La última excentricidad de Pione Sisto: compra unas tierras y se instala una secta
El exjugador del Celta ha vuelto a ser noticia por el establecimiento de una secta en sus tierras en Portugal, por el “gran reinicio” que habría en 2033.
El nombre de Pione Sisto dejó de estar ligado al del fútbol hace ya tiempo. El futbolista danés de origen sursudanés y nacido en Uganda, fue más noticia por temas extradeportivos que propiamente deportivos en su etapa en el fútbol español en el Celta.
Ahora, su historia, vuelve a ocupar las planillas de los medios debido a su última excentricidad, que fue comprar 4,7 hectáreas en Oliveira do Hospital, un pueblo de 4.400 habitantes que se encuentra en Coimbra, Portugal. Una compra que, sin embargo, ha tenido una función un poco diferente a lo que se esperaba, y es que se ha instalado una secta liderada por un filósofo espiritual cuya meta es crear un territorio independiente en el país, como apunta el medio ‘Visão’.
El líder es Água Akhabl Pinheiro, y quiere que el Reino do Pineal sea un territorio libre, que se rija por sus propias normas, y para ello ha elegido las tierras que compró el futbolista. Además, éste señala que en 2033 se producirá “un gran reinicio” en todo el mundo, y aquellos que estén en el Reino do Pineal serán los únicos en sobrevivir, pidiendo que su comunidad siga creciendo antes de la llegada de esta fecha.
Sus problemas en Dinamarca y en el Celta
No es la única peculiaridad que ha habido últimamente en la vida de Sisto, pues durante la temporada 2022, éste volvió a jugar a su país, al FC Midjtylland, de Dinamarca, donde se formó, pero acabó siendo apartado por “problemas disciplinarios”: “Ha sido difícil comunicarse con Pione, y por lo tanto hemos tenido que tener un diálogo con su entorno, que también ha sido difícil. No hemos podido ver ningún avance y lo lamentamos. Pero la cultura y el conjunto de valores es lo más importante en el club”.
Una serie de problemas que también generó en su estancia en España, cuando militaba en el Celta de Vigo, sorpendiendo incluso en su presentación, cuando sus padres entraron y protagonizaron un ritual indígena para darle suerte. En el club vigués también comentó sus malas sensaciones por la estricta dieta que se sometió.
Y, por último, en marzo de 2020, y en pleno estado de alarma por la COVID-19, el futbolista se marchó en coche, santándose todas las normas sanitarias, y sin dárselo a conocer al Celta, y condujo hasta Dinamarca mientras lo retransmitía en directo en sus redes sociales porque “necesitaba volver a casa”.