María Patiño confiesa que tuvo que “pedir ayuda psicológica” tras el final de ‘Sálvame’

El 23 de junio del presente año Sálvame puso punto y final al formato y, al mismo tiempo, confirmaba una tendencia a la baja en los registros de audiencias de la cadena de Fuencarral. Poco después, todavía en la época estival, salió a la luz, como si de entre las cenizas resurgiera, que varios colaboradores del ya clausurado programa protagonizarían un docurreality en Netflix bajo el nombre de ¡Sálvese quien pueda!. María Patiño es una de ellas.

La televisiva ha sido entrevistada junto a Lydia Lozano en Los reyes del palique, con Uy Albert y Fizpireta, donde ha hablado de esta nueva aventura y, sobre todo, de lo que supuso para ella el cierre de una etapa tan importante en su vida. Y ha sido contundente al afirmar que tuvo que “pedir ayuda psicológica” por la “inactividad” que empezó a reinar en su día a día, pese a que todavía permanece en Socialité. “A mí me pasó mucha factura”, ha resumido la presentadora.

Un cambio radical en su día a día

“Yo no soy ama de casa. No me gusta la cocina, la decoración y el trabajo me aisló de mi vida social”, ha continuado su relato sobre aquel giro en su día a día. Sin embargo, tras un cambio radical que cegó su horizonte, afirma que empezó a ver lo positivo de aquella circunstancia: “me ha ayudado a encontrarme conmigo misma, a quedar con mis amigos y a dedicarme más tiempo”.

Al final, su horario cuando todavía era tertuliana de Sálvame no permitía esas concesiones. “Nos recogían a las 13:00 horas y salíamos a las 21:00 horas. Sigues hablando [por la noche]... Vas tan rápido que pasa el tiempo; miré atrás y dije: ‘tengo un hijo de 24 años y ni me he enterado’. La vida nos ha dado la oportunidad de frenar”, reflexiona.

Con todo, aquellos años son vistos por las dos tertulianas como una época bonita. Y así se lo hacen ver aquellas personas que les paran por la calle, algo que, dicen, les llena de orgullo. Lozano añadía una coletilla a las declaraciones de su antigua compañera y a raíz de la mala situación que atraviesa Telecinco: “ahora no hay memes de la gente que está trabajando. Después de haber estado tantos años en el programa, lo veo todo muy quieto. No se mueven. Es como si viera una televisión a 33 revoluciones”.