Teo Lucadamo: “Nunca he querido que se me asocie con la carrera de mi madre”

El dilema del rapero blanco. Uno acomodado, privilegiado y blanco. Esa es la condición que Teo Lucadamo (24 años) ha plasmado, reconocido e incluso personificado, de lo que representa un conflicto cultural y racial de apropiación de un estigma. Ese rapero blanco que se cree “negro”. Ese chaval que hace rap siendo hijo de Aitana Sánchez Gijón, que va de la mano de Universal Music Group y que tiene la capacidad y los medios de hacer lo que le dé “la puta gana”. Así nace su último lanzamiento: el disco “El Dilema del Rapero Blanco”.

Un golpe en la escena musical, su primer gran proyecto y su debut en la industria. Una de la que se mofa pero de la que se alimenta. Teo ha creado un concepto, una crítica y un detonante de debate, pero lo que le interesa es sugerir. Que sus canciones se escuchen, y que la gente le escuche. Porque escuchar no es lo mismo que oír, y la música del mayor de los Lucadamo pretende ser el cauce de su expresión, de sus sentimientos, aunque a veces no lo consiga. A veces absurda, “una movida mía”, pero que sin duda genera dilemas, reflexiones y alguna carcajada en quien la experimenta. Teo comienza a construir su propio camino, con su propia firma, aunque vaya impulsada de una multinacional. Porque hace rap, su rap, porque quiere y puede, no por apropiarse de la cultura.

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El Dilema del Rapero Blanco, tu álbum debut, catorce nuevas canciones que tienen diversos mensajes y ritmos, pero que en cierto modo tratan de responder a un concepto concreto, ¿es una autocrítica? ¿Alguna vez te has sentido un “negro por dentro” por rapear siendo blanco?

Claro, es la movida, ¿no? Por cómo nos llega esta cultura a España, y a mí personalmente, hace que te hagas muy fan de ella misma. Cuando empiezas a adoptar manierismos y a creerte más que perteneces a ella, es cuando piensas que eres un poco eso. Yo creo que eso al final es pura ignorancia, y yo he tenido ese momento. Como decir: ¡buah! Yo formo más parte del colectivo o yo no soy “tan blanco como los demás”. Al final es como un tabú, ¿no? Nadie lo dice, pero creo que la peña se siente así. En mi caso, ahora cuando hablo con algún amigo negro, me hace mucha gracia porque claro, yo me he sentido así y cuando te das cuenta, tomas consciencia y lo ves desde fuera y te da risa.

Tienes una colaboración con Mucho Muchacho, uno de los mayores referentes del rap en España, ¿él qué opinión tiene de este dilema?

A él no le molaba el concepto, no estaba de acuerdo. En un primer momento como que no le moló mucho. Pero bueno es una movida mía, entonces lo que pueda opinar cualquier persona, incluso si colabora dentro del disco, me da igual. El Dilema del Rapero Blanco es una movida para mí.

¿Qué recepción esperas del álbum?

Me gustaría que genere un poco de conversación, sería curioso. Pero realmente lo que me interesa es que las canciones se escuchen, que se escuche el disco. Eso es lo que me interesa de verdad. El concepto ya llega a un punto que es puro marketing, tío. Sí que gracias a él yo he podido profundizar en mis referencias y elaborar un sonido más depurado y menos arbitrario, pero lo que me interesa de cara al público son las canciones. El álbum es una búsqueda individual y personal. Me gusta generar conversación y atraer la atención, pero lo que me importan son los temas.

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En la primera canción del disco haces una dedicatoria a tu primo Simón, ¿qué significa él para que le recuerdes?

Simón, desde finales de 2023 y todo 2024, ha pasado mucho tiempo conmigo. Él me pincha las canciones y me pone las bases. Hemos girado juntos y hemos vivido como toda esta aventura juntos, ¿no? Me ha acompañado en todo el proceso creativo del disco, además de que él y yo tenemos una relación muy muy cercana. Es mi hermano de otra madre. Entonces le quería dedicar el álbum porque me salió del corazón, sin más. No lo pensé.

“El Dilema del Rapero Blanco” tiene una amplia variedad de sonidos, ¿cuáles han sido las referencias o las bases para construir estos ritmos?

Mira, las baterías están inspiradas en Pharrell. Como corta las bates, sonidos secos sin reverb casi, todo muy “chopeado” (cortado), la forma de “samplear” (mezclar)… A mí me gusta mucho “samplear”, es muy divertido. Y en el disco le metí mucho del palo de Timbalanda, de Caña, muy percusivo, pero con mucha musicalidad. Ellos crean ritmos y “grooves” con mucha musicalidad, esos ritmos acelerados, ¿sabes? En cuanto al rap, la parte de Jazz y el R&B me inspiré en Native Tongue, Drive, Soul… Ese rollo.

Eres hijo de Aitana Sánchez-Gijón, no hace falta ni recordar los premios y la trascendencia y éxito que tiene en el mundo del cine español, ¿crees que a veces su fama o su notoriedad te condicionan a la hora de producir música? ¿De querer tener éxito con la música?

Claro, sí. Pero incluso pienso al revés: yo he hecho canciones para pillar un camino propio. Si petan que quede claro que yo las estaba haciendo, eso sí por supuesto, pero nunca he querido que se me asocie con la carrera de mi madre. La autopresión por así decirlo sí que la noto, pero porque va mucho con mi carisma también. Entonces se han alineado esas dos cosas, ¿no? Quien es mi madre y la autoexigencia que me impongo. Pero creo que estoy sabiendo utilizarlas y controlarlas también. A mí me gusta tener el foco de atención y me gusta comunicar. Me gusta que me escuchen, poder expresarme y como estar siempre en la conversación porque siempre tengo algo que decir y aportar. Entonces, yo intento tener una vida al margen de lo obsesivo que puede ser un proyecto profesional así.

Estás en una discográfica, lo cual agiliza y facilita mucho la preproducción, la producción y sobre todo la postproducción, ¿tú compartes ese discurso típico del “rapero” de no venderse a sellos y ser el suyo propio, o eso a ti, de cara al futuro, te da más igual?

Hombre me encantaría ser mi propio sello, la verdad. Pero es que la carrera musical actual requiere una oficina muy grande, sobre todo si quieres facturar y vivir bien de ello. Porque es que si no es un curro muy precario. Ahora “mi oficina” la tiene Universal y estoy currando con gente maravillosa, pero no estoy de acuerdo con lo que es el concepto de corporación y sus valores. UMG (siglas de Universal Music Group) es una corporación chunga como cualquier otra, pero la peña que trabaja ahí me inspira, porque les apasiona la música. Creo que este debate entre raperos para mí es una cuestión también del momento. Del momento que estoy viviendo, de que estoy empezando y se me están ofreciendo unos medios para que pueda impulsarme.

De UMG, cuarto tema del álbum, y crítica original a la discográfica, ¿no te han dicho nada?

Bueno, les hizo mucha gracia. También dijeron: ¡ah, coño! ¿Sabes? Porque vieron la oportunidad de tener una gran comunicación. Este es un pibe que ha venido aquí, que quiere hacer lo que le sale de los huevos, que lo puede hacer, y que tenemos una crítica controladita. Eso está de puta madre para Universal, porque es como un “washng”, un “cool washing”. Y con El Dilema del Rapero Blanco, ya es la rehostia del privilegio para mí. Porque, claro, te contratan y te dejan reírte un poco de ellos, te pagan y te dejan mofarte de ellos. Pero en el fondo controlan un poco su propia crítica. Pero me parece todo muy irónico y divertido. Que te permitan criticar a la industria sin incomodar demasiado también forma parte de todo este dilema, ¿no?

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Este dilema, además de representar un conflicto racial y cultural, ¿es un problema de clase social?

Sí, totalmente. El título largo del álbum es el Dilema del Rapero Blanco Acomodado. Pero quedaba demasiado largo. Entonces, sí que me parece que va estrechamente relacionado con la cuestión económica y social.

En tus canciones haces rimas, metáforas, comparaciones y en general muchas figuras retóricas de una originalidad un tanto satírica, ¿alguna de ellas son reales, o se basan en tu experiencia?

Sí, en algunas sí y en otras no. Me gusta exagerar. Exagerar que soy un poco desastre. Siempre juego a eso. La exageración es para mí una expresión de la realidad. Porque si no la realidad a veces puede ser un poco aburrida. Si tú te centras en un solo detallito pero lo expresas con mimo y con sensibilidad puede ser todo un mundo y un universo nuevo, ¿no? Me gusta trabajar así.

Has estudiado interpretación y arte plástica, ¿Por qué haces música? ¿Qué te impulsa a hacerla?

Pues esa intuición que me guía hacia adelante. En todas las diciplinas hay frustración, y yo con esto de las artes plásticas y la interpretación estaba muy limitado. Cuando descubrí la música como que mi instinto me empujó hacia adelante, y sentí como que en verdad podía hacerla, que no era tan difícil. No sé de esto pero en verdad no parece tan complicado, hacer un pequeño avance y decir ¡buah esto es la ostia! Esa pasión es lo que ha marcado la diferencia para mí. Pero bueno el arte plástico y la interpretación los sigo utilizando.

A lo mejor en la música has encontrado un cauce donde poder expresarte plenamente, ¿no?

Pues no tío. No lo he encontrado. Es que va por momentos, porque yo me expreso plenamente, pero luego me doy cuenta con el tiempo que no termina de ser plenamente. Entonces tengo que ir evolucionando, pero eso me mola también.

¿Crees que en algún momento puedes dejar de hacer música?

Sin sacar temas seguro que sí puedo estar algún tiempo. Pero sin hacer no. Porque tengo las herramientas ahí, ¿cómo no lo voy a hacer? Si tengo el estudio de mis sueños en casa y me llama hacer, crear música, entonces yo atiendo a esa llamada, ¿sabes? Y hay veces que no puedo producir en casa, porque estoy ocupado o lo que sea, pero lo hago en otro lado igual. En el momento en el que yo no pueda hacer música, por la razón que sea, me buscaré otros medios para hacerlo. Yo me voy a levantar un día to’ rayao’ porque la noche anterior me pasó no sé qué y me voy a sacar un ritmo con eso y me lo voy a expresar porque lo necesito. Necesito escucharlo y decir “joder”, me siento así. Me emociona hacerlo porque he conseguido expresarme. Para mí hacer música es muy terapéutico.

El “Dilema del Rapero Blanco”, ¿cómo te ha impactado? ¿Cómo es Teo Lucadamo ahora después de esta primera experiencia?

Pues mucho más consciente. Más humilde, y también más ignorante. Es como que parto otra vez de cero un poco, ¿sabes? A saber a dónde me lleva mi trayectoria ahora, ¿no? Me gustaría hacer canciones más de guitarra. Llevo estudiando años el instrumento pero no termino de poder acompañarme bien todavía con ella. Quiero tocarla bien, como Bob Dylan, poder cantar y tocar la guitarra a la vez. Entonces, yo creo que me va a llevar un poco por ahí la cosa, pero no se iremos viendo.

Proyectas un futuro improvisado entonces

Totalmente. Haciendo música electrónica y tirándome mis rapeos, pero bueno, espero poder hacer cosas muy distintas. Cosas nuevas.

¿Vas a hacer gira?

Sí. Vamos a Valencia, Barcelona, Mallorca, Benidorm, Aranjuez, Murcia… Y para Madrid, fin de gira, con sorpresitas.

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