Muere el director de cine Ventura Pons a los 78 años

El cine catalán pierde a su referente. Ventura Pons, el cineasta barcelonés más prolífico de toda la historia de Cataluña, autor de más de 30 largometrajes, ha fallecido a los 78 años en su ciudad natal. Así lo ha adelantado a ACN fuentes de su productora, Els Films de la Rambla, y ha confirmado entre lamentos la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.

Hasta en cuatro ocasiones fue nominado Pons al Goya a Mejor Guion Adaptado. El perquè de tot plegat, Actrius, Anita no perd el tren y Barcelona (un mapa) fueron los cuatro títulos que le acercaron a una estatuilla que nunca llegó a levantar. Tampoco le hizo falta. Su trayectoria, ampliamente reconocida en el sector nacional y más que consagrada en el regional, ha creado una escuela que hoy recoge sus frutos con el boom del cine catalán que vive el panorama durante los últimos años.

Además de su labor como cineasta, también fue vicepresidente de la Academia del Cine y, hasta el día de su muerte, ejerció como consejero de la SGAE y patrono de la Fundación Autor. En su vitrina de trofeos, el Premio Sant Jordi y el primer puesto en el Festival Internacional de Cine de Huesca. En su haber, aquello que quizá es lo más complicado de cosechar en un arte: la capacidad de influir trascendiendo.

Los honores de la Academia catalana

La Academia del Cine Catalán ha leído entre las líneas de su obra para emitir un comunicado corto y profundo acerca del legado que sobrevive a su deceso. “Esta tarde nos ha dejado en Barcelona el director, productor y guionista Ventura Pons, Premio Gaudí de Honor-Miquel Porter 2015, uno de los más importantes cineastas de nuestro país y que más ha hecho por el cine catalán y en catalán”, han escrito desde la institución, encumbrando su figura a un pico cultural al que sólo unos pocos pueden ascender.

“Referente de muchas generaciones por su talento, sensibilidad y su capacidad de conexión con el público, su prolífica carrera ha sido reconocida dentro y fuera de casa. Descansa en paz, Ventura”, han agregado. Su carrera, que inició allá por 1978 con Ocaña, un retrato inminente, donde ejerció como director y guionista y llegó a ser seleccionado para el Festival de Cannes, abarca cuatro décadas exactas, hasta Be happy en 2018, marcadas por una voluntad catalanista en el plano cultural que combinó con el doblaje al español para llevar su cine por todo el país. Y terminó por hacerlo en cualquier punto del planeta donde hubiera una mente capaz de ver más allá del cinematógrafo.