Rigoberta Bandini canta su icónico tema en un karaoke de Benidorm y deja atónitos a unos ancianos que no la reconocen

Benidorm despide su certamen hasta el año que viene. Han pasado tres calendarios desde que se devolviera a la vida el antiguo festival, renovando su nombre al actual Benidorm Fest y otorgándole la magna responsabilidad de funcionar como una preselección del representante español en Eurovisión. Y desde 2022 no ha hecho sino crecer su popularidad e iconicidad: ha sido —y es— un verdadero altavoz para muchos talentos del país que, tras su paso por la ciudad mediterránea, vieron impulsadas sus respectivas carreras de manera sideral. Fue este el caso de Rigoberta Bandini.

Paula Ribó no era ninguna desconocida, pero en cierta parte fue Benidorm quien tuvo la culpa de revelar su identidad al panorama nacional. La artista debutó como actriz de doblaje con tan solo siete años al convertirse en la voz de Caillou en la serie homónima, participando en otros largometrajes de animación como El viaje de Chihiro, Frozen o Brave, y doblando a grandes actrices como Emma Stone, Shailene Woodley o Elle Fanning. Pero fue la ciudad valenciana la que cambió su vida.

Rigoberta y Benidorm

Participó en la edición de 2022 del citado festival con Ay mamá, arrasando en la semifinal al recibir la mayor puntuación de público y jurado y quedando en un dignísimo segundo puesto en la última fecha. Después vendrían dos álbumes de estudio y el Goya a Mejor Canción Original. Pero todo empezó ahí. En Benidorm. Y allí ha vuelto para interpretar su nuevo tema, Kaiman, en plena final. No lo hizo sola, sino acompañada, además de su prima Belén Barenys, de una banda particular que, en cierta forma, adelantó cuando, para sorpresa de muchos, se personó en un karaoke de la urbe costera para interpretar la canción con la que concursó tres años atrás.

El vídeo de este momento ha corrido como la pólvora por redes sociales debido a lo surrealista de la escena. Ribó interpreta su tema frente a unas personas mayores que bailan eufóricos y algo desacompasados; todo, mientras la cantante aparenta leer una letra que conoce perfectamente.

Así llegó a Benidorm y así se marchó. En la actuación que dio en el Palau, previa al anunciamiento de la victoria de Melody, saltó al escenario con un grupo de mujeres sexagenarias, todas con gafas de sol y vestidas con prendas que simulan la piel del reptil que da nombre a la canción, que simulaban tocar instrumentos.

Una reivindicación ‘antiedadista’ en la tierra donde más fuerte se hace el estereotipo del IMSERSO. Si Paula Ribó cantó contra la discriminación de género en 2022, este año lo hizo contra otro tipo de marginación. Rigoberta Bandini y Benidorm.

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