Los dos minutos demoledores de Jesús Quintero que son historia de la televisión
El periodista andaluz fallecía este lunes en Ubrique, pero deja para el recuerdo algunos momentos impagables de la radio y la televisión en España.
Este lunes, el mundo de la comunicación se vestía de luto para despedir a Jesús Quintero, que fallecía a los 82 años en Ubrique (Cádiz) tras no poder superar sus afecciones respiratorias y problemas cardíacos. ‘El Loco de la Colina’, ha sido uno de los periodistas más populares de la radio y la televisión de los años 80 y 90, que revolucionó el género de la entrevista con algo tan primario como el silencio.
Su estilo personal conseguía crear una atmósfera en la que sus invitados se sinceraban y dejaban a un lado su imagen pública más conocida para abrirse en canal y realizar confesiones que de otra forma hubieran sido imposibles de lograr. Pero el onubense además era capaz de dejar reflexiones tan acertadas como ácidas.
Una de las más célebres la compartió hace años en ‘Ratones coloraos’, uno de sus espacios más icónicos que precisamente fue cancelado por la feroz crítica que hizo hacia un modelo de televisión del que siempre se quiso desmarcar.
“Siempre ha habido analfabetos, pero la incultura y la ignorancia siempre se habían vivido como una vergüenza. Nunca como ahora la gente había presumido de no haberse leído un puto libro en su jodida vida, de no importarle nada que pueda oler levemente a cultura o que exija una inteligencia mínimamente superior a la del primate”, señalaba el periodista en primer lugar.
“Los analfabetos de hoy son los perores porque en la mayoría de los casos han tenido acceso a la educación: saben leer y escribir, pero no ejercen. Cada día son más, el mercado los cuida más y piensa más en ellos. La televisión cada vez más se hace a su medida, las parrillas compiten entre sí para ofrecer programas pensados para una gente que no lee, que no entiende, que pasa de la cultura y solo quiere que la diviertan o que la distraigan, aunque sea con los crímenes más horrendos o con los más sucios trapos de portera”, criticaba Quintero que, iba un paso más allá.
“El mundo entero se está creando a la medida de esta nueva mayoría, amigos. Todo es superficial, frívolo, elemental, primario… para que ellos puedan entenderlo y digerirlo. Es socialmente la nueva clase dominante, aunque siempre será la clase dominada precisamente por su analfabetismo y su incultura. La que impone su falta de gusto y sus morbosas reglas”, añadía.
“Y así nos va a los que no nos conformamos con tan poco. A los que aspiramos a un poco más de profundidad. Un poquito más hombre, un poquito más… joder”, zanjaba mientras desaparecía de plano.