Lara Dibildos, sobre su relación con Álvaro Escassi: “Estaba en lo más alto de golfo”

Si MasterChef suele tener guardadas sorpresas bajo la manga, la última entrega dobló la apuesta con la presencia de unos invitados que nadie esperaba ver en plató. Entre todos, hubo un nombre que sorprendió por encima del resto: Lara Dibildos. Quien fuera la pareja de Álvaro Muñoz Escassi, hoy reconvertida en una bonita amistad, acompañó a su exnovio en un salón con el resto de sorpresivos comensales. El motivo de su unión ha sido lo que el jinete ha señalado en más de una ocasión como lo más importante de su vida: su hijo Álvaro, de 16 años.

Han permanecido el uno para el otro en las situaciones difíciles que se han presentado en sus vidas. Y con esa buena sintonía, además de una fina ironía y una pesada sinceridad, se personó en el formato. “Fuimos pareja hace 18 años. Teníamos treinta y pocos. Él estaba en lo más alto de golfo, muy descentrado y despistado”, ha dicho, detallando una faceta de Escassi que permanecía más en la intimidad que en su plano público.

“Ya me hubiera gustado a mí pillarlo así”

No queda ahí. Dibildos también ha querido hacer hincapié en el gran cambio culinario que se ha gestado en las habilidades de Escassi en cocina. “No hacía ni un huevo frito. Le veo ahora, tan centrado, completamente diferente”, ha espetado en tono cercano y amigable; entonces, con la misma simpatía, ha aprovechado para bromear sobre el giro de su expareja frente al resto de los invitados: “a buenas horas, mangas verdes. Ya me hubiera gustado a mí pillarlo así”.

La risa estalló en plató. Quien añadió un punto incómodamente desternillante fue otra de las que ayer acudieron de manera extraordinaria al programa, la modelo Estefania Luyk, también gran amiga del jinete. “Nunca nos hemos liado. Debo ser una de las pocas que no se ha llevado al huerto”, apuntilló, generando una réplica de carcajadas que siguió el hilo de la anterior.

Jorge Cadaval, eliminado

Terminó su andadura en el programa Jorde Cadaval. Lo hizo mes y medio después de que su hermano César, con quien forma el dúo cómico Los Morancos, abandonase las cocinas. La eliminación se produjo en un formato que se definía por duelos entre los propios delantales negros. Y así Cadaval perdió, precisamente, contra Escassi en un duelo cuyo vencedor debía ser el que hiciera el mejor suflé de limón. No fue muy dispar.

Pese a que por momentos se complicó el cocinado para el humorista, finalmente consiguió presentar un postre decente que prácticamente igualaba la propuesta del jinete. La diferencia fue, según apuntaron los jueces, mínima. Como el enfrentamiento final se había decidido por una suerte de duelos en los que se salvaba uno y el perdedor elegía a su siguiente rival, resultando Cadaval el último en discordia, y como casi iguala el plato de Escassi, la sensación en plató fue de eliminación ‘de rebote’. No quiso el cómico que esa fuera la conclusión. “Ellos han jugado sus cartas, el juego tiene que seguir”, culminó su despedida.