La historia de ‘Rojitas las orejas’, la obra cumbre que unió a Fito Cabrales (Platero) y Robe Iniesta (Extremoduro)

A finales del siglo XX, dos grupos rockeros brillaban con luz propia en un panorama nacional muy rico que incluía también a otras bandas exitosas. Platero y Tú, con Fito Cabrales como vocalista; y Extremoduro, con el mítico Robe Iniesta al frente, decidieron hacer una colaboración para homenajear al poeta placentino Manolo Chinato.

El cacereño fue una de las mayores inspiraciones del rock en español de los años 90 (creó obras como la mítica ‘Ama, ama, ama y ensancha el alma’). Sus letras, crudas, viscerales y directas, trataban la rabia, el desarraigo y la rebeldía urbana. Gritos y relatos de vida que Extremoduro adoptó como propios y que fueron la fuente de la que Iniesta bebió durante años.

Robe intentó musicalizar las letras de Chinato y Fito, compañero y admirador del trabajo del vocalista de Extremoduro, se unió al proyecto sin dudar. Robe aportaba una voz rota que servía para intensificar las emociones, mientras que Fito le daba un contraste melódico que suavizaba el efecto de las intervenciones de su colega.

De la unión de ambos, junto con el mítico Iñaki ‘Uoho’ Antón, nació Extrechinato y Tú, un proyecto que, con los años, se convirtió en objeto de culto de la música rock nacional. Se dejaba atrás así la esencia tanto de Extremoduro como de Platero y Tú para crear algo diferente y sin registros previos. Juntos grabaron un disco, ‘Poesía básica’, que incluía míticos temas como ‘Si el cielo está gris’, ‘A la sombra de mi sombra’ o ‘Rojitas las orejas’.

Podría decirse sin ninguna duda que esta última es, posiblemente, la obra cumbre del grupo o, al menos, la que más ha trascendido con el paso de los años. ‘Rojitas las orejas’ es una declaración de amor apasionada que termina convirtiéndose, con el paso de los versos, en una carga existencial. Las voces de Robe y Fito no hacen más que incrementar esa sensación.

Análisis de la canción

El tema empieza con guitarras acústicas de fondo y con un primer verso que, sin duda, impacta: ‘Qué tiene tu veneno, que me quita la vida solo con un beso’. Robe lleva la voz cantante, mientras que Fito aporta con un coro más armónico que reduce el dramatismo y te lleva a lo largo de la canción.

Es a partir de ahí cuando entran el bajo y la batería, aportando un toque de novedad a la canción que la hace ciertamente más impredecible. Fito y Robe siguen en la misma línea, intentando representar un diálogo entre la rabia de uno y la melancolía del otro. Cuando llega el estribillo y, más concretamente las palabras “rojitas las orejas”, Uoho hace un riff corto y ascendente con su guitarra.

La última parte destacada es un tramo en el que, tras varias irregularidades de la batería se lleva la canción a un tramo recitado y no cantado. De esta manera, se convierte a la poesía de Chinato en la principal protagonista de la canción, precisamente el objetivo de dos genios que se unieron para crear una obra de arte.

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