“Frente a la ultraglobalización hay que cuidar más lo tuyo”
Siloé no para ni quiere hacerlo. Su frontman, Fito Robles, charla con AS sobre música, cuidados, religión y hasta fútbol. Y de un próximo disco que ya está terminado.

Lo de Siloé es imparable. No es una manera de hablar. Es la expresión exacta de la velocidad que ha agarrado el proyecto del vallisoletano Fito Robles al alimón con Xavi Road y Jaco Betanzos. Sus giras crecen, llegan a muchos más oídos y se agrandan, la próxima será americana (Argentina, Chile, Colombia y México) y -atención- para marzo de 2027 preparan un desembarco en el Movistar Arena de Madrid para el que ya están disponibles las entradas.
Tantos kilómetros no les quitan las ganas de crear. Si Santa Trinidad (2023) les acabó de elevar, con Campo Grande dan a probar un bocado de lo nuevo que se viene. “En el Campo Grande se está bien, allí empezó todo...”, canta Fito en el videoclip de este adelanto que es una oda a Pucela, en esa particular habilidad que tiene el trío para ir de lo concreto a lo universal, de la experiencia compartida a lo íntimo. Lo que volverá a haber en un próximo disco “que ya está terminado”. Pero paciencia, porque Siloé siempre mide sus pasos. Lo hacen con mimo y con juicio desde que apostaron por llevar al máximo su independencia, creando su propio sello discográfico y autogestionándose todo a base no parar de tocar. “Incluso demasiado”, asegura Fito. Todo con tal de seguir manteniendo un proyecto “que trasciende” y que quiere cuidar a su comunidad. Cuidados, palabra clave para Siloé...
Este es el resultado de una larga charla en el centro de Madrid con Fito Robles en una terracita y regateando aún el frío.
Antes de nada le quiero preguntar por una curiosidad. ¿Cómo llevó siendo culé el tocar en las entrañas del Bernabéu el pasado 17 de septiembre?
Muy bien. Fue alucinante. Y pudimos estar con Álvaro Benito, tío, que nos vemos en todos los festivales y compartimos unas cañas pero siempre nos faltaba una comida juntos. Lo hicimos en el Bernabéu, nos echamos unas risas, nos contó todo lo que había disfrutado y sufrido ahí... Lo pasamos genial y luego Madrid nos invitó al partido de la Juventus, pero no pudimos ir. A ver si en el futuro. Porque ante todo, aunque me tire el Barça, me gusta el fútbol. Por eso no me gustó lo que vimos en este último Clásico.
Me decía del Bernabéu...
Flipé con ese estadio. Y cómo está monetizado. Qué maquinaria. El concierto fue gracias a Mahou, que nos dio la plataforma (en su espacio Plaza Mahou, dentro del estadio) para poder hacer una presentación del single Campo Grande delante de 300 personas.
Doy fe, porque estuve, de que no cabía ni un alfiler más en esa sala.
Fue una pasada, les dije a estos “¡Es la primera vez que llenamos el Bernabéu!" (ríe). Aunque haremos en 2027 el Movistar Arena, ya vamos a ir cuesta abajo, eh... (suelta una carcajada).
Hace dos años me comentaba en otra entrevista que hacer música hoy día era un acto de fe. ¿Lo sigue siendo?
Aún más (sonríe). En esta profesión gremial, como la música, aunque la industria musical ha crecido y es más fuerte y hay un tejido de festivales más potente, las salas cada vez están más preparadas, puedes hacer más cosas, cada vez hay más grupos y el acceso a poder editar música de cualquiera es bestial... luego está la otra cara. Todos tenemos un teléfono móvil y creo que hay aproximadamente 5.000 lanzamientos cada viernes en Spotify. ¡5.000 temas nuevos cada semana!
Depender del famoso algoritmo.
Sí. Pero lo que sí está en tu mano es que la pequeña comunidad que has creado como fans tratarles bien, cuidarles, que la gente que te quiere tenga una buena experiencia cuando van a verte, cuando cuando te diriges a ellos en las redes, cuidarlos... Frente a esta ultraglobalización, cada vez más lo local, más cuidar lo tuyo.
Me han chivado que ese Campo Grande al que canta en Campo Grande es un lugar muy especial en Valladolid, que habitan pavos reales y donde vas a darte tu primer beso...
Es un sitio precioso que hay en el centro de Valladolid, además está justo al lado de la estación de tren del AVE. Hay un lago, te puedes montar en una barca, cientos de especies de árboles diferentes porque realmente era un jardín botánico y está lleno de ardillas, pavos reales... Y es cierto (ríe), ha sido un punto de encuentro para muchos de nosotros con nuestros primeros amores. Pero no sólo eso. Es donde te llevan tus padres de niño a jugar, los ancianos van los domingos porque les ponen música... Un pulmón en pleno Valladolid.
“Siloé es mucho más grande que nosotros tres, es una cosa que que trasciende. No somos nadie al lado del proyecto y de la música”
Fito Robles (Siloé), en AS
Y ha servido para algo que al grupo se le da muy bien, ir de lo pequeño a lo grande. Porque evoca mucho más que ese punto geográfico concreto...
Hablamos de la necesidad que tenemos de los seres humanos de conectar, de la importancia de las palabras que nos decimos y por eso me alienta estar hablando con periodistas que aún imprimen papel. Que me parece ya increíble. Es romanticismo en el romanticismo y es lo bonito, la importancia de las palabras que nos decimos, cómo nos cuidamos, cómo a la gente además esas palabras les ha tocado en su vida. Porque hemos escrito unas canciones que las escribimos para nosotros y que nos las tocamos entre nosotros, pero esas letras de repente han impactado en la vida de las personas y y les han ayudado a pasar momentos chungos.
¿Tanto se percibe ese efecto terapéutico en el oyente?
Joder, este año tocando, tío, ha sido salvaje. La de sitios a los que íbamos y la de gente que te dice que lo pasa realmente mal, en sus casas o acompañando por ejemplo a hermanos o a padres en hospitales y se ponen tus canciones yendo en el coche... Siloé es mucho más grande que nosotros tres, es una cosa que que trasciende. No somos nadie al lado del proyecto y de la música. Por que eso en Campo Grande y en el disco que se viene le hemos dado importancia a las palabras.
Santa Trinidad fue una catapulta. ¿Ahora viene la responsabilidad?
Hay una cosa bonita y es que me estoy dando cuenta de esa responsabilidad ahora. Un poco a toro pasado. Cuando ya hemos hecho el disco, que espero que salga en mayo más o menos, pero podría salir ya porque ya lo tenemos. Pero ha sido tal cantidad de curro, de bolos, estar fuera... que cuando estábamos escribiendo y grabando el álbum en ningún momento pensando “¿qué hacemos?“ o ”¿le damos continuidad a Santa Trinidad o hacemos un disco más, yo que sé, popero?“. No teníamos nada en mente y tampoco podemos hacer como el mago Merlín. Sacar una varita y ya está. Las canciones son las que mandan.
Alguna línea sí que tendrá, ¿no?
Sí es verdad que hay una estética que queríamos transmitir. Y es que mucha gente que le mola el directo de Siloé, cuando iba a Spotify, Apple Music y tal a escucharnos, de repente escuchaba una movida que era mucho más discográfica y más calmada que lo que es nuestro directo. Así que dijimos, “Tíos, sea como sea, este disco tiene que parecer que estamos tocando en directo”. Había que desechar tomas demasiado prefabricadas, buscar que nosotros estuviésemos emocionados, como tocando en directo. Creo que es la única premisa que hemos tenido.
En una reciente entrevista con Nani Castañeda, de Niños Mutantes, y a colación de su libro Indilogía, debatíamos sobre qué es el indie en España. Siloé me parece un ejemplo muy bueno. Vosotros sois puramente independientes y os está saliendo bien. ¿Cómo se resisten las presiones de una industria que siempre quiere apropiarse de algo que funciona?
Hablar a toro pasado cuando a uno le van bien de las cosas a veces parece muy sencillo, como muy gratuito. Nosotros tenemos nuestro propio sello y somos independientes a base de golpes, esa es la realidad. En nuestro trazado final hemos podido guisarnos nuestras propias cosas y hay ciertas decisiones que podemos tomar a día de hoy muy rápidas porque no hay una compañía de discos detrás. Tenemos muchas tentaciones. Este año ha habido dos, muy grandes, para firmar con grandes compañías. Hay ciertas cosas que, por ser independientes, no podemos ejecutar ni nos podemos permitir. Por ejemplo, algunos presupuestos para hacer un videoclip. Hemos tenido que salir a tocar mucho, más de lo que deberíamos, para poder ahorrar y afrontar todos los gastos, de nuestra oficina... Y una compañía discográfica te da ese aire y ese músculo que siendo independiente no tienes. Por eso tampoco lo demonizamos. La gente puede pensar que somos la parte más mainstream del indie, pero nunca hemos sonado en la radio, nunca. Eso las discográficas sí te lo dan. Tampoco es nuestro objetivo, pero como músico y como humanoide eso de escucharte en la radio es algo que te hace una cierta ilusión, ¿no?
“Nos habría encantado ir antes a Latinoamérica pero no ha podido ser hasta ahora, que hemos podido ahorrar para hacerlo. Nos la jugamos, pero lo hacemos ilusionados”
Fito Robles (Siloé), en AS
Dentro de esas limitaciones os buscáis la vida para expandiros. Siloé no para de acumular conciertos triunfales en La Riviera madrileña y ahora cogerá los bártulos para saltar a una primera gira americana...
Y cuesta mucho. Mucha pasta. Una compañía de discos te da un adelanto normalmente para poder vivir tranquilos e ir ejecutando sus acciones artísticas, como pagar vídeos, hacer promo y demás. Cuando tú sujetas tu oficina y tus ingresos vienen de tocar, eso otro ha de esperar. Nos habría encantado ir antes a Latinoamérica pero no ha podido ser hasta ahora, que hemos ahorrado el dinero necesario. Nos la jugamos, pero lo hacemos muy ilusionados.
En Siloé hay una evidente conexión espiritual desde el nombre al propio título del disco anterior y hasta una cierta iconografía religiosa. Le pregunto a un nivel personal, no de grupo, porque ahora existe el debate de si la religión ha regresado al mundo cultural con este Lux de Rosalía como catalizador, pero más como una moda que como algo real. ¿Piensa que puede convertise en una pantomima?
En un chiringuito, sí. Detrás de una moda no sé cuánto habrá de poso real o no. La fe que alguien profese por una religión, con el tiempo, acaba quedando en lo que es. Si es de verdad profundo, tendrá su arraigo, quedará. Espero firmemente que no sea algo ultrapolarizado, que ciertas personas o influencers se estén significando con la religión católica para decir “yo pertenezco a esta clase, a esta parte de sociedad en la que creemos en Dios y por eso vamos a misa”. También al contrario, que se diga “como soy de izquierdas no creo en Dios”. Porque algo de eso creo que está pasando. Y sin embargo, creo que lo que hay es una búsqueda de preguntas en esta sociedad tan evolucionada. Este necrocapitalismo hace que la gente le busque otra explicación a la vida que no sea algo material. A un chaval ya no le puedes vender que lo importante es tener un curro y tus sueños se cumplirán, porque ven que no está pasando... La fe es más profundo que eso. Más que esos instagramers que como no tienen nada que decir, quieren darse profundidad apoyándose en la religión. Esto ya lo vi antes con el horóscopo. A veces los humanos necesitan apoyarse en pseudoprofundidades para aparentar trascendentalidad. Yo hablo de religión porque me preguntas y podemos hablarlo tranquilamente, pero no siento esa necesidad de pregonar mis creencias. Las canciones de Siloé no son religiosas, de hecho, hay integrantes del grupo que no creen en Dios.

Permítame que saltemos a algo mucho más banal. Me sigue llamando la atención el vuelo que ha cogido esa especie de exabrupto convertido en lema, el “¿Qué tal si mandamos a todos a tomar por culo" de Si me necesitas, llámame. Lo he visto hasta en tazas. Entonces... ¿A quién mandaría a tomar por culo?
A la gente que odia. A la gente que polariza y que tiene un pensamiento único ante todo, a la que no se arrepiente de nada, esa me genera mucha desconfianza... A la gente que es el ruido por el ruido. Es increíble que esa frase haya reventado así porque en la canción habla de un momento íntimo. Si la escuchas en su contexto, es mandar a todos a tomar por culo pero no porque sean unos cabrones sino porque te apetece estar a solas con esa persona.
Me recuerda a cuando Los Punsetes cantan eso de “que le den por culo a tus amigos, pasa de ellos y ven conmigo...”.
Totalmente. Sin embargo, ese “iros todos a tomar por culo” que canta Robe y que además también tienen ese camisetón que te cagas, en su caso sí es rabia. Más transgresor. Es increíble porque a nosotros nos están leyendo por ese enfoque. Mira, nos ha pasado que cuando hemos viajado por ahí, en el tren o en el avión, a veces llevamos nuestra camiseta puesta y la gente se queda pillada con la frase. Como no nos conocen nos preguntan de quién es y Xavi Road, que es muy listo, siempre lleva preparado el link de nuestra tienda y les dice “las hemos pillado ahí” ¡y la gente se cree que Siloé es la marca de la ropa! (risas).
La última. Hace poco vi en el cine la película de la gira Memento Mori de Depeche Mode y aún sigo alucinando con el despliegue que sigue haciendo un sexagenario Dave Gahan. ¿Se ve Fito conservando la energía actual hasta los 60?
Somos ultrafans de Depeche Mode y que esa película la fuimos a ver nosotros también. Se lo dije a estos, que se podría pensar que lo que hace Dave Gahan sobre el escenario es porque estaban grabando ese concierto en México ¡pero es que les vimos en Madrid en esa gira y fue igual! Es apabullante. Parece que tiene un pacto con el diablo, danza como si fuese Drácula... Ves que transmite una energía que te pasa por encima, que da igual la edad. ¿Yo hasta los 60? Ojalá, aunque que cada vez que salimos de gira me duele una cosa distinta, eh, un día una rodilla, el otro la cadera (ríe)... Pero subes al escenario y todo se te pasa, la adrenalina puede con todo.
“El Pucela necesita cariño, tiempo, futbolistas y dinero. O sea, un poco de todo...”
Fito Robles (Siloé), en AS
Antes de irnos, hábleme del Pucela, que en este retorno a Segunda ha mejorado algo pero no termina de salir de la UVI.
Obviamente, en un club tan pequeñito no se puede hablar de drama, pero acaba de entrar una directiva nueva que viene de México y esto es un proyecto que espero que sea a largo plazo y de aquí a unos años funcione. Porque el Pucela necesita cariño, tiempo, jugadores y dinero. O sea, un poco de todo... Vamos a darles tiempo.
Algo que no abunda en el fútbol.
Noticias relacionadas
Ya, ya, dar tiempo y tener paciencia es una cosa que no sucede ni en la música ni en el fútbol (ríe). Nadie tenía paciencia con el Barça de Rijkaard al principio y ahora todo el mundo vemos aquella Champions que ganó. Tampoco algunos le daban cariño de inicio a Zidane y luego... Confío en que el Valladolid irá para arriba, sí.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí


Rellene su nombre y apellidos para comentar