HOGAR

El motivo por el que debes guardar los huevos en la nevera aunque en el supermercado estén a temperatura ambiente

La experta en la organización de cocinas Cristina Ferrer explica por qué debemos refrigerar los huevos y dónde tenemos que ubicarlos en la nevera.

Huevera con diferentes tipos de huevos para probar.

En España es tradición que, nada más llegar a casa de hacer la compra, meter los productos frescos en la nevera. Entre estos alimentos se incluyen, a pesar de no ser refrigerados en los puntos de venta, los huevos, ¿cuál es el motivo?

Según la experta en la organización de cocinas Cristina Ferrer, la razón que está detrás de la colocación de los huevos en la nevera, mientras que en el supermercado se mantienen a temperatura ambiente, tiene que ver con la seguridad alimentaria. Los cambios de temperatura pueden dañar la cutícula del huevo, es decir, la fina capa que lo envuelve por debajo de la cáscara y que lo protege de varios patógenos. Cuando se pasa de frío a calor o viceversa, esta capa se puede dañar, facilitando la contaminación del huevo.

Por esta razón, los huevos están en los supermercados a temperatura ambiente. Si estuviesen refrigerados en los puntos de venta, en el trayecto a casa pasarían a estar a temperatura ambiente, y una vez en casa volverían al refrigerador, lo que provocaría una ruptura en la cadena del frío que podría desembocar en la aparición de microbios y su contaminación.

Esta decisión de los supermercados está justificada, y tiene que ver con la temperatura que hay en los pasillos. “En los supermercados los guardan fuera de la nevera porque allí tienen un termostato de temperatura. El súper siempre va a estar, por ejemplo, a 18 grados. Entonces ahí no va a haber cambios y se va a conservar bien. Pero en tu casa al final pones la calefacción o la quitas, le da el sol a la cocina…”, explica Cristina Ferrer.

¿Dónde hay que poner huevos en la nevera?

Aunque es habitual encontrar las clásicas hueveras en las neveras, no se recomienda guardarlos en ellas, ya que están muy expuestos a los cambios de temperatura al abrir y cerrar el frigorífico. Por ello, se recomienda guardarlos en la zona más fría de la nevera y no moverlos ni sacarlos si no es estrictamente necesario.

En la puerta de la nevera podemos colocar otros alimentos, como salsas, envases de mantequilla o bricks de leche. “A la leche no la afecta tanto el cambio de temperatura porque es un alimento menos sensible. Además, está mejor envasada que el huevo, que al final tiene una cáscara superpermeable”, explica Ferrer.

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