FINAL NACIONAL

La intrahistoria de Cádiz y la Nacional de Red Bull Batalla 2024: “Aquí empezó todo”

Diferentes voces de la presente edición rebuscan entre la arena de la costa gaditana las rimas que marcaron su carrera.

La intrahistoria de Cádiz y la Nacional de Red Bull Batalla 2024: “Aquí empezó todo”

El cielo gaditano es claro y esperanzador, pero aquella mañana días antes del evento parecía que se iba a venir abajo. La humedad de la costa se había adherido al viejo fuerte de Santa Catalina: un castillo con forma de estrella que en tiempos hizo de prisión y que en las jornadas previas a la Nacional de Red Bull Batalla observa impasible y pétreo cómo los freestylers pasean por sus muros. Babi frunce el ceño con un gesto de concentración. Detrás de él, una vieja garita de centinela y la playa de la Caleta —poco a poco, el sol comienza a tomar altura—; al rapero mallorquín se le dibuja una sonrisa cuando recuerda la Red Bull 2014.

Fue en un muelle no muy lejos de allí. “Volver es algo bonito. Se me quedó una espinita clavada. Vamos a retomarlo con la misma energía y la misma ilusión que hace diez años”, confiesa. El veterano freestyler era entonces uno de los favoritos para llevarse el trofeo: había dado un golpe en la mesa con una extraordinaria participación en 2013 y aterrizaba en Cádiz con ganas de comerse el mundo —empezando por Andalucía—, pero una batalla particular frente a Deskarte terminó por echarle en primera ronda de una Nacional que, a la postre, coronaría a Invert como campeón de España. Meses después ganaría la Internacional. Todo había empezado ahí: en Cádiz.

El álbum de fotografías pretéritas

“Es la Red Bull de la que mejor recuerdo tengo”, dice Mnak, que identifica aquella como “la de las sudaderas azules”. Sus ojos brillan al rememorar el enfrentamiento entre Invert y Skone. “Era mi batalla favorita”, asegura. Ninguno de los dos había logrado el campeonaato y chocaron de manera encarnizada en una lucha que, tras réplica, se llevó el vasco. Todavía resuenan en el oleaje del Atlántico las rimas de aquel cruce.

Force es incapaz de ocultar su felicidad. Una mueca risueña delata el cariño que siente a aquella fecha. “Me trae muchas sensaciones buenas. Fue la primera Nacional que vi como fanático. Sin duda, traería a Invert de vuelta al circuito”, expresa. El joven freestyler, que despuntó muy precoz en el panorama hace ocho años, llega a Cádiz con una difícil papeleta: es el aspirante que más veces ha participado en una Nacional (ocho) y más podios ha conquistado en la competición doméstica (dos platas y un bronce) de todos finalistas de esta edición. Y, con todo, no bebe de ahí el aura del gallego. “El simple hecho de estar diez años después aquí me trae muchas emociones”, se sincera. La clave es la urbe portuaria. Lo ha sido desde el principio.

Más allá de apuestas personales y estilos afines, la mayoría de competidores concuerda en que el verdadero favorito para llevarse el trofeo no es Force, sino Gazir. El ‘niño maravilla’ busca su bicampeonato en un lugar que tampoco pasa desapercibido ante su rápida mente de freestyler. “Cádiz tiene su historia particular con Red Bull”, reflexiona, con cierto aire nostálgico, recordando otras dos citas recientes: la Última Oportunidad de 2021 y la Regional de 2024.

Lo de Fabiuki es personal. “Esta ciudad fue el primer destino de la península al que viajé solo”, recuerda, refiriéndose a aquella Última Oportunidad como “la primera batalla grande que hice”. El canario se regocija contento. “Fue justo en este mismo recinto. Me da mucha nostalgia”, atestigua su mirada, que se arquea confiada entre los muros de Santa Catalina. Después de aquello comenzó a viajar por España. “Nació una nueva etapa en mi carrera”, subraya, echando la vista atrás para, después, recordar una máxima que todos parecen haber cosido en la camiseta de su alma: “Cádiz fue donde empezó todo”.

El fantasma de Cádiz

Si un hechizo musical les fuera concedido, algunos freestylers traerían a Cixer de vuelta al circuito. Otros apuestan por Juanih South. El enfrentamiento entre ambos hizo vibrar la arena gaditana el verano de aquella Nacional: ambos apostaban por una vena hiperactiva en su rapeo que veía incrementada su intensidad a cada patrón.

Fabiuki insiste en que devolvería la vena competitiva a Juan SNK, que por entonces se llamaba Deskarte. Su rostro debió pasar raudo y casi impredecible por la mente de Babi —bendito fantasma de su melancolía musical— cuando, una mañana cualquiera de cielo nublado, fue preguntado acerca de aquel escenario que hace diez años le robó el corazón. La culpa fue de Cádiz.

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