La desesperación de la madre de Camilo Blanes: “Lo que quiero es que mi hijo no se muera”

Pasan los días y la situación de Camilo Blanes no hace sino girar en la misma dirección que dicta la vorágine de sus adicciones. El hijo de Camilo Sesto y Lourdes Ornelas ha sido noticia en los últimos meses por el acusado empeoramiento de su estado de salud; ejemplos de ello son sus sonrisas sin dientes, las imágenes que de su casa salen a la luz, con todo descolocado y plagado de suciedad, y la cascada de incoherencias que pronuncia en redes sociales.

La última actualización sobre su condición la ha dado su madre en Así es la vida, apenas un día después de haber concedido una entrevista en la misma línea a Pronto. “Estoy desesperada, muy preocupada por la vida de Camilo”, inicia su relato, que es, en realidad, un grito de auxilio ahogado.

El germen de la actual situación se encuentra, señala Ornelas, no es otro que el consumo de drogas. “Él no es malo, tiene una enfermedad, como tienen muchas personas en el mundo, que es la adicción”, resume, tachando la situación de vileza por parte de personas que carecen de humanidad: “Esto es inhumano, lo que están haciendo con Camilo. Inhumano cómo le roban, cómo le sacan... Me he hecho experta en sacar borrachos y drogadictos”.

“Pueden hacer con él lo que quieran”

Según dice, a la casa de Camilo acuden “los peores de Torrelodones”, causándole daño al llevarle “bolsas de droga”. “Estamos hablando de delitos contra la salud. Ya no es que Camilo esté enfermo, es que está vulnerable total. Es como un niño y pueden hacer con él lo que quieran”, expresa, revelando también que ayer la llamó “llorando porque estaba muy mal”, a lo que ella respondió que “no estaba solo”.

Después enumera una serie de sucesos que ejemplifican las huellas de dolor que no esconde su confesión. “Le están engañando con que van a poner un estudio... Le llegan a su casa cosas que no pidió, como ordenadores. Y al cuñado le pagó un viaje a Costa Rica, vamos, que abusan de él. Se llevaron un biombo japonés antiguo que tenía Camilo Sesto en su cuarto. Televisiones cada dos por tres se las llevan”, asevera.

Tras insistir en que ha hecho “todo lo que se puede hacer legalmente” y que ahora está exteriorizando mediáticamente la circunstancia, llegando a enfrentarse “casi a golpes”, resume todo en una frase tan desgarradora como sincera: “Lo que quiero es que mi hijo no se muera”.

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