Crónicas

El fuego de Frank Carter (y compañía)

El cantante británico, que se ha unido a los Sex Pistols en lugar de Johnny Rotten, pasa como un torbellino por Madrid con sus Rattlesnakes.

Frank Carter, vocalista de Frank Carter & The Rattlesnakes, en una actuación reciente.

Si el parón indefinido que han anunciado Frank Carter y sus Rattlesnakes es sólo eso, un hiato, podemos respirar. Pero como el vaso esté medio vacío y signifique el fin del pelirrojo punk-rockstar y su gente, es para derramar más de una lagrimica. Porque que es un grupo en la cúspide de su poder con un frontman magnético y cada vez mejor vocalista. Lo volvieron a dejar patente esta semana en su bolo en la sala madrileña Mon, el cierre de su minigira por España organizada por la promotora del Resurrection Fest.

Allí, en Viveiro, en el grandioso festival gallego comenzó Frank Carter y compañía a cimentar su reputación de grupo que es necesario ver. Aunque no hayas escuchado una canción suya en la vida. Pura energía sin cortar ni adulterar. En Madrid en la que será ¿su última? visita a España, condensaron en una hora y 18 minutos mucho de lo mejor de su carrera de nueve años y cinco discos. La estética agresiva del vocalista altamente tatuado choca con el punto lírico de su voz. Encamisado, cada vez más dandy y menos punkarra, el arranque fue precisamente la mejor muestra de ese afán por cantar bien. Take you home es una de las canciones más arcticmonkeysiana de su último disco, Dark Rainbow (2024). Desde ahí, a subir revoluciones. Honey y Tyrant Lizard King (por desgracia sin Tom Morello) empezaron a generar los primeros pogos en la platea y si alguien pensaba que Frank Carter se había acomodado al resguardo del escenario, rápidamente se dieron cuenta de que no. El triple balonazo a trallón de The Drugs, Devil inside Me y Kitty Sucker vino con el cantante metido de lleno entre el público.

Un Carter deconstruido

Parte de la última deriva más reflexiva y abierta de miras de Frank Carter y los Rattlesnakes afloró en sus menciones pro Palestina (cuánto le sigue pesando a Sleaford Mods aquella salida de tiesto en su penúltima presencia en la capital española) y cuando en Wild Flowers organizó un pogo exclusivamente femenino. Con Cupid’s Arrow hicieron su única pasada por Sticky (2021) y la alternancia con material más antiguo se concentró en Lullaby, Thunder, la tralla de Juggernaut y el final, también de Blossom (2015) que es esa píldora de odio bluesero reconcentrado de I Hate You. El público madrileño, a cambio, les dio su amor. Y la esperanza de que no sea una ruptura, un adiós definitivo.

Por si acaso, de su visceral cantante sí sabemos que tiene planes inmediatos. Pasan por España (en el próximo Tsunami Fest de Gijón) dentro su nueva ‘encarnación’ como vocalista de los Sex Pistols para una gira interpretando íntegramente el Never Mind the Bollocks. Adiós Johnny Rotten, hola Frank Carter.

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