Los diez famosos que se arruinaron por creer demasiado en el azar
Te mostramos los rostros conocidos que han gastado una gran parte de su fortuna en el juego. La mayoría de ellos han sufrido graves problemas.
1. Luis Aragonés
El casino fue uno de los peores descubrimientos que Luis Aragonés tuvo en su vida a consecuencia de las graves pérdidas económicas que sufrió. Por suerte, su vida, que estaba dedicada y centrada en el fútbol, fue uno de sus mayores salvavidas para evitar la ruina total. De hecho, uno de los sitios más concurridos del que fuera entrenador de la Selección Española era el Gran Casino de Madrid, siendo uno de los grandes clientes de este establecimiento en la década de los 90.
Michael Jordan
Michael Jordan es otro de los deportistas que tuvo sus aventuras con el mundo del juego, que empezó a forjarse cuando era jugador de los Chicago Bulls. Su vínculo con este mundo oscuro empezó con una apuesta de unos 200.000 dólares a un partido de la MLS, cuyo resultado no fue el esperado y deseado. Jordan reconoció que era un asiduo de jugarse el dinero en partidas de golf con grandes amigos como Tiger Woods, donde se llegó a apostar hasta un millón de dólares en tan solo un día, según reconoció en su documental 'The last dance'. "No tengo un problema con las apuestas. Tengo un problema de competitividad".
Floyd Mayweather
Floyd Mayweather ha desembolsado una gran parte de su fortuna en alza a través de apuestas deportivas a los mejores eventos deportivos del mundo. Una de sus mayores jugadas data de la Superbowl del año 2014 donde se jugó más de diez millones de dólares a los Broncos de Denver, pero la suerte no estuvo de su lado.
Ben Affleck
Ben Affleck se convirtió en uno de los mayores enemigos del casino debido a las numerosas trampas que ejerció en estos establecimientos, que le prohibieron la entrada. El actor estadounidense sufrió graves pérdidas en partidas de póker superiores al medio millón de dólares. Esta situación le obligó a ponerse en manos de profesionales para resolver este problema, pero años más tarde tuvo una nueva recaída.
Charlie Sheen
La adicción de Charlie Sheen por el juego se convirtió en el peor enemigo del actor estadounidense. Su exesposa Denise Richards aseguró que el intérprete se gastaba más de 200.000 dólares a la semana para jugar al póker. Por suerte, parece ser que esta adicción ha llegado a su final, tal y como ha confesado en varias entrevistas.
Charles Barkley
El popular e ilustre atleta Charles Barkley desveló uno de los peores episodios de su vida y que tiene que ver con el juego. El estadounidense aseguró que llegó a perder en una noche 2,5 millones de dólares por culpa del blackjack, uno de sus mayores fuertes cuando era jugador de casino.
Tiger Woods
El blackjack fue unas de las mayores perdiciones de Tiger Woods dentro del mundo del juego, donde desveló que se jugaba por mano hasta 25.000 dólares con algunos rostros conocidos del mundo del deporte como Charles Barkley o Michael Jordan. "Su mesa estaba siempre llena de impresionantes chicas y le encantaba que le prestasen atención", desveló una fuente anónima.
Wayne Rooney
La juventud de Wayne Rooney ha estado marcada por sus constantes problemas con el juego, donde su lugar más frecuentado era el casino. La leyenda británica llegó a acumular deudas que superaban el millón de libras, pero por suerte, pudo superar esta adicción.
Barbara Rey
La soledad de Barbara Rey fue el detonante por el cual la actriz desarrolló su adicción al juego, donde el bingo era su mayor perdición. Además, aseguró en el 'Deluxe' que se llegó a gastar más de un millón de euros por culpa del juego en 30 años. "Con el juego estás completamente sola, estás en tu mundo y te crees que todo el monte es orégano. Yo mentiría si dijera que no soy adicta al juego".
Paco Marsó
Paco Marsó, que estuvo casado con Concha Velasco durante 28 años, reconoció en varias entrevistas que el azar le hizo perder una gran parte de su fortuna. El casino se convirtió en una odisea en su vida por culpa de las deudas. De hecho, reconoció que hubo noches donde se dejó más de un millón de pesetas.
