Marta Abril, la hermana hippie de Morata que vive bajo el ‘Slow Life’

El éxito colectivo de la Selección está lleno de victorias individuales, de ‘imposibles’ que, cuando el árbitro pitó, la noche de Berlín convirtió en realidades. El sueño de la Eurocopa fue palpable para todos los jugadores en el metal del Henri Delaunay. En la mente de cada uno, sus ‘incondicionales’, aquellos que les acompañaron durante el largo camino que separa el primer entrenamiento de cada uno de aquel instante en el Estadio Olímpico de Berlín.

Así lo ha hecho ver Morata. El capitán insistió durante la celebración en Cibeles en la necesidad de compartir esta euforia con los seres queridos de cada uno; en su caso, uno de sus pilares fundamentales, más allá de su pareja e hijos, es su hermana. “Suéñalo tan fuerte que el universo no tenga más remedio que dártelo”, dejaba por escrito Marta Abril en la última publicación del delantero, que sonríe en la cama junto al trofeo, perfectamente conocedora de los pensamientos de Álvaro.

De Madrid a Mallorca para conocerse a sí misma

No es un rostro desconocido el de Marta. La joven madrileña de 38 años es una popular creadora de contenido que defiende un estilo de vida basado en lo que denomina Slow Life: un lema que hace prioritaria la importancia de las pequeñas cosas y, sobre todo, enmarca la naturaleza como en entorno idóneo para que el ser humano se desarrolle.

La influencer, que estudió Publicidad y Marketing y trabajó durante varios años en una agencia de publicidad y diseño web, empezó a vivir cuando, precisamente, rompió con todo lo anterior. Ya entonces había tenido un acercamiento a las revistas del corazón, fruto de su relación con el actor Javier Pereira, ganador de un Goya por Stockholm. Pero un día aquel tren de vida terminó.

Prueba del cambio manifiesto en su rutina es su perfil de Instagram, donde acumula 275.000 seguidores y muestra cómo, efectivamente, encontró la luz al cambiar las calles de Madrid por el oleaje y los campos verdes de Mallorca. Hace años que fundó junto a su marido, Jorge, un proyecto al que bautizaron Comoonity y a través del cual organizaban talleres, encuentros y retiros espirituales. En sus publicaciones, donde habla de este proyecto, ofrece, además, consejos, enseña recetas y, simple y profundamente, muestra paisajes y reflexiones. Siempre con una sonrisa en el rostro.

Una dosis de estos mensajes la convirtió en literatura con Semillas para el alma, un libro en el que enfrascaba los “escenarios de autoconocimiento, de etapas vitales, que Marta lleva impregnados en lo más profundo de su ser”; se trata, según recoge Ediciones Martínez Roca, de una obra escrita por “una mujer ávida de sentir todas y cada una de las experiencias que le ha tocado vivir”, “un relato íntimo, sincero y rebosante de verdad”.

La crianza de sus hijos bajo el ‘Slow Life’

Esta filosofía la transmite a sus pequeños Noah, de cinco años, y Aluna, de uno. En una entrevista concedida a Hola confesó adoptar este sistema de crianza porque se trata, al fin y al cabo, “es nuestra forma de ver la vida, la vida es cambio, es movimiento y, si podemos ir adaptando el escenario a cada momento, cada necesidad nos parece una experiencia muy enriquecedora como familia”.

Parte de esa esencia la respira en sus viajes a lo largo y ancho del planeta. “Nos quedamos embarazados en Bali y él nació en Mallorca [Noah]. Hemos viajado por Europa con él y estuvimos un mes recorriendo República Dominicana. Ahora nacerá nuestra hija Aluna y en cuanto podamos continuaremos con la idea de explorar en familia”, expresaba, resumiendo su organización en dos simples palabras y una conjunción: “Minimalismo y paciencia”.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.