El Rey de Alicante

No hay corona más disputada y, al mismo tiempo, compartida que la alicantina. Cuentan los libros de historia que fue el rey Fernando III de Castilla quien encargó las campañas de la zona de Alicante al entonces joven infante Alfonso, que, años después, ascendería al trono como el décimo de su nombre y bajo el sobrenombre de ‘El Sabio’. Pero ni él ni su padre, ni ninguno de los jerarcas íbero-romanos de Lucentum —ni los árabes de Medina Laqant—, ostentaron la laureola de una ciudad que, quizá amén de semejante cóctel de culturas, juega a difuminar su esencia a orillas del Mediterráneo. Lo mismo en el rap. Lo mismo en FMS España.

Semejante inyección de historia tiene un motivo. La tercera jornada de la liga doméstica de freestyle, celebrada en una urbe que flota sobre versos rotos, sinalefas y estructuras al viento, contó con la presencia de seis alicantinos sobre el escenario. Y es curioso porque prácticamente ninguno se parece: cada uno de una escuela o generación diferente, con distintos modos de entender la improvisación y la horizontalidad. Navas, Bélico, Zasko, Arkano, Luisaker y Dr. Filtros. El evento se pudo sentir como una especie de oda al freestyle de Alicante, cuya corona se colocó, una vez más, ‘La Amenaza’.

El Asalto de Fu

Fue una jornada larga, diríase extenuante. De las tres fechas, quizá, fue la que más premió la constancia —duro rival cuando el cansancio arrecia— sobre los highlights. Los extraplayers volvieron a ser un completo acierto, aunque su despliegue, que bien podría denominarse como ‘El asalto de Fu’, contribuyó a una sensación de cansancio que parecía impracticable con el primer duelo: Mr. Ego y Dr. Filtros, ‘combate’ de exhibición cuya pronunciación es digna de título de cómic, despertaron a un ateneo que supo valorar la frescura de Míster —pese al evidente desgaste— y la buena adaptación de Filtros.

Puede que Zasko represente a la perfección el desarrollo de la jornada. El alicantino enfrentó a Barón en la primera batalla y maravilló más, pero menos tiempo; en otras palabras, Barón falló menos. Misma ecuación en el enfrentamiento contra Dani VK, donde se mostró algo más flojo. No es que Zasko no sea profeta en su tierra; es solo que cuando te enfrentas a tu vecino, si mal, pierdes la corona dentro de tu palacio. Y se descuelga de la liga.

Mientras tanto avanzaba la nebulosa de Fu. CD Flex y Nez se vieron las caras en un duelo que, sin voz, parecía un chiste. Pocas veces se han visto dos competidores tan diferentes. Y sucedió que el manchego empleó la rabia que generan tan pocos puntos para tan buen desempeño en masacrar a un Flex que, más allá de alguna rima concreta, no supo trasladar su esencia callejera al escenario. Sucedió parecido en el Alek contra Bélico: el segundo conectó mejores golpes, pero el primero, que sabe dónde termina la carne y empieza el hueso en FMS, leyó mejor el escenario y, desde la tranquilidad, le ganó. Especial mención para el Navas VS Luisaker, que se llevó el primero sin mucha dificultad: pudieron disfrutar los nostálgicos de Lewis y, al mismo tiempo, sufrir su falta de conexión; ninguno de los dos tuvo una actuación memorable, pero Navas se llevó la exhibición por morder con más fuerza.

‘Mal de métricas’, ‘Expediente Nitro’

Otro de los que salió de tierras alicantinas con el saco lleno fue Sweet Pain. El sevillano aprovechó la costumbre tóxica —en lo que a esta competición y su sistema de puntuación respecta— y algo recurrente de Baron: el mallorquín sufre ‘mal de métricas’, que no es sino enlazar terminaciones y rapear cortando sílabas hasta que uno se pierde en las comarcales y se queda sin ovillo. No le hizo falta brillar a Sweet. Distinto fue el caso de Fabiuki. El canario, que se muestra más liberado cada jornada, estuvo cerca de tumbar “a Sweet Pain su imperio”, pero naufragó ante el estoicismo del hispalense, cuya constancia y agresividad —pareciera que moldea piedras a puñetazos—, le valieron los tres puntos. Seis de seis.

Pudo resarcirse Fabio e irse con buen sabor a casa al endosar un contundente 5-0 a Nitro. Quizá tras tres jornadas pueda abrirse el ‘Expediente Nitro’: el chileno falla poco, encara bien, rapea sobresaliente y maneja las argumentaciones como un astuto perro viejo. Pero no gana. Le falta concretar y trasladar la energía que asume en competencias internacionales a las ligas nacionales.

Es probable que oliera la sangre Chuty: el de Entrevías convirtió sus respuestas en un martillo con el que poco a poco —golpe a golpe, verso a verso, que diría Serrat— aplastó a Nitro. Hasta le dio tiempo para firmar las paces con Aczino. Previamente había sentenciado a un sólido Dani VK, el ‘príncipe de Vallecas’.

Fue una coronación ejemplar, en tanto que rezumaba un cierto aire aleccionador. Arkano parece haber extraído lo mejor de su generación para implementarlo en un presente que ha olvidado dónde residía la magia de las batallas: se impuso a un Alek que brilló por su coherencia y a un Nez que lució fortaleza. A los dos les faltó algo que cuesta describir y que se tiene, o no. No es fácil derrotar a un rey. Y mucho menos al de Alicante.

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