Alcalá Norte: de la calle Elfo al cielo de la Riviera
Apoteósico directo de la banda liderada por Álvaro Rivas en la mítica sala madrileña. Tres noches, las tres ‘sold out’ con un solo disco. Hoy, la última. Rarezas, hits, homenaje a Los Planetas de este grupo ‘cañón’.
Algo sucede siempre cuando suenan los primeros acordes de esa canción. Tantantantananananananana. Tantantantananananananana. Lololololo. Decenas de teléfonos móviles se alzan de pronto en la Riviera, la mítica sala de conciertos, por segunda vez, de las tres que han llenado en esta Navidad de 2025 los chicos del barrio de la Conce. Si en la primera una réplica de cartón del monolito que identifica al centro comercial que les da nombre duró una hora en pie, en la segunda son todos esos brazos al aire, gritando la vida cañón, esa en la que la banda lleva instaurada el último año y medio desde que su primer disco vio la luz para alumbrar al mundo. Desde la calle Elfo.
Acaban de anunciar un Movistar Arena (20 de febrero de 2027) antes de publicar las que serán las canciones de su segundo disco. Ese que llenarán las letras profundas y oscuras de Álvaro Rivas, el vocalista, ese líder que le contó al público qué es vivir el sueño de triunfar con tu banda. Esa del barrio, criada en la Conce, en las tardes del bar Blanco II comiéndose las alitas de José en cualquiera de los cuatro vagones que son los asientos de este bar a los pies del centro comercial Alcalá Norte, en la cruz de Ciudad Lineal. Carlos Elías, guitarra; Laura de Diego, teclado electrónico; Jaime Barbosa, batería; y Pablo Prieto, el bajo eléctrico también conocido como el Admin, el mejor Comunity Manager que jamás una banda haya dado a este país, hasta los hermanos Gallagher han contestado a sus tuits, llenan con Rivas y René, de otro grupo muy a tener en cuenta, Dharmacide, el escenario de la Riviera. No les hace falta mucho más que sus canciones y el juego de luces para llegar. Ellos no son de parafernalia ni envoltorios. Ellos son de hueso y música en crudo. Rivas siempre sale en chándal. Y eso lo define todo: no necesita más. Lo que importan lo ponen sus letras, el sonido brutal que acompaña a cada canción de Alcalá Norte. Tan The Cure. Tan Fontaines DC. Tan postpunk y sintetizador.
18 canciones llenaron la noche, sus noches en la Riviera. 18 con todas las de su primer disco más algunas rarezas. Algunas como ‘10K’, esa agarrando la mano del grupo referencia de Rivas, Los Planetas; una versión de ABBA; otras propias y tan actuales, como ‘Arteligencia Intificial’, “aunque se escribiera hace cinco años”, como puntualizó Barbosa; y hasta un tema de ‘jevi’ en francés. Porque si algo define a Alcalá Norte es que son auténticos y hacen lo que les brota, natural y de verdad, sin que chirríe, capaces de llenar su repertorio, con un solo disco, en un concierto grande sin que se noten las juntas. Todo suena a ellos. Y lo hace de vicio.
Todo comenzó con ‘Dr Kozhev’ y ‘Supermán’, esa canción tan Blur y también Oasis, como declaración de intenciones. “¿Por qué esos brazos en jarra tras la batalla de Kiev?”, como carta a un Cristiano Ronaldo en su adiós al equipo que Rivas lleva en el escudo de su camiseta esta noche y siempre en la piel, el Madrid. “¿Por qué alejarte de ellos cuando ganan?”. Y las rarezas, y las versiones, y las canciones que irán mezclando con sus propios hits mientras los pogos se van sucediendo a sus pies y alguien vestido de power ranger se alza sobre unos hombros entre las palmeras y el escenario. En ese momento Barbosa ya ha coronado a Rivas de nuevo, cuando de fondo suenan la música de El señor de los anillos, ha señalado a Carlos Elías como su Gandalf particular y de la cabeza del Admin ya ha desparecido el gorrito de Navidad. El laurel se posa sobre el cabello del vocalista mientras una mitad de la Riviera graba y la otra, la que está en centro, baila y corea, como si todos tuvieran, o hubieran tenido también, un pisito en la calle Elfo.
Si cada intervención de Barbosa arranca las risas, de pura naturalidad, cómo mira Rivas hacia todas las partes de esta mítica sala en Madrid, emociona. Como aquel vídeo de un festival el verano pasado. Él con los ojos en agua antes de comenzar a tocar. No hay mejor foto y más real de lo que supone cumplir un sueño tan grande como éste. Sentir que cuentas a tanta gente con lo que has escrito en la soledad de tu habitación.
Los brazos se siguen alzando. ‘Goebbles’ y ‘Cosquilleo’. Hasta salen unos gaiteros que dejan a Rivas en el suelo un rato tras un disparo simulado que suena a latigazo. Entonces llega eso, ‘La calle Elfo’, ‘Icare’ y ‘Los Chavales’ para recordar que una vez, el 27 de marzo del año 2000, un tal Robert Smith y su grupo tocaron en La Riviera. Alcalá Norte suena igual. Oscuros, profundos, tan, tan adentro con las guitarras de Carlos y René, el bajo de Pablo, las teclas de Laura.
Y entonces llega ese momento, el que todo lo abrocha. Esos acordes. Tantantantananananananana. Tantantantananananananana. Lololololo. La canción que suena más indie-‘jevi’ en España, sin nada heavy, solo un homenaje al hombre que hablaba hace la porra de años en un recorte de prensa que a las manos de Barbosa llegó.
Noticias relacionadas
Tantantantananananananana. Tantantantananananananana. Lolololololo. Como intro a ese estribillo. El de ‘La vida cañón’. Su final y principio. Porque larga vida a estos tipos de la Conce que han puesto La Riviera, y la industria a sus pies. Sin dejar de ser ellos. Normales y auténticos. Grandes y buenos. Como las alitas en el bar Blanco II de José a los pies de ese centro comercial que ellos han descubierto al mundo. Alcalá Norte. Larga vida. Hoy es la última. Volverá a ser cañón.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí
Rellene su nombre y apellidos para comentar