Entrevista AS

Siudy Garrido llega a Madrid con ‘Bailaora, mis pies son mi voz’: “Es una obra profundamente inspiradora”

La reconocida bailaora de flamenco venezolana charla con AS en los días previos a su show en The Music Station (Príncipe Pío).

Siudy Garrido llega a Madrid con ‘Bailaora, mis pies son mi voz’: “Es una obra profundamente inspiradora”
Débora Paz
Natural de O Porriño, Pontevedra. Graduada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Comenzó su aventura en As en 2017 en el departamento de redes sociales. Tanto te habla del salseo del momento como de fútbol sala.
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Siudy Garrido vive su mejor momento. Y es que la reconocida bailaora de flamenco venezolana celebra sus 25 años desde que fundó su compañía y creó su primer espectáculo original. Lo hace con una ambiciosa gira internacional que recorrerá escenarios de Estados Unidos, Latinoamérica y, por supuesto España. Será el próximo 17 de noviembre cuando la artista despliegue todo su potencial en Madrid, en The Music Station (Príncipe Pío), consolidando así su vínculo con la tierra que la inspiró artísticamente.

Un show que permitirá al público madrileño disfrutar del virtuosismo, la fuerza y la sensibilidad de una de las artistas de flamenco internacionales más aclamadas del momento en América. En la previa a su espectáculo ‘Bailaora, mis pies son mi voz’, Siudy Garrido charla con AS sobre sus inicios, esta fecha tan esperada en su calendario y los artistas españoles que le inspiran.

Han pasado 25 años desde que fundaste tu compañía. ¿Qué sientes al mirar atrás y ver todo lo construido?

Cuando miro hacia atrás, veo una trayectoria construida con mucho trabajo, pero sobre todo con un profundo amor por el arte flamenco y por mi oficio de bailaora, artista y coreógrafa. Tener una compañía propia es un compromiso de vida: sostenerla, hacerla crecer y mantenerla viva durante 25 años —además de haber emigrado a Estados Unidos en 2015— ha sido un enorme desafío. Sin embargo, lo que más me impresiona es sentir la misma ilusión que al comienzo. Aún tengo muchos sueños por cumplir, y cuando miro hacia adelante, veo un camino hermoso por recorrer. La diferencia es que hoy me siento más cómoda y plena en mi propia piel, con una voz clara y firme sobre lo que quiero expresar como artista y como ser humano.

¿Qué recuerdas de tu primer espectáculo original? ¿Qué te impulsó a dar ese paso?

Mi primer espectáculo fue ‘Caminos Flamencos’, y lo recuerdo con enorme cariño. Fue la primera vez que creé música original para mis coreografías, trabajando de la mano del guitarrista Diego Franco, fue un proceso profundamente inspirador. A pesar de lo joven que era, recuerdo tenía muy claro hacia dónde quería llevar cada pieza. Ya en ese momento comenzaba a experimentar con otros géneros: una seguidilla con influencia contemporánea, unos tangos con aire latino y unas guajiras con atmósfera de época. Era una especie de revista que recorría distintos estilos a través del arte flamenco.

Ese paso llegó de manera muy orgánica. Nunca me propuse formar mi propia compañía; desde muy joven ya coreografiaba para la compañía de mi madre y disfrutaba crear y trabajar con otros bailarines. ‘Caminos Flamencos’ nació de una invitación de Disney para presentarme en el Pabellón del Milenio en el año 2000 en Epcot Center, un teatro que acogía artistas de todo el mundo. Fueron 80 funciones representando a Venezuela y España con una compañía iberoamericana. Fue el inicio de un camino que definió mi vocación y mi manera de entender el arte flamenco.

Has sido una artista puente entre América y España. ¿Cómo influye ese cruce cultural en tu forma de crear?

Influye enormemente. Mi amor por el flamenco de raíz siempre está presente, pero es una realidad que el entorno juega un papel muy importante en el artista creador, especialmente en un arte tan visceral y honesto como el flamenco. Soy una bailaora latinoamericana, y esas influencias artísticas forman parte de mi perfil: la musicalidad, la estética y la sensibilidad de este lado del mundo son parte de lo que define mi honestidad y mi verdad como artista.

El flamenco está profundamente arraigado en la tradición española, pero tú lo has proyectado internacionalmente. ¿Qué retos implica llevar este arte fuera de su tierra?

Es muy complicado, porque aún existe mucho desconocimiento sobre el flamenco y su historia fuera de España. Además, vivimos en una era en la que competimos con grandes espectáculos de entretenimiento, lo que exige encontrar un equilibrio entre honrar la tradición y conectar con el público actual. Siempre trato de mantener la esencia del arte flamenco, pero al mismo tiempo busco estéticas que conecten con audiencias más amplias, especialmente con las nuevas generaciones, para enamorarlas y traerlas poco a poco a nuestro mundo. Uno de mis mayores retos ha sido precisamente atraer público joven a mis espectáculos, ya que es fundamental seguir sembrando la afición.

También siento una gran responsabilidad, y siempre he intentado representar el flamenco desde el profundo amor y respeto que le tengo. Procuro rodearme o invitar a mis producciones a artistas que admiro profundamente y que defienden la tradición con absoluta entrega. Creo que esa unión es la que permite lograr ejecuciones equilibradas. Pero, al final, como todo artista creador, también uno debe ser fiel a lo que su corazón quiere contar, y no siempre es fácil mantener ese equilibrio.

¿Qué hace único el show que traerás a Madrid?

‘Bailaora, Mis Pies Son Mi Voz’ es una obra muy personal. Representa la ruta emocional de una creadora que se debate entre su amor por la raíz y la fidelidad a su propia voz, una voz nutrida por múltiples influencias artísticas. Este espectáculo recibió dos nominaciones al Latin Grammy, siendo la primera vez que un proyecto nacido desde las artes escénicas y totalmente independiente fue reconocido en dos categorías por la Academia. Una de ellas, Mejor Video Versión Larga, dirigida por Pablo Croce, narra el proceso de composición musical y cómo una bailaora creadora participa activamente en él, desde la voz interior de la creación hasta sus pies como instrumento percusivo. Esta nominación compartió espacio con grandes figuras de la cultura pop como Rosalía, Romeo Santos y Natalia Lafourcade. Es una obra profundamente inspiradora, con una estética cautivadora y cercana a toda la familia.

¿Qué parte del show dirías que te emociona más bailar?

La verdad, estoy enamorada de esta obra, y como narra un proceso de crecimiento personal, cada escena tiene un significado muy especial. Sin embargo, creo que el solo que interpreto en medio de la obra, un Taranto llamado “Mi Camino”, es mi pieza predilecta por muchas razones. La primera es que está dedicada a mi madre, quien siempre bailó Taranto, su palo favorito, y yo nunca me atreví a interpretarlo por buscar mi propia voz. Al escribir esta obra, quise crear una pieza totalmente diferente, que combinara contemporaneidad con raíz flamenca, con destellos urbanos y latinos que la hacen aún más especial. La música fue compuesta por Juan Parrilla y Manuel Fernández, mientras que la letra fue escrita por Juan Manuel Montoya ‘Farruquito’. Definitivamente, sueño con cada función para volver a ejecutarla.

¿Qué artista español te ha marcado más en tu camino?

Son muchos los artistas españoles que han marcado mi camino. Mis maestros como El Guito, Adrián Galia, Ciro, María Magdalena y Milagros Menjíbar no solo fueron maestros, sino que en su momento también promovieron mi arte. Por ejemplo la primera vez que me presenté en España como figura en un tablao en Madrid, con 16 años, fue en Casa Patas, gracias a El Guito, que insistió en que debía hacerlo. Adrián Galia me invitó en varias ocasiones a trabajar en su compañía como su pareja de baile siendo muy joven, lo que representó uno de los grandes aprendizajes de mi vida.

Uno de mis referentes más importantes, con quien compartí brevemente en su compañía siendo yo muy joven, es Antonio Canales. Para quienes amamos el trabajo de compañía y la evolución del arte, él es un referente esencial y durante todos estos años ha sido muy cercano en momentos claves de mi trayectoria. También Alejandro Sanz, a quien admiro profundamente y con quien he colaborado en varias ocasiones ha promovido mi arte con mucho cariño en cada invitación.

¿Cómo imaginas la compañía dentro de otros 25 años?

Quiero imaginarla girando por el mundo, llevando la bandera de que el flamenco es una arte universal, que España cuenta con un tesoro tan grande que va conquistando corazones por el mundo entero, me gustaría llegar cada vez a mas audiencias jóvenes y seguir trabajando con artistas a los que admiro profundamente. También me gustaría explorar más la danza para cine y seguir realizando obras que conecten y enamoren a mas personas del arte flamenco.

¿Qué consejo le darías a una niña o niño que quiera dedicarse al flamenco hoy?

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Lo primero es ser constante y dedicado, porque el trabajo y la perseverancia siempre dan frutos, más aun cuando vienen del amor a lo que se hace de la verdadera afición y admiración al arte, dejando el ego de un lado. También les diría que eviten imitar y busquen su propia voz, siendo fieles a su verdad, pero siempre desde el estudio profundo. Hoy vivimos en una era en la que todo sucede muy rápido, pero las cosas verdaderamente grandes se construyen con tiempo, esfuerzo y entrega. El flamenco es un claro ejemplo de ello.

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