Macaco: “Nunca me ha gustado hacer giros estratégicos ni comerciales, y me han ofrecido burradas...”
Macaco atiende a AS envuelto en la gira que da nombre a su nuevo disco ‘Futuro Ancestral’. Con la ilusión de un niño, pero con la seguridad de que “nadie me ha regalado nada”.


Daniel Crabonell Heras. Cantante y compositor. Barcelona como ciudad natal y el mundo como el lugar a conocer. El alma de Macaco y de todos los proyectos que han definido la persona que es hoy. De las calles de Barcelona a las de Brasil, Venezuela o Cuba.
Macaco estrena su nuevo Álbum 'Futuro Ascentral’ en una nueva apuesta por la personalidad y la “evolución” de lo arriesgado: “Si lanzas canciones como las de este disco es evidente que te cierras puertas”.
¿Qué tal Dani? ¿Cómo estás?
Muy bien. Siempre a tope. No sé qué hago, hay que saber parar y predico mucho eso, pero luego no me lo aplico.
¿Te consideras una persona sincera en las entrevistas?
Pues, sí, sí, sí, creo que soy bastante sincero, a veces incluso demasiado. En la vida muchas veces me paso de sincero y me meto en líos. En eso me parezco bastante a mi abuelo.
Y sí, a veces me he arrepentido de... ¿por qué dijiste esto? Aquí, ¿sabes? Tendría que ser como más estratega, ¿no? Pero no, no lo soy. Bueno, también es tu forma de ser, ¿no?
¿Eres de esas personas que lo laboral, la música, le afecta mucho en su estado de ánimo o sabes separarlo de lo personal?
Llevo más de 15 años haciendo conciertos, no como macaco, sino también en otras formaciones. Me he recorrido el mundo de todas las maneras posibles. Europa me la he hecho en furgoneta cuando no tenía ni para pipas. He salido a un escenario con la pierna rota, con fiebre.... Sí que todo afecta a todo, pero un concierto es una limpieza. Es muy fuerte, es maravilloso. Sí que hay momentos, cuando tienes problemas sobre todo de sonido, que afectan... Esto lo decía Paco de Lucía, hay que poder transmitir una emoción. Si no oyes bien o no oyes bien a tus compañeros. Es una putada, ¿no? Porque no puedes realmente volcarte. No sé, me debo al público. También, cuando vas al estudio, grabar es una de las cosas más divertidas y maravillosas del mundo. Es un trabajo que me flipa también.
Mi hermana me ha dicho en reuniones familiares: “Tío, ahora no te pongas a hablar de no sé qué...”, pero habla el niño músico emocionado. Al final forma parte de lo que soy.
“Me he recorrido Europa cuando no tenía ni para pipas. He salido a escenarios con una pierna rota, con fiebre...”
Dani Macaco
Echando la vista atrás... ¿Cómo crees que ha evolucionado el Dani de hace 15 años al de hoy?
El padre del hombre que soy es el niño que fui. Quiero estar emocionado. Yo soy súper trabajador. Me emociono construyendo una cabaña... Puedo estar 300.000 horas y me da igual que esté cayendo la que esté cayendo. Y tantos viajes que he hecho de palizas, de no dormir, de no sé qué, para llegar a ese momento y tocar en ese sitio. A veces me imagino a los marcianos como verán un concierto. Desde arriba. Estos están locos.
Pero sí que vas cambiando... Hay una canción que habla sobre el cambio en este disco, se llama Cambio y Corto. Dice: “Ya no somos los de antes, somos los de ahora en adelante...” Por un lado me gusta lo estable, pero también quiero cambiar para sorprenderme a mí mismo. No me ha gustado hacer nunca giros estratégicos ni comerciales. Me han ofrecido hacer La voz, ser tribunal de La voz y pagarme, no te diré las cifras, la burrada más grande del mundo. Y dije que no, porque no lo sentía. Marcas que me ofrecían, no te puedo decir las cifras, y he dicho que no. Mi hermana siempre me decía, ¿estás seguro? No critíco a la gente que lo hace, está bien, pero yo no lo sentía. Si hacen un programa como La Voz, pero de compositores... A mí me preocupa estar juzgando a una persona por la voz. Bob Dylan casi no tiene voz, o Sabina, y son lo más. Hay otros que tienen una tesitura así de grande, y a mí no me mueven ni un pelo. Muchas veces ser famoso es la consecuencia de algo que has hecho. No es que quieras ser famoso y luego se haga la consecuencia.
No sé, tengo mis crisis personales. Siempre digo que las crisis son como una fiebre cuando eras pequeño. Te metías en la cama y salías y habías crecido unos centímetros. Las crisis es como esa fiebre, sirven para crecer. Las mías son más de otro tipo. Ahora se lleva a todo el urbano, al reggaetón. Las emisoras solo ponen eso. Te voy a ser sincero, nadie me ha regalado un carajo, pero también esto que dicen de la suerte, también a medias... Vamos tejiendo un poco la suerte y cuando estás en movimiento y estás creando, pasan cosas.
Si compones unas canciones como las de Futura Ancestral, es evidente que te cierras muchas puertas. Pero también vas a un lugar donde quiero estar... No todo vale.
“No me ha gustado hacer nunca giros estratégicos ni comerciales. Me han ofrecido hacer la voz, ser tribunal de la voz y pagarme, no te diré las cifras, la burrada más grande del mundo”
Dani Macaco
¿Cómo le explicarías en qué proyectos o situaciones está ahora mismo envuelto Dani Macaco si no lo sabe?
Bueno, pues le diría que es música tocada por músicos. Estamos en un momento que creo que es muy revolucionario, aunque la palabra R nunca me ha gustado mucho. A mí me ha gustado más ‘evolucionario’. Hay muchas cosas que la IA está sustituyendo y otras que no. También irse a lo orgánico es algo potente. Suenan muy facilonas las experiencias, pero sí, a mí me encanta el cine. Tengo escrita una historia que me gustaría rodarla dentro de tres años. Hay productoras interesadas y tal, que tienen mucho que ver con lo artesano, con la realidad mágica....
Oye, en tus letras, en tu música, siempre te has caracterizado por un mensaje con una cierta conciencia social, ecológica, de todo tipo... ¿Utilizas la música para expresar lo que sientes? ¿Crees que la música tiene el poder real de transmitir, cambiar ciertas cosas, de conseguir esos objetivos?
Sí, la música es transformadora, es embriagadora, hace que te coloques, hace que flotes, hace que sueñes. Es muy mágico, si piensas algo que entra por aquí, por los oídos, a mí se me transforma en imágenes, o bien una imagen y luego se transforma en sonido. Creo que la música... Somos emociones andando. Yo no conozco a nadie que no le guste la música, alguna música, pero la música es una máquina del tiempo, es muy parecido a los olores, te hace ir a la infancia. De repente yo escucho un tema de no sé quién, pienso “¡guau, qué ganas de saltar por ahí, de mirarme por un precipicio y volar!"
En este disco no hay ninguna colaboración...
No lo sentí. Luego voy a hacer algunas colaboraciones con artistas y por supuesto a todos nos gusta gustar. Y yo, por ejemplo, ahora estoy hablando con actores para, si quieren decir, “futuro ancestral”, haciéndose las dos calles estas y tal. Porque todo ayuda. No nos vamos a engañar. Pero no a cualquier precio. Y yo hay cosas por las que no he querido pasar y en muchas idas de olla, a alguno le he parado los pies. Encima yo soy de trato directo. Me gusta que exista una relación física pero también he hecho lo otro y a veces me ha salido muy bien. En el disco anterior, con una lindísima que fue Ximena Sariñana y es muy linda. Y había colaborado con ella en una canción, Mundo Roto, también a distancia, y me encanta.
Estás inmerso en una gira por España... ¿Los conciertos son lo que más te mueve, más disfrutas?
Me gusta mucho el directo. En muchos momentos, si pudiera, me ahorraría muchos aviones, ¿sabes? Porque me he pegado muchas palizas de no dormir. También la garganta es el músculo que más tarda en descansar. Tienes unos festivales, una ruta mala, puedes dormir dos horas, llegas al hotel, abajo tal, y estás callado ahí. Y a veces es paliza. Igualmente, todo me compensa. Pero quiero decir, repito, trabajar en la mina es mucho más duro, pero ser cantante y estar ahí haciendo giras y tal, tiene lo suyo. Pero me encanta. Me encanta tocar en directo, me encanta la cosa. El directo es como una película. Aquí no puedes repetir, ¿sabes? Lo que hay es lo que hay.
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Muchísimas gracias Dani y mucha suerte en tus futuras aventuras.
Muchas gracias a ti, me ha encantado.
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