Eurovisión estalla por los aires: Nemo, ganador de 2024, devuelve su trofeo

Falta medio calendario para que se celebre el Festival de Eurovisión y, amén de la fecha límite que este miércoles marcaba para la confirmación de la presencia de los países miembros, el certamen no hace sino acumular polémicas en el seno de numerosas delegaciones. Tras registrar Grecia el debate en su propio Parlamento y reunir la sociedad portuguesa miles de peticiones para la retirada del certamen —por descontado, los abandonos de España, Irlanda, Eslovenia, Países Bajos e Islandia—, ahora es el turno de Suiza.

Sucede que el país helvético ganó de la mano de Nemo y su The Code el festival en 2024. Y ahora, ante el aluvión de críticas por la decisión de incluir a Israel en la lista de participantes, tomada por la Unión Europea de Radiodifusión (UER) en la Asamblea General de la semana pasada —celebrada, precisamente, en Ginebra—, la estrella suiza ha reaparecido en redes para enviar un mensaje claro al continente: devuelve el Micrófono de Cristal al discrepar profundamente de la posición de la UER.

“No creo que tenga que estar en mi estantería”

Su opinión ha sido mostrada a través de un contundente y sincero mensaje compartido por redes sociales. “Siempre estaré agradecido a la comunidad de Eurovisión, a los fans que votaron, a los artistas con los que compartí escenario y a la experiencia que me formó como persona y músico”, aclara y anticipa, insistiendo en que su decisión “viene del cuidado de los valores que promete Eurovisión, no del rechazo de las personas que lo hacen especial” porque “la música todavía nos conecta” y “esa creencia no ha cambiado”.

Una vez ha explicado el contexto de su decisión, se dispone a sumarse abiertamente a las críticas a la UER. “Aunque sienta gratitud, hoy no creo que este trofeo tenga que estar en mi estantería”, explica, desvinculando a la esencia del festival de las medidas actuales. “Eurovisión defiende la unidad, la inclusión y la dignidad para todos. Esos son los valores que hicieron que el festival me resultara relevante”, valora, a lo que añade que, efectivamente, lamenta que “Israel continuara participando en él durante lo que una comisión independiente de Naciones Unidas considera un genocidio”.

Desde su punto de vista, existe aquí “un verdadero conflicto entre esos ideales y la decisión que ha tomado la UER”, de manera que, al no concordar su posición la de la Unión Europea de Radiodifusión, se ve en la obligación de renunciar al trofeo. Su posición deja en jaque a Suiza, que se une a otras tantas delegaciones en las réplicas mediáticas de un terremoto que amenaza con derrumbar el festival.

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