Muere Alain Delon

Los años sesenta del pasado siglo presenciaron la eclosión de un artista que el séptimo arte francés exportó a Hollywood y que maravilló a todo el planeta. Alain Delon, Caballero de la Orden Nacional de la Legión de Honor y ganador de un Premio César a Mejor Actor en 1984, era algo más que la ‘cara bonita’ del panorama galo de mitad de siglo: Delon era una insignia de la industria, el último vestigio de la era dorada del cine galo que, ahora, cierra los ojos para siempre.

El legendario actor ha fallecido a los 88 años, según han anunciado sus hijos en un comunicado conjunto. “Alain Fabien, Anouchka, Anthony, así como (su perro) Loubo, tienen la inmensa tristeza de anunciar la partida de su padre. Falleció pacíficamente en su casa de Douchy (Francia), rodeado de sus tres hijos y su familia. Su familia le pide amablemente que se respete su privacidad, en este momento de duelo extremadamente doloroso”, reza el texto transmitido por sus descendientes a AFP.

“El actor de A pleno sol y El silencio de un hombre ha ido a reunirse con [la Virgen] María entre las estrellas tan queridas para él”, señala el manuscrito de sus vástagos, haciendo un pequeño guiño a dos de los astros que que más fulguran en una de las constelaciones más icónicas de la historia del cine.

Su legado alcanza las 122 cintas, participando en 88 de ellas como intérprete, en otras 32 como productor y en un par como director. Rodeado de grandes coetáneos del género, tales como Jean-Pierre Melville, Luchino Visconti o René Clément, la influencia de todos estos nombres marcó la carrera del veterano intérprete, cuyo rostro ha trascendido generaciones hasta elevarse como icono de la cultura popular y, sobre todo, patrimonio de un modelo europeo en la creación del séptimo arte que hoy queda huérfano.

Drama familiar

Sus últimos años, especialmente el presente calendario, han estado marcados por sus disputas familiares y, especialmente, por su delicada salud —sufrió un derrame cerebral en 2019 del que jamás llegó a reponerse— y los consecuentes cuidados que exigían su bienestar. Todo esto derivó en que Delon fuera puesto bajo tutela judicial el pasado mes de enero, en el seno de los desacuerdos entre sus tres hijos acerca de su atención médica y a la luz del evidente empeoramiento de su estado.

La familia de Delon sabía que se moría. Y él también. Sus vástagos discutían acerca del lugar en el que debería fallecer su padre: su finca de Francia, el apartamento de Loiret (al sur de París) o en su casa de Suiza (hogar de su hija, Anouchka). A esto se sumó el asunto de la herencia, que se estimaba podía llegar a ascender a los 150 millones de euros y que dependía de manera directa del lugar en el que muriese el intérprete.

A la altura de febrero la situación era insostenible. La propia Anouchka confesó en una entrevista que la salud de su padre, así como el quebradero familiar, le estaba “haciendo pasar un infierno”. “Ya no llevo a mi hijo a ver su abuelo porque es asfixiante”, reveló, pronunciando después unas palabras que silenciaron el entorno familiar durante meses: “Ya no tiene ganas de seguir con tratamientos, sólo quiere que lo dejen morir en paz”.

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