Cómo Alison Krauss se convirtió en la artista más premiada del country: “la voz más angelical que ha pisado un escenario”
Con 27 Grammy, millones de discos vendidos y duetos legendarios con Robert Plant, Alison Krauss ha marcado un antes y un después en la música americana. Su influencia llega hoy a artistas que llenan festivales folk en España.


En Estados Unidos su nombre es sinónimo de excelencia musical. En España, es una desconocida para la mayoría. Alison Krauss no solo es la artista más premiada del country moderno: es la mujer que devolvió el bluegrass al mapa global y lo convirtió en un género capaz de llenar estadios y ganar Grammy. Y lo hizo sin estridencias, con un violín en la mano y una delicadeza que parece flotar sobre cada nota. Como dijo Emmylou Harris: “la voz más angelical que ha pisado un escenario”.
Cuando Krauss apareció en escena a finales de los 80, el bluegrass era casi un recuerdo de los Apalaches, un género rural que sobrevivía en festivales locales y emisoras especializadas. Ella lo llevó a la gran liga. Ha vendido millones de discos, con dos doble platino, dos platino y cuatro discos de oro en su carrera, y durante años fue la mujer más premiada de la historia con 27 Grammy… hasta que Beyoncé la superó en 2021 y alcanzó los 35. Su influencia se disparó con la banda sonora de O Brother, Where Art Thou? (2000), que convirtió el folk y el bluegrass en tendencia global. De repente, un sonido que parecía condenado a los porches de Kentucky sonaba en películas, anuncios y listas de éxitos.
Pero Krauss no se conformó con eso. En 2007 sorprendió al mundo con Robert Plant, el mítico vocalista de Led Zeppelin. Juntos grabaron Raising Sand, un disco que mezclaba raíces americanas con rock británico y que arrasó en los Grammy: seis premios, incluido el Álbum del Año. Aquella colaboración fue más que un experimento: demostró que el bluegrass podía dialogar con cualquier género sin perder autenticidad. En 2021 repitieron la fórmula con Raise the Roof, confirmando que la química seguía intacta.
¿Por qué un icono del hard rock se acercó al bluegrass? Plant lo explicó así: “Estaba cansado de la testosterona y los riffs”. El encuentro con Krauss fue como abrir una ventana en una habitación cerrada: aire fresco, calma y raíces. Con ella aprendió a cantar distinto, “a escuchar el silencio entre las notas”. Plant lo resumió mejor que nadie: “Con Alison descubrí un nuevo lenguaje musical”.
Tras 14 años sin grabar con Union Station, su banda de siempre, Krauss volvió en marzo de 2025 con Arcadia. El disco es un viaje por la tradición y la modernidad: armonías cristalinas, banjos que suenan como ecos del pasado y arreglos que miran al futuro. “Queríamos que sonara a lo que somos, pero también a lo que hemos aprendido en estos años”, dijo Krauss en la presentación del álbum. Y vaya si lo han conseguido. El lanzamiento vino acompañado de una gira mastodóntica por Estados Unidos y Canadá, con 73 conciertos que se celebraron entre abril y septiembre.
Para entender la magnitud del regreso, basta con mirar los números: Krauss tiene más de 2,5 millones de oyentes mensuales en Spotify, y su influencia se extiende a artistas que hoy llenan festivales folk en España. Porque sí, aquí también hay hambre de raíces. El auge de propuestas como Luar na Lubre, Xabier Díaz o El Naán demuestra que el público busca autenticidad, y Krauss es la definición misma de esa palabra.
Su historia está llena de anécdotas que explican por qué se ha convertido en un icono. Empezó tocando el violín con cinco años, ganó su primer concurso a los diez y a los catorce ya grababa discos. “Nunca pensé en ser famosa, solo quería tocar”, confesó en una entrevista. Esa humildad sigue intacta: a pesar de los premios y los reconocimientos, Krauss evita el ruido mediático y se centra en la música. Quizá por eso su regreso con Union Station se siente tan especial: es volver a casa, a las raíces que la hicieron grande.
¿Y qué tiene Arcadia que lo hace distinto? Según Krauss, es un disco que respira libertad. “No hay prisa, no hay presión. Solo canciones que nos emocionan”, dijo. Entre ellas hay piezas que suenan a clásicos instantáneos y otras que exploran territorios nuevos, con arreglos más atrevidos y colaboraciones inesperadas. Todo sin perder la esencia: esa mezcla de virtuosismo instrumental y delicadeza vocal que ha definido su carrera. Eso sí, Dan Tyminski participa en el álbum como músico y compositor, pero las voces principales masculinas las canta Russell Moore, quien también lo sustituyó en la gira tras su decisión de centrarse en su carrera en solitario. Muchos lo echaron de menos, porque su voz ha sido siempre el contrapunto perfecto para Alison.
En España, el nombre de Alison Krauss empieza a sonar con fuerza gracias a plataformas y redes sociales. Muchos la descubrieron por sus duetos con Plant, otros por su versión de “Amazing Grace” junto a Andrea Bocelli. Pero lo que engancha no son las colaboraciones, sino su capacidad para hacer que cada nota cuente. Ella no grita, no compite: simplemente canta, y el mundo se detiene.Su regreso plantea una pregunta interesante: ¿puede el bluegrass conquistar definitivamente al público europeo? Si alguien puede lograrlo, es ella. Porque Krauss no solo toca música, cuenta historias. Y en tiempos de ruido y algoritmos, las historias auténticas son oro puro.
Noticias relacionadas
Así que atentos: Arcadia no es solo un disco, es la confirmación de que el bluegrass sigue vivo y que su reina vuelve para recordárnoslo. Alison Krauss no necesita demostrar nada, pero cada vez que levanta el arco y deja que su voz flote, dibuja un cuadro cristalino. Y eso, amigos, convierte su música en un milagro.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí


Rellene su nombre y apellidos para comentar