JUSTICIA

La jueza vio “indicios suficientes” para pensar que Dani Alves fue autor de “una violación”

La magistrada Anna Marín redactó el auto de prisión que envió al futbolista a la cárcel por los hechos que sucedieron en la discoteca Sutton de Barcelona.

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04/08/22 ENTRENAMIENTO DEL PUMAS PRETEMPORADA 

 DANI ALVES

Dani Alves continúa internado en prisión preventiva por el caso de la supuesta agresión sexual que tuvo lugar el pasado 31 de diciembre en la discoteca Sutton de Barcelona. La jueza que instruye el caso, Anna Marín, determinó que el futbolista brasileño debía ingresar en la cárcel porque existía un alto riesgo de fuga y porque existían “indicios mucho más que suficientes” para pensar que el sospechoso era realmente el autor de un delito sexual contra una joven de 23 años.

Así lo dejó escrito en el auto de prisión al que ha tenido acceso El Periódico: “Existen indicios mucho más que suficientes para considerar que la madrugada del 31 de diciembre se produjo una violación en la discoteca Sutton de Barcelona y que el sospechoso fue el autor de la misma”. La magistrada se mostraba contundente por la cantidad de datos que había desvelado la investigación, desde las grabaciones de las cámaras al parte de lesiones que presentó la presunta víctima. Sin embargo, Marín también dejo constar que el proceso acababa de comenzar y que por tanto no se podía dar nada como seguro.

El abogado de Alves, Cristóbal Martell, ha presentado esta misma semana un recurso contra dicho auto de prisión para tratar de convencer a la Audiencia de Barcelona de que no existe riesgo de fuga y de que Alves debe quedar en libertad hasta que se celebre el juicio. Martell se extiende durante 24 páginas alegando que su defendido tiene arraigo en España, que viajó desde Canarias para citarse con los Mossos d’Esquadra y que no todo es tan claro como quieren hacer ver los propios Mossos, la fiscalía o incluso la jueza en su auto de cárcel preventiva.

El testimonio de la denunciante

La jueza tuvo en cuenta para determinar la prisión preventiva las declaraciones de la presunta víctima y una serie de contradicciones en las diferentes versiones que ofreció Dani Alves. La joven aseguró que Alves había enviado a un camarero en dos ocasiones para convencerla a ella y a dos amigas de que se reunieran con él en una zona del reservado de Sutton. Allí, siempre según el testimonio de la denunciante, Alves quiso invitarlas a cava, se pegó a ellas y llevó la mano de la joven a sus partes íntimas, un gesto que repetiría supuestamente en dos ocasiones más.

Después ambos accedieron a un baño y estuvieron encerrados, tal y como sostiene la investigación gracias a las cámaras de seguridad de la discoteca, 16 minutos. La denunciante defiende que Alves se sentó en el váter e hizo que se sentara sobre él, después la tiró al suelo y trató de que le hiciera una felación. Allí habría recibido algunos golpes, la habría agarrado del cuello y finalmente fue empujada contra el váter para sufrir la supuesta violación.

Alves, por su parte, ha ofrecido tres versiones diferentes. En la primera aseguró que entró al baño sin saber que estaba dentro y se fue. En la segunda defendió que fue a hacer sus necesidades, que la mujer abrió la puerta y se quedó allí sin hacer nada. Y en la tercera declaró que mientras hacía sus necesidades la mujer entró, se abalanzó sobre él y le hizo una felación. Ninguno de estos intentos convenció a la jueza, por las imágenes de la discoteca, el semen en el baño y los restos que se hallaron en la chica en el examen forense del Hospital Clínic. Hace unos días Alves le habría dicho a su abogado que mintió en las declaraciones por “miedo a revelar en público que le había sido infiel a su mujer” y que las relaciones sexuales fueron consentidas.