David Otero: “Sueño con la vuelta de Kroos y que se ponga a repartir”

David Otero (Madrid, 1980) presenta nuevo disco: ‘Inteligencia Natural’. Es en el momento en el que está más seguro de si mismo. Completamente liberado llega para romper. Para cantar lo nuevo y relatar como fue su camino hasta llegar aquí. Recibe a AS y nos cuenta todo este proceso, sus ratos de terapia, su adaptación a los nuevos tiempos y ¡como no! nos habla de fútbol. Madridista hasta la médula, confía en el equipo y en lo que está por venir.

-David, ¿qué se va a encontrar su gente en inteligencia natural?

-Al final uno nunca sabe qué es lo que esperan. Este trabajo es superloco porque no hablas con la gente que te escucha, hablas con tu familia, con tus amigos, pero con el público en general no sabes qué es lo que esperan del siguiente disco. Vas muy a ciegas así que me enfoco en lo que a mi me gusta y me emociona. Mis discos suelen ser esa selección de canciones que he ido haciendo durante estos dos años. Han sido 60 y he elegido las que más me emocionaban.

-Además, usted es de los que tienes un público muy fiel y nuevas generaciones…

-Pues sí, y desde hace muchos años, que es lo mas heavy. Llevo 25 años en la música y la gente que me escucha es de todo tipo de edades. De todo tipo de rollos. Muy diferente. Dicen que a nivel marketing es una mierda y me dicen que tengo lo más jorobado porque no tengo un público definido. Si sabes al ratio de gente que vas es más fácil llegar a comunicar al sacar un disco, pero lo mío son niños, señores mayores, gente joven, gente de mi edad, gente de 20 y pico, chavales de 16… El otro día me hacía una cover que colgó en Instagram un compañero del cole de mi hija. La veo, me parece chula y la reposteo y me escribe mi hija, que ya está en la universidad, y me dice. “Es Marco, del cole”. Hacía muchos años que no le veía porque mi hija cambió de cole. Era su compañero pupitre. Y me digo: “Es la leche, si ya es un tío mayor”. Este chaval tiene 18 años y me está haciendo un cover y eso mola muchísimo.

-¿Que siente cuando ve en sus conciertos madres y padres con sus hijos?

-Es complicado de conseguir, pero me pasa a menudo. Me piden autógrafos para su madre. Ayer iba por la calle, estará en el centro y chavales de 18 años me pararon.

-¿Por qué dejó de existir ‘El Pescao’ y apareció David?

-Me lo comí con patatas. En un principio ese momento que sale el pescao sales con un miedo tremendo y te pones algo delante siempre para ver si no va bien y si no te puedes dedicar a esto. Lo hice de manera inconsciente, pero luego lo analicé en terapia y la conclusión fue que me puse un paragolpes en caso de que fuera mal, incluso en caso de que fuera bien. Eso es que no estaba preparado para enfrentarme yo como yo había ido a aquello.

-Quizá con usted no se ha sido justo en elogios, Dani lo tenía todo hecho y David era el gran desconocido que se lo tuvo que currar más…

-Nunca lo he pensado mucho. Sí que es verdad que tengo la sensación de que empecé de cero, 100%. O sea, sí que tenía mucha experiencia, porque llevaba muchos años dedicándome a esto y sabía lo que quería y cómo me apetecía hacerlo. Empecé en salas y sigo con salas pequeñitas. Nunca esperé tampoco a un gran público ni que todo el mundo del canto fuera a venir. Eso lo tenía claro. Pero sí que a lo largo de los años sí que me ha venido mucha gente y me dicen que se han dado cuenta que canciones del Canto eran mías, que las he compuesto yo y que no lo sabían. A mí me gusta decirlo porque me lo he currado yo. Me encanta que la gente se entere de que fui el papá de canciones como ‘Son sueños’, ‘Foto en blanco y negro’, ‘Volverá’, ‘La suerte de mi vida’ o ‘A contracorriente’. Son canciones que han formado parte de una historia y la gente, a veces, se queda más con la idea del grupo y tal, pero las canciones las hice yo en mi casa, en mi cuarto o en mi coche, cuando no tenía donde componer. Llamaba yo al grupo y decía: “Oye, hacemos esto”, y luego se cambiaban y se transformaban y tal. Y me gusta contarlo. Lo cuento en los conciertos y hablo de las canciones, de cómo surgieron, de cómo nacieron, y la gente dice: “Ah, pues no tenía ni idea”.

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¿Cuántas veces le han preguntado que cuando llenará el Wizink? ¿no le harta un poco?

Ayer en mi cuarto, a punto de meterme a la cama pensaba: “Ostras, es que para hablar de quién soy, tengo también que contar quién he sido y de dónde me vengo”. Es normal explicarle a la gente: “Oye, ¿qué pasó? ¿Qué fue lo que ocurrió? Y que la gente tenga curiosidad”. Al final, esto es de dominio público. Y más cuando has tenido la oportunidad de pertenecer a una banda que ya pertenece a la gente, que ya no es tuya, esto es como si la gente se sintiera con el derecho a decir: “Oye, cuéntame qué pasó, o cuéntame qué hay ahí detrás, y por supuesto, hablar de algunas cosas y otras no dices. No pasa nada, cualquiera en su vida tiene su parte que explica y tiene su parte de intimidad que se queda para él.

-¿'Inteligencia natural’ es su mejor disco?

-El proceso de iluminación ha sido muy paulatino, despacio y momento a momento. Mi proceso de cambio y de entender dónde estoy ahora y de qué es lo que entrego con este disco ha sido superlento. Llevo 14 años en solitario. Es un huevo. Y sigo entendiendo un poco qué me pasó y qué es lo que fui y qué es lo que soy a día de hoy. Pero de una manera muy lenta, con mucha terapia, también he hecho mucha terapia y me encanta ir a terapia y me flipa conocerme a mí mismo. Pero yo entiendo que tengo mis momentos de subidón, de bajón. Empiezo a entender cuáles son mis dinámicas de sacar un disco, de compartir canciones con la gente, tienes momentos en los que de repente alguien te comparte. por ejemplo ves como ‘El chiringuito’ cierra el programa con una canción mía y es como ese momento de subidón de decir: “Joder, que guay a ver”. Yo me duermo con vosotros, sois parte de mi día a día y que, de repente, una canción mía salga ahí es como wow, me hace una ilusión increíble. Entonces hay que manejar también ese momento de: “Ostras, qué guay que estoy ahí”. Y al día siguiente, de repente, no pasa nada porque no te ha llamado nadie o un concierto no ha salido. Mantener ese equilibrio es un proceso muy largo y en este disco sí que es verdad que pienso que hay mucho equilibrio en todo: en el sonido, en las letras, en las composiciones, es un disco muy equilibrado y yo me considero una persona bastante equilibrada a pesar de que todos tenemos los vaivenes emocionales de la leche.

-Personalmente, veo al mismo David optimista, divertido, cercano, con energía, como hace 15 años…

-Eso es algo que a mí me gustaría mucho preguntarle a la gente y que nunca haces: “¿cómo me ves?”. Es increíble, yo haría las entrevistas a la gente y cada uno tiene una opinión completamente opuesta. Somos seres humanos que juzgamos, somos especialistas en juzgar y analizar a las personas, porque los seres humanos somos así. Analizamos hasta el más mínimo guiño de ojo, la mueca… todo. Todo eso nos da información de la gente... Yo creo que una de las cosas más bonitas del trabajo que tenemos es que detrás hay una intimidad brutal que no exponemos y que es donde se fragua todo: tú como periodista, yo como artista, ahí es donde está la realidad de quiénes somos porque tú cuando vas al chiringuito y hablas de lo que te mola detrás hay una cantidad de análisis de tiempo, de haber pensado de haber discutido contigo mismo de esto me parece que así, esto que has hecho, esto que tal, tu opinión, tu... Y todo eso la gente no lo ve, solo ve el momento en el que te estás expresando. En las canciones es igual, hay una cantidad de tiempo detrás ahí del curro que la gente no ve, solo juzga el momento en el que estás ahí presente.

-Una de las cosas que leía en algunas de sus entrevistas es el tema de redes sociales, que al final para todos es un poco de locura. Pero ahora es una manera más de comunicar, en un storie, en un tiktok…

-La forma de componer ha cambiado hasta ese punto. Hasta el punto que hay que meter una frase porque en TikTok se va a viralizar. Y me encuentro muchos casos así. Yo no lo hago así. Porque yo soy de otra escuela, de otra época... Compongo canciones para entenderme a mí mismo, para escuchar lo que siento. Por ejemplo, este verano todo el mundo ha puesto ‘En el paraíso’ (de Mikel Izal) cuando estaba en la playa. Se ha convertido en un trend de forma natural, El tío no haría la canción pensando que iba a sonar cuando la gente se iba a la playa. Es una manera de comunicar que igual no era la esperada, pues si pasa eso con alguna canción mía, pues me maravilla. A veces me dice mi hija que en Tiktok hay canciones mías en trend y me parece guay.

-Vamos a hablar de fútbol, que sé que es muy futbolero y que no esv del Atlético aunque la gente piense que sí.

-Eso es acojonante. Yendo Bernabéu me paran y me dicen: “Qué haces aquí?” Y le dije: “¿pero cómo que qué hago yo aquí?” Me indigné. Y le digo: “Soy más madridista que tú. Que no lo sepas es tu problema”.

-¿Es sufridor en el fútbol?

-No, no sufro. Se me agita un poco el pulso un rato… Soy de los madridistas que ahora mismo piensan que nos han dado tanto estos últimos años, que no pasa nada si un año no se gana nada. Es lo normal que no gane un año nada o que, de repente, se tenga un mal año. Todo el mundo decía con Mbappe va a ser la hostia, y yo vengo pensado desde principio de temporada que sería un año muy jodido. A mí me encanta que empiecen mal. Me gusta más cuando empieza mal que cuando lo hace bien. Recuerdo una temporada que empezamos como un tiro, como un cañón, y en enero se nos acabó la gasolina. No ganamos nada. A mí esta temporada me ilusiona porque creo que me han empezado con muchas dificultades y que no está nada claro cómo van a jugar. Me parece buenísimo porque se van a tener que romper el coco y estrujar el cerebro para sacarle el jugo a esta plantilla.

No tiene nada que ver con la plantilla de año pasado, es completamente distinta. Lo que se ve es que se ha ido Kroos, pero veo cosas muy diferentes. Los centros y los volantes no está claro donde se posicionan, están haciendo muchas pruebas, que si Valverde por la derecha y Valverde por la izquierda, que si Valverde por el centro. Para mí la clave es Valverde, me parece. Es de mis jugadores favoritos. Él y Modric. Para mí Modric es el mejor en este inicio de temporada con diferencia.

-Y con 39 años...

-¿Quién lo diría? Le conozco personalmente y es un tipo al que tengo especial cariño. Me ha transmitido una normalidad cuando lo he conocido, le he saludado y he hablado con él un ratito. Soy fan de Modric absoluto y que esté en el mejor momento y que sea el mejor de la plantilla me parece brutal. Pero creo que todavía tienen mucho que cuadrar.

-¿Qué falta?

-Creo que falta un mediocentro organizativo, una piedra angular. Yo sigo soñando que, de repente, Kroos en enero diga: “Venga, que vuelvo”

-Va a ser que no…

-Ya, ya lo sé, pero de repente sería como cuando volvió Michael Jordan a los Chicago Bulls. O cuando volvió Tiger Woods y ganó Augusta. Ostras sería una historia para la historia del deporte, sería algo épico, en el fútbol nunca ha ocurrido nada así y me encantaría vivirlo como madridista. Eso es algo como una utopía que tengo, un sueño que me gustaría que pasase esta temporada. Que volviese Kroos a mitad de temporada y se pusiese a repartir…

-¿Las críticas que le están cayendo a Ancelotti son justas?

-Es muy injusto. Ancelotti es el adecuado de los madridistas. Ha sido el mejor entrenador que ha tenido en esta historia. con respeto de Zidane, que para mí está a su nivel. Que tengan 4 o 5 meses para reestructurar en su cabeza. De verdad que nos viene muy bien este inicio de temporada. Pero es verdad que no me gusta como están jugando. No veo que haya fluidez, no hay profundidad. De repente están como apelotonados adelante… Hay una pieza que no encaja y no sé cuál es y yo creo que ellos también saben que hay algo ahí que no encaja y que no saben qué es porque si no lo hubieran resuelto.

Para acabar, ¿qué canción le pondría al momento que vive el Madrid ahora mismo?

-Les pondría ‘Una vez más’. Yo iba con un amigo Edu y le cantaba: “Vamos a ver, vamos a ver, no solo una vez más” y yo cantaba: “hay que ganar la Champions una vez más, una vez más” y yo decía: “O quince”, como para animarles…

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