La sobrina de José María Aznar desvela que ha sido desahuciada: “No tengo ningún ingreso”
La familiar del expresidente del Gobierno, que concursó en ‘Supervivientes’, ha confirmado a ‘Semana’ que se ha quedado en la calle junto a su hija.
Aran Aznar (48), más conocida por ser la sobrina de José María Aznar, no está atravesando su mejor momento a nivel personal y económico, que se ha acentuado con el desahucio de la que fuera su casa hasta hace unos días, según ha confirmado ella misma a la revista ‘Semana’. De hecho, la que fuera concursante de una edición de ‘Supervivientes’ desveló el pasado verano los graves problemas económicos que aún sigue arrastrando y que han propiciado que haya acabado en la calle junto a su hija.
“El alquiler me cuesta 400 euros, pero yo con la ayuda que percibo no tengo casi ni para pagar la luz y la comida”, confesó hace unos meses. Sin embargo, ese apoyo financiero gubernamental, que empezó a recibir por ser víctima de violencia de género, lleva sin percibirlo desde hace tres meses, por lo que no tiene ningún tipo de ingresos con los que pueda hacer frente a estas deudas.
“Soy una persona vulnerable por los servicios sociales y todo está certificado. Además, soy víctima de violencia de género. Cobro una pensión por ello que ya hace tres meses que se me terminó, con lo cual no tengo ningún ingreso”. Aran asegura que se ha buscado la vida para seguir siendo el sustento principal de su familia, pero la precariedad laboral a la que se ha enfrentado no le ha permitido conseguir esos objetivos económicos. “He estado cuidando sin contrato a gente hospitalizada, pasando allí la noche para pagar mis facturas, pero es puntual”, cuenta.
Una nueva vida junto a su madre
La sobrina del expresidente del Gobierno ha buscado una solución inmediata para no quedarse sin techo. Aran Aznar ha desvelado que volverá a la casa de su madre, que actualmente vive sola a raíz del fallecimiento de su padre por culpa del cáncer. Sin embargo, esta nueva situación, que también ha afectado de lleno a su hija, le ha hecho más fuerte, aunque precisa la toma de ansiolíticos para disipar la ansiedad que sufre. “No me puedo permitir el lujo de hundirme. Estoy con antidepresivos y ansiolíticos. He llorado mucho por mi madre y mi hija sin que me vieran”.