Música

El día que Robe Iniesta (Extremoduro) puso de acuerdo a PSOE, PP, VOX y Podemos: “Parte fundamental del patrimonio cultural”

El día en el que se ha conocido la muerte del celebérrimo artista ha servido para recordar uno de los pocos acuerdos entre las principales fuerzas políticas.

MADRID, SPAIN - SEPTEMBER 12:  Robe Iniesta of Spanish band Extremoduro performs in concert at Las Ventas Bullring on September 12, 2014 in Madrid, Spain.  (Photo by Juan Aguado/Redferns via Getty Images)
Juan Aguado
Daniel Pérez G.
Nació en Madrid en 1998. Licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la UC3M. Entró en Diario AS como becario de Actualidad en 2020, aunque también ha pasado por las secciones de Directos y Más Deporte cubriendo algún evento de ajedrez. Desde agosto de 2022 escribe en Tikitakas.
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Aunque tuvo que salir de su región para convertirse en el icono de la música en el que se convirtió y por el que hoy, tras su muerte, se le llora, Robe Iniesta siempre fue un ciudadano orgulloso de su Extremadura natal. Placentino de nacimiento, podría decirse que fue una de las pocas personas que consiguió poner de acuerdo a los principales grupos políticos del país: PSOE, PP, VOX y Podemos.

Hace unos meses, la Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Plasencia aprobó por unanimidad iniciar el expediente para que el exvocalista de Extremoduro fuera nombrado Hijo Predilecto de Plasencia. “Ha llevado el nombre de nuestra ciudad y de Extremadura a escenarios de todo el país”, reconocen. Además, recalcan que su banda ha estado formada “en su totalidad por músicos extremeños” y que “es parte fundamental del patrimonio cultural contemporáneo”.

El siguiente paso, que por desgracia (aunque el propio Robe odiaba este tipo de actos y reconocimientos) ya no vivirá, será la aprobación en el pleno “para iniciar el expediente y reconocer oficialmente su trayectoria y contribución cultural”.

Así recibió la Medalla de Extremadura

En septiembre de 2014, Robe recibió en el Teatro Romano de Mérida la Medalla de Extremadura, el máximo galardón de la comunidad autónoma. Delante del entonces presidente, José Antonio Monago, pronunció un discurso donde reivindicó la necesidad de fomentar el arte y acercárselo a todo el mundo.

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“En primer lugar, quiero agradecer este reconocimiento al presidente y a la gente que ha hecho esto posible. No me voy a extender, me lo he traído apuntado para que no se me olvide nada, pero voy a intentar ser breve. Los que me conocéis sabéis que no me gustan este tipo de actos, así que lo primero que hice fue buscar razones para no venir, pero no las encontré. Y ya que estoy aquí voy a intentar que esto sirva para algo. Con la autoridad que me da esta medalla y la sabiduría que me da ser un músico extremeño que se tuvo que ir fuera, voy a hacer una petición al presidente y a todos los alcaldes de Extremadura, sean del partido que sean, eso ni me importa ni me interesa. No voy a pedir una utopía, ni la paz en el mundo, ni que prohíban matar elefantes ni que se acabe el hambre o el paro. Ni voy a pedir que se aumenten los fondos para la renta básica, eso ya hay gente pidiéndolo fuera. A mí, por mi condición de músico y de creador, me toca pedir otro tipo de cosas. Y lo voy a pedir para todos los músicos y creadores extremeños, presentes y futuros. Sobre todo, en nombre de los futuros, los que todavía no saben que lo son y, por eso, no lo pueden pedir. Necesitamos locales de ensayo, locales para hacer talleres de escritura, pintura y escultura. Locales para los creadores, para los chavales, para que vayan a hablar o a hacer lo que les dé la gana. Lo necesitamos en todas las ciudades y pueblos de Extremadura. Y salas para conciertos, evidentemente. Quizá en pueblos pequeños donde no hay apreturas sea más una cuestión de querer que de poder. Y en las ciudades, después del boom del ladrillo, han quedado edificios sin utilidad. Palacios de Congresos, como el de Plasencia, donde no se congregado nunca nadie y no sabemos si querrá alguien congregarse alguna vez allí. Hacer de ese lugar algo como lo que planteo sería lo mejor que le puede pasar a ese edificio y a Plasencia. Y si consiguiéramos estos locales y quizá, con ello, que unos cuantos creadores no tuvieran que emigrar estaría muy bien, pero no sería lo más importante. Lo más importante sería lo que ganaríamos todos.

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