Lord Malvo, el resurgir del indie en Málaga
El segundo disco de Lord Malvo consolida su evolución: un trabajo que refleja sacrificio, ambición y un sonido más maduro que redefine su identidad en la escena malagueña.


Adrián Gámiz nació en Villanueva del Trabuco, Málaga, en 1997. Hoy es la voz de Lord Malvo, una de las propuestas más singulares de la escena de la música malagueña. Su historia, sin embargo, no empezó con grandes planes ni expectativas: comenzó con tres versiones, cuatro amigos y la ambición sencilla de “echar un rato”. Pero la pandemia cambió ese pequeño divertimento para siempre. “Lo hemos contado muchas veces: cuando empezamos, apenas dio tiempo a nada”, recuerda Adrián con AS.

El grupo solo había ofrecido dos conciertos, rodeados de familia y amigos, cuando el país se paralizó y encerró por la crisis de la COVID-19. A diferencia de otras bandas ya consolidadas, a ellos el confinamiento no les destruyó ningún proyecto en marcha. No dio tiempo. “Recién empezábamos. Si aquello nos hubiera pasado ahora, con un segundo disco en camino, habría sido una putada enorme. Entonces no teníamos compromisos con nadie; te cortan un hobby, no una carrera».
Pero el parón no frenó sus ganas. Al contrario, las redirigió. Cuando el país comenzó a abrirse, la banda ya estaba comprometida con un estudio y grabó sus dos primeros singles: Aamama y La ciudad. “Todavía estaba todo muy en barbecho”, admite. Aquel periodo desembocó en su primer EP profesional, el fichaje por Lunar Discos y finalmente la grabación de su primer disco (Carrera de obstáculos, en 2023). “Fue el momento en el que pensábamos: esto va en serio. ¿Cuánto cuesta hacer algo profesional? Mucho más de lo que imaginábamos”. Adrián, entonces, trabajaba en Málaga Hoy, en las secciones de Local, Cultura y Sucesos. Conciliar ambas vidas fueron malabares. “A duras penas podía con todo. En este disco hablamos precisamente de eso: cuánto cuesta. Compaginarlo exige preguntarte a qué precio sacrificas todo tu tiempo libre. Cinco días a la semana trabajando y, por la tarde, más horas con el grupo. Pero cada vez con más ambición”. ‘Cuanto cuesta’ es precisamente el título de su segundo disco, publicado hace unas semanas. “La recompensa está llegando ahora. Ha sido un camino larguísimo, pero hemos crecido mucho”. Las influencias han cambiado. Del post punk a la influencia funk y la psicodelia.
La banda nació en los pasillos de la universidad. «Yo estudié Derecho tres años», cuenta Adrián, quien luego se cambió a Periodismo. «Mario, bajista, y yo coincidimos en un grado de sonido y empezamos a juntarnos para componer. En una clase de 25 personas, al menos 23 éramos músicos. Aquello era una riqueza tremenda; incluso en los ratos muertos lo pasábamos de lujo”, aduce Adrián. El nombre, Lord Malvo, fue idea de Mario. Ambos estaban enganchados a la serie Fargo justo antes de la pandemia. “Necesitábamos uno que sonara bien. No nos representaba especialmente, pero tenía fuerza”. Con el tiempo, han encontrado paralelismos: “Malvo es un villano carismático, malo pero con buen corazón. Tiene algo que encaja con la esencia del grupo”.
Mestizaje musical
La variedad de influencias se palpa en su sonido. Adrián trae un trasfondo pop y melódico. Mario creció con la música de los 60 y la movida gracias a sus padres. Julio, batería, aporta la crudeza del punk más duro, con Ramones como referencia absoluta. A todo ello se suman gustos comunes como King Gizzard & The Lizard Wizard o Parcels. “Tenemos muchos grupos en común, pero cada uno aporta algo de su mundo. Mario y yo somos quienes más componemos, aunque la identidad final es de todos”, detalla.
La Málaga musical, entre salas cerradas
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Pese a la efervescencia cultural de la ciudad, Adrián reconoce que Málaga es un lugar complicado para los grupos emergentes: «Desafortunadamente, no hay una escena activa como antes. Las viejas leyendas ya hicieron su camino. Las pocas salas para bandas jóvenes han ido cerrando. Velvet... Quedan Core, y su predecesor, y Sala Amarte. Es difícil”. La situación provoca un dilema recurrente: “Nos quejamos de que no hay salas, pero cuando las hay, la gente no va. ¿Qué viene primero, el huevo o la gallina? Es delicado”. Entre las nueve canciones de su nuevo disco hay favoritas. “Me gusta mucho Mi propio jefe, aunque ha sido de las que menos acogida ha tenido. Perro fiel representa muy bien la esencia del disco: las tres patas compositivas claras. Mario hizo el riff y la flauta del principio; yo metí toda la letra y parte de la base; el resto de la instrumentación la completó Julio. Es una canción muy representativa de quiénes somos”. Lord Malvo. Apunten su nombre por si acaso.
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