Café Quijano en exclusiva en Londres: “Miami 1990 son historias reales, pero no todas se pueden contar...”

Pocas ciudades en el mundo transmiten las sensaciones y las emociones como Londres. Esa ciudad en la que nacieron bandas como The Rolling Stone, The Who o Led Zeppelin. Las calles por las que tocaron por primera vez artistas como David Bowie, Amy Winehouse, Elton John o Adele. Un lugar, que por muchos y a la vez por ningún motivo, enamora.

Permítanme el desconocimiento de saber si existe un vuelo directo León-Londres. No quiero buscarlo, ni preguntárselo a Chat GPT. Creo que queda más sincero si lo dejamos así. De una manera o de otra, Café Quijano ha llegado hasta aquí en la segunda parada de su gira europea que ha recorrido Dublín, Londres, Berlín, Zúrich y Bruselas. El lugar es perfecto. Un camerino amplio y acogedor al mismo tiempo. Un sofá verde terciopelado con Manolo a mi izquierda y Óscar a mi derecha. Un taburete ‘guitarrero’ -que me gusta llamarle - en el que se sitúa Raúl. Y Ana, mi mano derecha e izquierda marcándome los tiempos. Todo listo. Empezamos.

De León a Londres. Café Quijano. Manolo, Óscar, Raúl. ¿Cómo estáis?

Manolo - Encantados. Estamos muy muy bien. Muy tranquilos y muy contentos. Ayer Dublín fue increíble. Es el tercer año consecutivo que vamos y lo pasamos muy bien. Cada vez viene más gente nativa a los conciertos, gente de la ciudad. Ayer había mucha más gente irlandesa que otros años y nos gusta mucho eso.

¿Cómo creéis que ha evolucionado el grupo musical y sentimentalmente de finales de los 90′ y principios de los 2000, hasta hoy?

Manolo - Con el tiempo. Vamos evolucionando de la misma manera que evoluciona todo y adaptándonos a la evolución. Unas veces las cosas pasan más deprisa, otras la adaptación tiene que ser más rápida y algunas veces o te pilla ahí la ola y te lleva tranquilo o tienes que subirte a la ola a toda velocidad. Nos hemos ido adaptando de una manera obligada, casi por el hecho de llevar casi 30 años en esto. O te adaptas o desapareces, ¿no? Y aquí estamos, procurando seguir frescos dentro de nuestras posibilidades.

“Unas veces las cosas pasan más deprisa, otras la adaptación tiene que ser más rápida y algunas veces o te pilla ahí la ola y te lleva tranquilo o tienes que subirte a la ola a toda velocidad”

Manolo - Café Quijano

Lleváis cerca de un año girando con ‘Miami 1990′... ¿Cómo explicarías que es este disco? ¿En qué se parece y en qué se diferencia de lo que veníais haciendo?

Manolo - Un disco con historias... casi siempre contamos historias verídicas, pero en este caso hay muchas más historias basadas en hechos reales. Prácticamente, todas, ¿no? Hablamos en el disco de una época muy especial, de un momento y de una ciudad que ha marcado parte de nuestra vida. Desde que comenzó la década de los 90 y pusimos allí los pies, ha formado parte de nuestra vida. Eso ha generado argumento para muchas canciones y muchas historias que han surgido allí a lo largo de tanto tiempo. Se ha tratado de buscar toda la similitud posible con el sonido o con lo más parecido a lo que fue el disco de la Taberna del Buda en el 2000. Este es un disco que ha buscado homenajear de alguna manera la forma de contar las historias, la forma de escribir las canciones. Incluso los sonidos y el concepto en general del disco es una réplica moderna de lo que fue la Taberna del Buda.

Por ejemplo, ‘La primera noche’... ¿Está basada en hechos reales?

Manolo - Sí, totalmente. Es como contamos ahí en el concierto, basada en hechos reales y lo que pasó, parte de lo que pasó... Porque primero no se puede contar todo lo que pasó, porque tampoco se puede ser indiscreto, ¿no? Hay que guardarse ciertas cosas. Y segundo, porque tampoco te acuerdas de todo lo que pasó, aunque así, a grosso modo, hay ahí unas pinceladas. Claro, es una historia de hace 35 años, imagínate. Ahora, en octubre, además. Entonces es una historia que tiene 35 años, que ni vosotros dos juntos casi sumáis 35 años... (risas)

¿Cómo fue empezar a hacer boleros en esa época en España?

Manolo - El bolero en sí nunca ha sido una moda ni un movimiento de especial actualidad. El bolero ha estado presente toda la vida, pero nunca ha tenido un momento que digas ‘está de moda’... Igual que ahora hay géneros que llevan de moda mucho tiempo, el género urbano, hip hop, el reggaetón, todo ese tipo de cosas... El bolero nunca ha sido ningún género de esos, pero siempre ha estado ahí y nunca ha dejado de existir. Y en aquella época había muchos, ya quedan menos, claro, de aquellos grupos de boleros clásicos, sobre todo los mexicanos, que eran los que nos gustaban a nosotros, o los boleros tradicionales cubanos.

“Los boleros nunca han sido una moda”

Manolo - Café Quijano

¿Cómo es un directo de ‘Café Quijano’ para alguien que nunca haya ido a veros? ¿Y en qué se diferencia una gira europea a una por España?

Raúl - Muy divertido. Un concierto eléctrico, muy enérgico... Con el matiz que dices tú, que es esa mezcla de gente local en Berlín, Zurich o en este caso Londres. Hay gente local, gente londinense, mezclado con público latino, mezclado también con público español que está trabajando aquí. Esa mezcla hace que tenga una energía muy particular. Además, tocar en Londres que siempre es lugar íntimo. Además, en esta sala, que es un lugar con mucha solera y muy emblemático. Es nuestra primera vez en sala Scala.

¿Sois muy de vivir el presente o tenéis siempre la mirada puesta en el futuro?

Raúl - Yo creo que vivimos en el presente, pero también somos muy cuidadosos con el futuro. Siempre vamos un poquito por delante en aquello que vamos a hacer. De cualquier manera, en el campo en el que nos movemos, las giras se cierran con casi un año de antelación. Nos pasó nuestro manager hace ya tres meses, la primera parte del primer semestre del 26, con todas las fechas ya cerradas, los espacios y demás. Mirar al futuro forma aparte de la industria discográfica y del contexto de las giras y de los conciertos. Pero el concierto de hoy es el más importante y el de mañana será el más importante.

Óscar - Yo creo que el secreto de la vida es vivir el presente. El presente, como la misma palabra dice, es un regalo, hay que vivirlo y hay que experimentarlo. Los niños son felices porque viven el presente continuamente.

Muchísimas gracias y suerte esta noche.

Esperamos que os encante y que lo disfrutéis mucho.