INGLATERRA

Neil Ruddock usó el baño de oro de Saddam Husein

El exdefensa inglés ha narrado en un libro su viaje a Irak, a donde acudió acompañado de dos modelos de Playboy, con una de las cuales se casó.

Neil Ruddock celebra un gol con el West Ham en 1999.

Neil Ruddock, el exdefensa inglés de 55 años, ha publicado una autobiografía donde ha contado los grandes hitos de su carrera y también ha narrado su lado más personal, con anécdotas de todo tipo.

Quizá la más divertida tiene que ver con su viaje a Irak. Y es que el exfutbolista pasó por el Liverpool, el Tottenham y el Crystal Palace, entre otros clubes, y también por el baño dorado del palacio de Sadam Husein.

Según su testimonio, el británico acudió a visitar a las tropas al país con dos modelos de Playboy: Jo Guest y Leah Newman. Curiosamente, con esta última terminó casándose. Allí les llevaron a la antigua residencia del que era jefe del Gobierno de Irak, y tras un recorrido por el palacio hizo una curiosa petición.

La escatológica petición

“Le dije a Leah que me dejara en paz. ‘¿Por qué?’, me preguntó. ‘Porque quiero cagar en el baño de Sadam Husein’. No tuve que decirlo dos veces”, relata el exfutbolista. “Cuando estaba en la mitad del proceso, me sentí solo y le pregunté a Leah si quería entrar y tomarme una foto leyendo el periódico sentado en el baño. Ella aceptó”, agrega.

“Después de lavarnos las manos fuimos a la habitación contigua al baño y, como broma, acerqué a Leah a la cama. Bueno, no fue solo por diversión. Quería ver si ella estaba dispuesta a una pelea rápida, ya sabes a lo que me refiero… Pero no fue así. Cuando salimos del ascensor teníamos alrededor de cien soldados aplaudiendo”, cuenta.

¿El motivo de los aplasos? “Había cámaras de vigilancia en todas partes excepto en el baño, gracias a Dios, y todos pudieron ver mi rápida pelea fallida. ¡Todo lo que puedo decir es que me alegro de que dijese que no! Imagínese tener el vídeo de las relaciones sexuales antes de la primera cita”.

Terminó cediendo a mis encantos, ninguna mujer puede resistirse a ellos durante mucho tiempo, y cuando llegamos a Londres empezamos a salir”, concluye.