su rostro. Una cara que ha decidido no maquillar porque, simple y llanamente, quiere ser ella misma. Si bien hace unos meses confesaba una especie de luto cosmético por la muerte de su maquilladora, ahora insiste en que es un alegato, un grito a su libertad individual. Y coronada con un moño de estar por casa.
“Sólo estoy haciendo las cosas a mi aire”
No se trata de la primera vez que aparece sin maquillar. Se puede rastrear un cercano precedente en el show de Vivienne Westwood en la Paris Fashion Week del pasado mes de octubre, donde explicó los pormenores de su rotunda y espontánea decisión. “No sé, la idea me vino a la cabeza. Estaba vestida en esa ropa tan preciosa y pensé: ‘no quiero competir con la ropa. No voy a intentar ser la chica más guapa de la habitación’”, confesó en la ciudad de las luces.
Anderson, cuya figura ha sido sexualizada hasta la saciedad, decidió entonces romper con una tradición que, considera, no le dejaba actuar a su libre albedrío estético. “Creo que es libertad, es un alivio”, resume ella, que añade: “no necesito un estilista y no tengo uno. No tengo un equipo dedicado a ponerme guapa”. Al fin y al cabo, es mucho más fácil de sintetizar: “sólo estoy haciendo las cosas a mi aire”.