Wade, el DJ de Dos Hermanas que ‘revienta’ pistas en medio planeta: “Nunca tuve una mesa de mezclas, practico en directo”
Autodidacta y acercándose al millón de ‘followers’, Juan Carlos Cruz es la gran estrella de la música electrónica en España... y va camino de ser un fenómeno global.


De pinchar “por 25 o 30 euros toda la noche” en Sevilla a tener el caché más alto de todos los DJs españoles y una agenda que le llevará a actuar, sólo entre octubre y noviembre, en Brasil, Estados Unidos y Australia. Es Juan Carlos Cruz, un muchacho de Dos Hermanas con más de 800.000 seguidores en Instagram que detrás de sus gafas de sol revienta pistas allá por donde pisa con sus mezclas contagiosas. Las que ha liberado por los más potentes festivales del planeta (del Ultra Miami al Tomorrowland, por citar dos) y las mejores residencias de Ibiza. Precisamente antes de tomar la cabina en la fiesta de elrow en [UNVRS] se sienta con AS para charlar sobre sus orígenes, su experiencia pinchando en Mestalla antes del Valencia-Athletic del pasado 21 de septiembre y hacia donde se dirige la música electrónica...
La primera ha de ser casi a bocajarro... ¿De dónde viene lo de Wade?
De que jugaba al baloncesto de niño... y me decían Dwyane Wade. Y no sé por qué, porque no tenía ni el mismo tamaño ni la misma manera de jugar (risas).
Supongo que tampoco las enchufaría igual...
¡Menos aún! El caso es que empezaron a llamarme así y cuando comencé a pinchar en los pubs de mi pueblo lo empecé a usar, con 16 años que tenía, me llamaba Deejay Wade, como los clásicos (ríe). Y de ahí, al Wade.

¿Y cómo llega a ese Deejay Wade de 16 años a cerrar ahora fiestas como la de elrow en Ibiza?
Trabajando y teniendo confianza en ti mismo. Y teniendo por supuesto un buen equipo de trabajo que te apoya y rema hacia adelante contigo. También el talento innato. Porque aquí pasa igual que en el colegio. Puedes ser el típico empollón que lo apruebas todo estudiando mucho, o puedes ser el que no estudia pero se lo repasa tres veces antes del examen y saca la misma nota que el empollón. Yo no tengo una mesa de mezclas en mi casa, nunca he tenido. Siempre practico en directo. Y me gusta improvisar mucho en esos directos, por eso creo que es algo innato con lo que he nacido.
Y después entra en la ecuación, supongo, el currárselo.
Llevo pinchando desde que tenía 16 años y ahora tengo 34, o sea, más de la mitad de mi vida en esto. Me crié en Sevilla, en un pueblo que no había cultura de electrónica. Yo he sido de escuchar de crío en el coche de mis padres a Alejandro Sanz, Los Chichos... Tuve que aprender en internet. Todo cambió bastante cuando puede ver a Eric Morillo, con 17 años.
“Ibiza sigue siendo un punto global de encuentro entre deejays y público, una especie de festival diario, como la ruta del bakalao pero non stop”.
Wade, en AS
¿Es el momento que le abrió los ojos?
Hay una discoteca en mi pueblo bastante famosa, que se llama B3 que trajeron a gente como Morillo, David Guetta... hasta a The Prodigy vi ahí. Era una época en la que sonaba mucho electrohouse y fue cuando me dije “hostia, yo lo que quiero es eso”. Yo allí escuché mucho zapatillón. También a través de un amigo, siete u ocho años mayor que yo, que sabía más y me decía “tienes que escuchar a Marco Carola, a Loco Dice, a Luciano...”.
¿Qué pasa con el tech house que ha recibido y recibe tantas críticas?
Los más puristas en estilos más underground siempre lo han criticado mucho. Y ahora más porque probablemente se ha comido al techno... Creo que hay que abrir la mente, hay espacio para todo y para todos los estilos.
¿Cómo es la vida de un DJ?
La gente no tiene mucha idea de que a veces no sabemos ni dónde nos hemos levantado ese día. Me ha pasado que pensaba hasta que estaba en otra ciudad... Despertarme en un hotel a oscuras y darme ansiedad porque tocaba y no encontraba la mesita de noche, claro, acostumbrado a la de mi casa... Me ha pasado y me seguirá pasando, tu mente no sabe ni dónde estás.

Hay lugares que siguen siendo epicentros de la electrónica y el mayor de ellos es Ibiza. ¿Qué tiene para seguir siendo el imán de la fiesta?
Que la gente se reúne aquí para salir de fiesta, para escuchar música electrónica, para que los sorprenda un DJ... para pasar un verano o un fin de semana idílico, mágico. Eso sigue pasando. Es un punto de encuentro global entre público y deejays, lo veo como un festival diario. Como la famosa ruta del bakalao, pero todos los días, non stop.
¿Vivió el tránsito de disfrutar la isla blanca en las pistas de baile a ser estrella desde el escenario?
No, nunca, la primera vez que vine fue a pinchar. Qué va, si no tenía un duro, qué voy a poder venir aquí de fiesta... Mi madre era ama de casa y mi padre policía, éramos clase media baja, diría yo. Y cuando empecé a pinchar cobraba 25 o 30 euros y no por dos horas, ¡por toda la noche! (ríe).
Hace poco le vimos en una experiencia pionera, cuando pinchó una sesión de una hora en plena grada de Mestalla antes del Valencia-Athletic... Y con la camiseta valencianista.
Cuando vivía en Sevilla me gustaba el Sevilla, pero la verdad es que no soy un gran futbolero. No sé si el Sevilla y el Valencia no se llevan bien, no me importa la rivalidad. Vivo en Valencia y allí me cuidan y me miman. Si gana el Sevilla me alegro, si gana el Valencia me alegro también. La experiencia en sí fue curiosa. No era parafernalia ni nada como se ha visto otras veces con otra gente, yo estuve pinchando de verdad. Y con un retardo en el sonido que no veas (risas).
Seguramente algún futbolista estuvo más bailando que calentando...
Seguro, porque además le apreté bien fuerte, recuerdo que pensé que los altavoces iban a tener que renovarlos (ríe)... Como no sabía si alguna vez iba a poder hacer algo igual de nuevo me dije, “esta es la mía”. La verdad es que me trataron genial.
¿Y si llama Sergio Ramos para hacer algo juntos?
No sé para qué me va a llamar, como no sea para hacer unas flexiones... ¡y en eso me gana seguro!
Cerrando y puestos a pedir, ¿dónde le gustaría verse algún día?
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Me gustaría el Main Stage del Ultra y del Tomorrowland. Ya he pinchado en escenarios grandes, pero esos... Con mi estilo musical actual no sé si sería capaz de llegar, porque eso tienes que pinchar otro rollo, pero nunca se sabe... A lo mejor dentro de diez años se lleva otra cosa y ahí estoy... la electrónica va por etapas, ¿sabes?
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