La reflexión más conmovedora de Sara Carbonero sobre el cáncer: “Meses sin mirarme al espejo”

Sara Carbonero es toda una habitual en las redes sociales. La periodista ha encontrado en Instagram la herramienta ideal para compartir sus reflexiones más profundas, especialmente aquellas que tienen que ver el cáncer de ovarios que padeció y los “pequeños grandes pasos” que ha ido dando en los últimos cinco años. En su último post, la manchega ha querido echar la vista atrás para recordar su sexto y último ciclo de quimioterapia que le llevó a no querer mirarse en los espejos durante meses.

A través de una foto en el espejo, ese que durante mucho tiempo esquivó, Sara Carbonero abre su corazón, aunque sin despojarse del humor. “Vaya por delante que soy malísima con los selfies en el espejo, pero anoche quería probar unas luces nuevas. Que si un ojo bizco, que si muy seria, la mirada melancólica, que si te sonríes mucho a ti misma es muy forzado”, comienza escribiendo.

“Lejos de la frivolidad que pueda parecer, yo, cuando me miro en el espejo, lo hago para tomar conciencia de mí misma (...) Lo utilizo como herramienta para mejorar mi autoestima. Por causas de la vida, ya he transitado épocas en las que huía de ellos porque no reconocía a la persona que me mostraba en el reflejo, llegué incluso a pasar tres o cuatro meses sin mirarme en uno”, añade con total sinceridad.

La anécdota con su hijo Martín

“En una de esas, al acabar el sexto y último ciclo de quimioterapia, yo estaba en la cama, sin poder moverme y mi hijo mayor se tumbó conmigo. Después de mirarme detenidamente muy raro, me dijo: ‘Mamá, es que tienes las cejas grises y no pareces tú’. Yo, por entonces, precisamente por no mirarme, ignoraba que había perdido todo el pelo de las cejas, que son las que enmarcan la mirada y dan personalidad al rostro”, añade la periodista sobre esta charla “incómoda” con el pequeño Martín.

Sara Carbonero se quedó atónita ante las palabras de su hijo. “No sabía muy bien cómo salir de ahí y se me ocurrió decirle: ‘¿Y pestañas? ¿Has visto que me queda una única superviviente? ¡Una! ¡La más valiente!’. Intentó arrancármela, por supuesto, muerto de risa y empezamos una guerra de almohadas y después a otra cosa”, sigue contando.

“A día de hoy, cuentan orgullosos a sus amigos cuando mamá tenía el pelo ‘como un chico’. El día que me vieron así pro primera vez, les llevé unos puzles para desviar su atención como me dijo la psicóloga. Pero no resultó. Luego, empezamos a buscar fotos de actrices y cantantes monísimas con pelo corto y nos pusimos con el puzle”, concluye.

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