Paul Thin: “A día de hoy, se sigue pensando que el triunfito es menos músico, y es completamente falso”

El éxito puede ser un arma de doble filo. Puede saciar todos tus anhelos, aspiraciones e ilusiones, pero avivar otros fuegos que antes no divisabas. Pasar por Operación Triunfo, y ser finalista, no solo da un impulso astronómico a cualquier carrera musical, sino que trae consigo una horda de presiones, estereotipos y fans que a veces pasan factura. Paul Thin (Armilla, 22 años) acaba de salir del cascarón. Estrena su primer álbum, Reboot, con toda la ilusión y ambición de quien quiere labrarse un nombre en la industria. Una que le valora especialmente tras sus andaduras en las ediciones de 2023 y 2024 del conocidísimo concurso musical, al que quiere impresionar dando un golpe sobre la mesa.

Mezclando sonidos, beats, y melodías, Pablo presenta un trabajo, que en ocasiones fue “bastante estresante”, con el que inicia su carrera. Esta vez, aceptando la “etiqueta OT” con el objetivo de que le recuerden como a uno de esos grandes “triunfitos”, que son más músicos que prácticamente nadie.

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- Reboot, tu primer álbum, es un golpe sobre la mesa en tu discografía. Tienes una proyectante carrera musical, ¿cómo ha sido el cambio de intentar ganar Operación Triunfo a ser ahora el triunfo?

- La verdad, cuando estás en OT estás como intentando ser la mejor versión de ti haciendo adaptaciones de cosas que realmente no son tuyas. Tú puedes ser buen intérprete y llevar las cosas bien al escenario, pero de repente cuando sales de ahí pasas a crear y a contar tu propia historia. Una en la que puedes experimentar con tus propias referencias. Creo que la mayor diferencia es dejar de ser un intérprete con activos de artistas para ser tú el propio artista.

-Reboot tiene una imagen mental peculiar, como bien dice su título: resetear, renacer. Catorce canciones con ritmos movidos, ciertos aspectos de reggaetón, sonidos electrónicos, pero también melodías acompañadas de letras muy profundas, ¿existe alguna idea que hayas preconcebido que dé cohesión a toda esa mezcla?

- Es verdad que nos dejamos jugar mucho. Reboot es un álbum denso. Al ser tan experimental tuvimos que jugar y jugárnosla con muchos sonidos. Pero sí que es verdad que íbamos con un concepto claro de qué queremos transmitir. Sabíamos por dónde iba a tirar a nivel conceptual, a nivel lírico, pero luego la esencia, por ejemplo, del Drum N Base fue producto de la sesión del momento y no nos lo esperábamos. Como ejemplo contrario, para la escenografía, aunque tuvo mucho trabajo y estuvimos como dos semanas quitando y cambiando cosas, la parte del jazz o los 300 actos estaban claros desde el primer momento. En muchas cosas, íbamos con ideas preconcebidas, casi como con una escaleta de trabajo. Al fin y al cabo, teníamos unos tiempos, como cuatro o cinco meses, para sacar el álbum. Mientras seguíamos preparando las sesiones, yo iba como preproduciendo o guionizando cómo iba a ir todo lo demás. Así que a partir de ese guion y esa escaleta de cómo producir, fue que estuvimos trabajando, aunque luego saliesen cosas que no nos esperábamos.

- En ese contexto de poco tiempo para sacar el álbum, ¿te has sentido abrumado o estresado por las presiones tanto de la productora como por ti mismo?

- La verdad es que bastante, fue bastante estresante. Cuando todavía tienes que labrarte este trabajo y labrarte un nombre en el mundillo, los tiempos de entrega no son los mismos. La gira empieza el jueves y también con esa presión, teníamos un tiempo concreto para hacer el álbum. No fue un pensar: “vale, tenemos la mitad de tiempo”. Fue en vez de tener días de seis horas de trabajo, ha sido tener sesiones de once horas y estar de lunes a domingo en el estudio sin parar. Por ejemplo, para grabar voces como coros tuvimos tal cual tres semanas, los siete días, para poner todo en su sitio. Ya te digo, fue un corto plazo de tiempo, pero también significó dar absolutamente todo de nosotros con muchísimo trabajo y al final acabó saliendo muy bien.

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- ¿El poco tiempo afecta creativamente o artísticamente al producto final?

- Muchas veces como tienes que dejar de lado esa parte tan perfeccionista, creo que de alguna manera puede ayudar a saber soltar y no estar dando vueltas y vueltas todo el rato. Muchas veces no tiene sentido repetir, porque realmente está bien lo que has hecho. Este álbum me ha permitido quitarme un poco esa parte perfeccionista que a veces tengo. En este sentido, el poco tiempo también de alguna manera ha forzado a que no exista un bloqueo creativo porque sencillamente no había tiempo para ello. Muchas veces era como: u hoy salimos con una canción o salimos con una canción.

- ¿Cómo afecta Operación Triunfo en tu carrera? En un futuro, ¿cómo crees que te recordará la gente: cómo Paul Thin o como Paul Thin, artista que casi gana OT?

- Pues yo creo que aquí está el mayor trabajo: el de tener consciencia de que sales de un programa de televisión y al mismo tiempo hacer que esa percepción no consuma todo tu perfil. Hay que tener en cuenta que OT te da una etiqueta que vas a tener siempre, y necesariamente no es mala. Pero si lo es, hay que saber trabajarla. A mí me inspira mucho la forma en la que la han trabajado Bisbal, Pablo López, Aitana, Mimi… Tu si piensas en Mimi, no piensas en OT; pero si piensas en OT, sí piensas en Mimi. Entonces, nunca vas a dejar de ser recordado por venir del programa musical más importante del país, pero sí que hay que conseguir como eso: que si piensan en Operación Triunfo se acuerden de mí, pero si piensen en mí no se acuerden de Operación Triunfo.

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- Y a nivel industrial, ¿cómo impacta?

- Pues se nota bastante. Se nota sobre todo porque cuando sales del programa tienes como ese empuje de fans que, entre comillas, te permite jugártela haciendo cosas que igual si no tuvieses un público estable a lo mejor no se recibiría de la misma forma, ¿no? Y para crear tu propia música, y en este caso para Reboot, yo llegué tranquilo tras OT. Desde el primer momento, dije “no voy a hacer siete singles en este tiempo”. Yo voy a estar trabajando en mi estudio, en mi álbum, tranquilamente, teniendo en cuenta los tiempos que ya nos habíamos puesto, pero únicamente en mi álbum, no con otros proyectos. Cuando sales de Operación Triunfo tienes un montón de fans, pero también un montón de detractores, que te estigmatizan solo por tener el sufijo “OT”. En ese contexto, Reboot es de alguna manera una reivindicación de mi parte artística y sentimental, para que la gente entienda que hay eso: un artista más allá del sufijo de un programa de televisión. Porque a día de hoy, desde 2001, se sigue pensando que el “triunfito” es menos músico, y no es verdad. El trabajo que hay detrás de muchos compañeros, con productoras de vídeo y productoras musicales, es verdaderamente super interesante y profesional. De alguna manera, a veces la labor de los que salimos de OT también es mostrar que hay artesanía en lo que hacemos.

- Volviendo a Reboot, ¿cuáles han sido tus influencias musicales a la hora de confeccionarlo?

- Pues la verdad es que ha habido muchas referencias distintas. Cada canción es tan distinta a la anterior… La idea era pillar como influencias diferentes en cada single. Pero en una vista general del álbum, pues igual se encuentran guiños de Pink Floyd con The Wall, o de The Weeknd, con Moth To A Flame, para la parte conceptual. También de El Mal Querer de Rosalía… A nivel sonoro por ejemplo, a lo mejor me basé en la forma de entender la música tan fluida que tiene Kendrick Lamar, la propia Rosalía o C Tangana. Al final, esa parte más experimental de lo urbano es donde más me he encontrado, pero en realidad ha habido de todo. Desde artistas más indie, hasta el rock inglés de los 70 y 80. Hay de todo.

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- ¿Qué ha pesado más, la influencia anglosajona o la latina?

- Sobre todo la anglosajona. En cuanto a la parte ambiental, ha habido un montón de referencias a Radiohead, a Pink Floyd, como he dicho, y a grupos más de rock experimental. En los sonidos he visto mucho hip hop americano… Pero sí, a nivel español o latino, me he fijado en la forma de trabajar de Tainy, de Rosalía o de C Tangana. También, de forma indirecta, he tenido influencias, que las tengo desde niño, de Sabina o Baute a la hora de escribir las letras.

- Reboot no tiene colaboraciones, ¿por qué?

- Porque preferimos hacer un álbum debut más personal e individual completamente. Sí que lo planteamos, pero dijimos que ya mejor que las colaboraciones vengan en otro momento, a lo mejor con sencillos. Soy consciente de que las colabos cotizan muy bien en la industria, pero Reboot creí que tenía que ser una cosa individual.

- Con todo el buen recibimiento que está teniendo el álbum, el inicio de la gira, y un poco el eco de tu nombre en el panorama musical, ¿qué diferencia hay entre Paul Thin y Pablo Delgado?

- Fíjate, hace tiempo lo veía mucho más dual. Pablo es la persona y Paul es el personaje. Pero ahora me he dado cuenta de que yo ya tenía esta imagen de mí mismo. De alguna manera, yo fui Pablo hasta los 18 años, momento en el que adopté mi nombre artístico, y desde entonces la gente que he ido conociendo me ha llamado Paul. Lo que me pasó realmente es que con esta adopción, en cierto modo maduré. Casi predestinadamente cuando nació Paul Thin, yo maduré: me independicé, empecé a trabajar, fui conociendo a gente nueva… Al hacer tantos cambios al mismo tiempo es como que fui acabando con esa dualidad. Al igual que hablo de reinicio en el álbum, digamos que durante el propio proceso de construcción del mismo noté que no había tanta diferencia entre Pablo y Paul. Sino que simplemente, lo que realmente pasaba era que había madurado.

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