La nueva residencia de Fernando Alonso y el negocio que le apasiona
El piloto asturiano vive un momento de importantes cambios: tiene nuevo equipo, se ha vuelto a ilusionar en el amor, ha dejado su casa de Lugano y está muy pendiente de Kimoa.
“La vida, al final, te lleva por donde quiere y yo siempre he vivido a toda velocidad”. Esas palabras de Fernando Alonso en una entrevista concedida a Forbes, pueden resumir a la perfección el intenso año que está viviendo el piloto asturiano, que ha afrontado numerosos e importantes cambios en su trayectoria vital.
El último, y el más determinante para su carrera deportiva, se confirmaba hace apenas una semana con el anuncio de su fichaje por Aston Martin. “Todavía tengo el hambre y la ambición de luchar por estar al frente, y quiero ser parte de una organización comprometida con aprender, desarrollarse y tener éxito”, aseguraba cuando se hizo pública la noticia.
Y es que, a pesar de haber superado la barrera de los 40 años, Alonso asegura que “es una edad como cualquier otra”. Con ese espíritu no es de extrañar el asturiano viva intensamente. También en el terreno sentimental. Tras su última relación fallida con Linda Morselli, el piloto ha recuperado la ilusión gracias a la austríaca Andrea Schlager, periodista deportiva que casualmente cubre la información de la Fórmula 1.
La primera vez que se les pudo ver juntos fue el pasado mes de mayo en Gran Premio de Miami, y desde entonces la pareja presume de su complicidad cada vez que tiene la oportunidad. “Buenas noticias hoy. Estoy tan feliz por ti cuando veo que la llama de tu enorme pasión sigue prendida. Y, además, feliz de que nuestro camino juntos en la Fórmula 1 continúe”, compartió Schlager cuando se confirmó el fichaje de Alonso por Aston Martin.
Pero su equipo y su nueva pareja no son las únicas novedades en este 2022 para el asturiano. Y es Alonso ha dejado su residencia de Lugano (Suiza) para mudarse a Mónaco, que se ha convertido en el principal centro de operaciones de varios compañeros de profesión.
“Una razón es mi amor al mar: lo echo muchísimo de menos, en Suiza había un lago, pero no era lo mismo”, esgrime Alonso, que viaja en el mismo avión a los campeonatos junto al resto de pilotos, desde el aeropuerto de Niza, y aprovecha que viven en la misma ciudad para quedar de vez en cuando y entrenar, sobre todo en bicicleta.
Y cuando sus compromisos profesionales y personales se lo permiten, a Fernando Alonso también le gusta estar pendiente de algunos de sus proyectos vitales lejos de los circuitos. Kimoa, la marca de prendas y complementos en moda ecológica urbana y ropa sostenible deportiva creada en 2017, ocupa buena parte de sus pensamientos.
“Lo más bonito fue, precisamente, ver cómo las siete u ocho personas que empezamos con Kimoa fuimos haciendo de todo, adaptándonos a lo que era posible y enamorándonos del proyecto. Es ropa muy fresca, muy feliz, que se puede poner el fin de semana tanto un adolescente como abogado que vaya trajeado toda la semana”, asegura sobre su criatura, aunque desde hace casi un año Revolution Brands posee el 70 por ciento de la marca.
Alonso, que ejerce de embajador de la marca, decidió optar por esta fórmula para mejorar la implantación de Kimoa, que gracias a este movimiento se ha revitalizado y ha entrado con fuerza en el mercado americano.
Y más allá de este proyecto en el mundo de la moda, Asturias y su Oviedo natal siempre ocupan sus pensamientos. “Volver siempre es mágico, es donde siento que vuelvo a ser yo mismo, con la gente de siempre, los amigos de toda la vida “, concluye el piloto, que también está muy atento al funcionamiento del museo y circuito que lleva su nombre.