Leticia Sabater, en ‘El Hormiguero’: “Hace bastantes años que no tengo novio”
La artista ha hablado de su gira musical, de los motivos por los que no encuentra pareja, y de todas sus operaciones estéticas.
Leticia Sabater se ha convertido este lunes en la gran invitada de ‘El Hormiguero’. Toda una celebridad en España que ha visitado por primera vez el plató de Pablo Motos para hablar de su gira, ‘Bailando en mi fiesta’, y donde también ha comentado diferentes aspectos de su vida personal.
Nada más llegar, la televisiva ha protagonizado un baile, y al tomar asiento, ha querido dar las gracias a sus fans por su apoyo: “A las cadenas de televisión siempre les ha costado mucho más confiar en mí que al público, que siempre ha estado ahí y lleva 40 años detrás de mí. Y ante eso solo puedo decir: ‘Ole, ole y ole’”.
Y es que la artista pasó de ser una estrella en programas infantiles a convertirse en cantante. Un proceso que llegó porque le “apetecía entretener y hacer feliz a la gente: “Yo vi que se estaba acabando la moda de los programas infantiles y llegó el momento en el que me di cuenta de que tenía que jugarme el dinero que había ganado en hacer lo que siempre me había apetecido hacer. Yo siempre he querido ser Rafaella Carrà y decidí ser una ‘show-woman’, que es lo que me apetecía ser”.
En lo que se refiere al ámbito profesional, Leticia Sabater puede presumir de tener gran éxito, aunque en lo personal no acompaña, tal y como ha reconocido a Pablo Motos, Trancas y Barrancas: “Hace cinco años por lo menos que no me dan un beso. Hace bastantes años que no tengo novio porque estoy todo el día en la carretera y no es fácil que alguien le apetezca. Yo voy en mi coche, hago el concierto y vuelvo, dime que alma caritativa aguanta eso. A mí me gusta mucho conducir. Yo digo que por el día soy camionera y por la noche cantante”.
Además, ha sido preguntada por el presentador por sus abdominales, los cuales adquirió mediante una operación estética: “Prótesis femeninas, no existen, existen solo masculinas. Entonces, la operación de los abdominales, que mucha gente no lo sabe, consiste en que te quitan esa grasa que tienes ahí desde hace un montón de años, de comer de todo, de ponerte ciego de todo, y luego ya, a partir de ahí, tú te curras tus abdominales. Porque claro, así es más fácil, ya que lo difícil es quitarte esa grasa que lleva conviviendo contigo un montón de años y que es muy jodida de quitar”.
De hecho, sobre cómo conservar esos abdominales, Leticia Sabater ha confesado que hace “500 [abdominales] a la semana”, lo cual ha llevado a Motos a recordar que José María Aznar hacía un total de 1.000 abdominales al cabo de una semana. “Pues desde luego le cunden muy poco, porque al lado de los míos... No es por nada”, ha añadido la artista entre risas.
El número de operaciones estéticas
Después de sacar el tema de su operación de abdominales, Pablo Motos le ha querido preguntar a Leticia por el número de operaciones estéticas a las que se ha sometido: “Yo creo que la gente piensa que llevo más de las que llevo, porque yo soy de las pocas que lo cuento. A ver, llevo un ‘lifting’, un ‘lifting’ que es de toda la cara y que es una operación muy difícil porque te pueden dejar sin expresión en la cara. Luego, la de los abdominales. Y luego, tampoco te creas que llevo tantas, porque el resto... Yo no me pongo relleno, yo soy más de cortar por lo sano. Soy más de extremos. Cortar por lo sano significa coger el bisturí y me dejan hecha un esparadrapo, pero eso sí, luego me reconstruyen toda de golpe”.
Una serie de operaciones que llevó a Leticia Sabater a recomendar la reconstrucción del himen: “Yo tenía un problema, que era que a mí no me entraban cuando eran muy grandes. Hay mujeres que dicen: ‘Ojalá sea guapo, ojalá tenga dinero, ojalá...’. Yo no, yo decía: ‘Por favor, que la tenga pequeña’. Entonces, empezaba a ligar con él y él pensaba que cuanto más grande, mejor. Y, claro, para mí, cuanto más pequeña, mejor”.
“Yo he dejado a varios por tenerla muy grande. Llegaba la noche y según lo veía, decía: ‘Se acabó la relación’. Nada, la tenía enorme. Por eso me tuve que reconstruir el himen, porque a lo mejor un tío que me encantaba, no podía porque me destrozaba literalmente. Me reconstruí el himen y ahora todos los artefactos viriles me caben muy bien”, ha añadido, dejando a Pablo Motos perplejo: “Tengo la sospecha de que se me ha ido el programa de las manos”.
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