TELEVISIÓN

Orestes Barbero desvela qué es lo que más odia que le digan sobre ‘Pasapalabra’

En su paso por ‘El Hormiguero’, tanto el burgalés como su contrincante Rafa Castaño han coincidido en la expresión que menos les gusta.

Orestes y Rafa, dos de los concursantes más emblemáticos de la historia de 'Pasapalabra'.

Rafa Castaño y Orestes Barbero han sido los protagonistas del último programa de El Hormiguero. Aunque sin haber conseguido el bote, a pesar de las especulaciones que había desde que se confirmó que serían ellos los que asistirían al espacio presentado por Pablo Motos, los dos concursantes han hablado sobre cómo llevan la fama y sobre sus métodos de estudio.

Es difícil abarcar todo lo que se recibe por la calle, sobre todo si es una ciudad mediana. Cuando es algo más dosificado es muy bonito porque puedes atender a casi cada persona, pero cuando no es así casi no puedes hacer ni caso”, ha lamentado Orestes. Sin embargo, el burgalés se caracteriza por mandar saludos y mensajes asiduamente antes de comenzar el rosco. “Intento que esa parte cercana no se pierda”.

Una fama que les ha llegado a raíz de aparecer cinco días a la semana en la televisión y que Rafa no lleva tan bien. “Soy un tío muy tranquilo y trato de ser discreto. No tengo redes salvo Twitter, que lo bueno que tiene es que silencio mucho, porque el hagstag de Pasapalabra es muy tóxico”, ha explicado.

Además de las cosas buenas que conlleva el reconocimiento social, los dos han coincidido al señalar qué es lo que más odian que les digan por la calle. “Te asocian a un espacio tan concreto que siempre te preguntan cuándo te llevas el bote, qué tal con Roberto…”, ha comenzado Orestes. “Luego está la fórmula de que te llega un tío y te dice: ‘Por la T…’”, ha apostillado Rafa. “Yo eso lo odio. Y es que ya desconecto. Eso y lo de ‘A por el bote, oe’, que también es de la casa pero es de La ruleta de la suerte”.

Cientas de horas de estudio

Otro de los asuntos que los concursantes han tratado es la forma en la que estudian para poder mantener una imbatibilidad de más de 300 programas en un caso y de casi 150 en el otro. “Yo en la primera fase en la que yo tenía que entrar y Orestes ya llevaba rodaje le eché bastantes horas entre ver roscos antiguos y estudiar. Yo estaba como unas oposiciones, 12 o 14 horas al día”, ha confesado Castaño.

Una cantidad que ha sorprendido a Pablo Motos y que, incluso, ha llevado al sevillano a tener que matizar. “Eso sin fines de semana. Pero también es verdad que había días que no estudiaba o que estudias poco. Lo peor creo que es obsesionarte con esto y sobrecargar la cabeza”, ha añadido.

Una herramienta con casi 104.000 palabras

Para estudiar y acercarse más si cabe todavía al que es el segundo bote más grande de la historia de Pasapalabra (1.942.000 euros), Rafa utiliza una aplicación con definiciones guardadas que tiene la friolera de 103.993 palabras. “No todas son difíciles, algunas son fáciles, que hay que estudiárselas también”.

Por su parte, Orestes secunda también la perspectiva de Rafa. “No dejo que el programa monopolice mi vida fuera. No dejo de hacer ningún plan que me apetezca, no dejo de hacer el resto de mi vida. Estudio Filosofía en Pamplona, que me encanta, y los días que puedo ir a clase o a hacer algún examen voy porque también me sirve para desconectar de ese video por asimilar datos en vacío y te sumerge en la perspectiva de aprender en profundidad”, ha zanjado.