La ‘espantosa’ y mítica canción de U2 que Bono rescató para ser el mayor éxito de ‘The Joshua Tree’: “Los acordes se repetían”
Antes de llenar estadios, U2 estuvo a punto de abandonar la canción que les daría su primer número uno en EE.UU. Así fue cómo una maqueta que parecía condenada se convirtió en el himno que catapultó a la banda a la estratosfera.


Imagínate la escena: finales de 1985, U2 está en plena gira de The Unforgettable Fire y Bono aparece con una maqueta que, según The Edge, era “espantosa”. Así, sin anestesia. Adam Clayton tampoco se cortó: “Sonaba muy sentimental y muy tradicional porque los acordes se repetían una y otra vez”. Brian Eno y Daniel Lanois, los gurús del sonido que estaban allí para salvar cualquier naufragio, tampoco encontraban la manera de darle vida. La canción parecía condenada a morir en el cajón de las ideas fallidas.
Pero Bono no soltó la presa. Tenía un presentimiento. Decía que bajo esa melodía repetitiva había algo especial. Y cuando Bono se pone cabezón, no hay quien lo mueva. Llamó a su colega de toda la vida, el artista punk irlandés Gavin Friday, alguien cercano hasta a la mística, que supo ver lo que U2 no podía percibir en aquel caos creativo. Según relata The Edge en el documental Ladies and Gentlemen, Gavin Friday (RTE, 2010): “Estábamos a punto de abandonar la canción cuando Gavin y Bono escucharon la guitarra y Gavin dijo ‘¿qué es eso? ¡Es eso!’”. Se refería a un sonido extraño, casi fantasmal, que salía de una guitarra experimental llamada Infinite Guitar, inventada por Michael Brook.
Un aparato capaz de sostener una nota indefinidamente, como si el tiempo se detuviera. En 1985 era algo revolucionario. Por entonces apenas existían tres: una la tenía Brook, otra Lanois y la tercera, The Edge. Y lo curioso es que llegó al estudio por pura casualidad, como un préstamo improvisado, no como parte de un plan maestro.
Cuando llegaron al estudio, solo hubo que conectar los equipos, grabar dos tomas y dejar que fluyera el “sonido estratosférico” —en palabras de Lanois— que se escucha desde el inicio. Esa entrada que parece un suspiro eléctrico marcó todo el tema. Y no cambiaron una coma de esas dos tomas, porque no había nada que retocar. El riff de guitarra infinita se enredó con el arpegio delicado de Brian Eno y el bajo hipnótico de Clayton. Larry Mullen añadió un ligero toque electrónico con su caja de ritmos Yamaha.
Y vaya voz. Bono convirtió la letra en una confesión brutal: la lucha entre ser marido y estrella de rock. Llevaba cinco años casado con Alison Stewart, que aún es su mujer, y sentía que vivía en dos mundos irreconciliables. Lo describió como “puro tormento”. Parte de esa letra la escribió mirando el mar desde la Martello Tower, una torre defensiva en la costa irlandesa donde se refugiaba para pensar.
Mientras tanto, el resto del disco se cocinaba en dos casas alquiladas en Dublín, con sesiones nocturnas interminables y discusiones sobre la espiritualidad americana. Querían capturar la esencia de un país que les fascinaba y les intimidaba a la vez. Entre esas paredes nacieron himnos como Where the Streets Have No Name y I Still Haven’t Found What I’m Looking For. Pero fue With or Without You la que se convirtió en la llave maestra.
El resto es historia. El 16 de marzo de 1987 lanzaron With or Without You como primer single de The Joshua Tree y se convirtió en el primer número uno de U2 en Estados Unidos y Canadá. Tres semanas en lo más alto del Billboard Hot 100. En Reino Unido llegó al cuarto puesto. Rolling Stone la metió en su lista de las 500 mejores canciones de todos los tiempos.
Lo curioso es que esta canción terminó cambiando la carrera de U2. Hasta entonces eran una banda prometedora, con un sonido épico, pero todavía en busca de identidad. The Joshua Tree los catapultó a la estratosfera, y With or Without You fue la llave maestra. De repente, pasaron de llenar pabellones a abarrotar estadios. De ser “los irlandeses intensos” a convertirse en la banda más grande del planeta. Y todo gracias a una canción que casi tiran a la basura.
Y lo mejor: Bono no ha dejado de reinventarla. En 2022, en The Late Show with Stephen Colbert, la cantó acompañado solo por un arpista, un chelo y un percusionista. Antes de empezar, leyó un fragmento de su libro Surrender, contando cómo nació la canción en la Martello Tower, junto al mar. “Esto no es exactamente rock’n’roll, pero me gustaría contarte la historia”, dijo. Y lo hizo. Sin adornos, sin fuegos de artificio.
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Casi cuarenta años después, With or Without You sigue sonando fresca. Y pensar que todo empezó con una maqueta que su banda consideraba espantosa. ¿Qué habría pasado si Bono no hubiera llamado a Gavin Friday? ¿Quién iba a pensar que un sonido fantasma acabaría salvando la canción más grande de U2? A veces, la diferencia entre el fracaso y el éxito es solo una guitarra infinita y un amigo que sabe escuchar.
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