La monja que confesaba a Rosario Porto, madre y asesina de Asunta Basterra: “Estaba desequilibrada”
“Tenía ganas de cariño, pobrecita. Creo que no tenía ganas de morir, tenía ganas de hacerse notar”, dice sobre la expareja de Alfonso Basterra.
El caso Asunta, la serie de Netflix, ha vuelto a traer a la actualidad lo sucedido en 2013, hace más de una década, cuando la niña de origen chino fue hallada ya fallecida a los 12 años en el municipio coruñés de Teo y sus padres, Alfonso Basterra y Rosario Porto, fueron condenados por la muerte de la pequeña.
El juez José Antonio Vázquez Taín consideró que la familia adoptiva de Asunta había preparado su muerte durante meses y por ello los mandó a la cárcel con una pena de 18 años. El padre sigue cumpliendo condena, mientras que la abogada decidió quitarse la vida en el año 2020, al comienzo de la pandemia, ahorcándose con una sábana en la prisión abulense de Brieva en la que se encontraba interna.
En los meses previos a su suicidio, Porto, muy religiosa, se confesaba con la monja de la prisión, quien habló con Mañaneros sobre cómo había visto a la madre de Asunta Basterra y la impresión de que dejó en ella. “Allí se habla de todo, ella se comunicaba con las muchachas, pero las consideraba inferiores. Era una mujer desequilibrada, tal vez el entorno familiar o social la hacían parecer la persona adecuada. Estuvo en La Robleda, un sanatorio psiquiátrico aquí, en Santiago de Compostela, en Galicia.
“No tenía muchas amistades o simpatías. Tenía ganas de cariño, pobrecita. Creo que no tenía ganas de morir, tenía ganas de hacerse notar”, continúa.
Muy dura con Alfonso Basterra
Mientras que de sus palabras parece desprenderse compasión hacia la letrada gallega, no es igual de benevolente con el que fuera su marido, Alfonso Basterra: “No me ha tratado, era absolutamente ajeno a mi presencia. A Santiago no vendrá porque lo matan a tomates”.
Y duda que siga el camino de Porto: “Alfonso Basterra se quiere bastante a sí mismo, no creo que sea capaz de quitarse la vida”.
Además, la monja detalla cómo era la relación entre los padres de Asunta: “Se mandaban mensajes escritos. No veo cómo los mandaban con tanto sigilo y luego salían en los periódicos. Se los mandaban a través de otros presos. Dominaba más Alfonso a Rosario que Rosario a Alfonso”, zanja.
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