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La enfermedad rara que sufrió Georgie Henley, Lucy en ‘Las crónicas de Narnia’: “Casi me quita la vida”

La actriz sufrió fascitis necrosante, una infección rara que le provocó “una serie de injertos de piel y cicatrices” para evitar que le amputaran el brazo.

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La enfermedad rara que sufrió Georgie Henley, Lucy en ‘Las crónicas de Narnia’: “Casi me quita la vida”

Georgie Henley no ha tenido una adolescencia sencilla. La actriz que dio vida a Lucy en ‘Las crónicas de Narnia’ se convirtió en toda una estrella gracias precisamente a su papel en la saga. Después, a pesar de hacer un descanso de la actuación entre 2011 y 2014, volvió a escena, pero no con la misma relevancia que tuvo bajo la dirección de Andrew Adamson.

En lo profesional no le ha ido mal a la actriz, pero en lo personal sí que ha tenido que hacer frente a un calvario como lo es una enfermedad rara, y de eso acaba de hablar a través de un post en su perfil de Instagram, refiriéndose a cuando tenía 18 años (ahora tiene 27): “Cuando tenía 18 años y estaba en mi sexta semana de universidad, contraje fascitis necrosante, una infección rara y punitiva que casi me quita la vida y causó estragos en todo mi cuerpo”.

Una enfermedad por la que Georgie Henley casi pierde un brazo, dejándole un gran número de cicatrices que ha querido mostrar a sus más de 376.000 seguidores: “Para evitar la amputación de mi mano y brazo izquierdos, recibí una cirugía invasiva extenuante y luego una cirugía reconstructiva extensa que resultó en una serie de injertos de piel y cicatrices”.

Y ha sido ahora cuando la joven actriz se ha atrevido a hablar de ello: “Me llevó mucho tiempo sanar tanto física como mentalmente, pero esperaba que algún día llegara el momento adecuado para hablar sobre lo que sucedió. Hoy es un comienzo”.

Lo ha intentado ocultar en los rodajes

“Durante los últimos nueve años he sido abierta sobre mis cicatrices en mi vida personal, pero las he ocultado por completo en cualquier contexto profesional: uso de vendajes o cubiertas, maquillaje en el set y el escenario, mangas largas cada vez que puedo ser fotografiada, pantalones para poder meterme la mano en el bolsillo... La industria de la que formo parte a menudo se enfoca en una idea muy estrecha de de lo que se considera ‘perfección’ estética, y me preocupaba que mis cicatrices me impidieran conseguir trabajo”, ha añadido en su post.

Ahora bien, Georgie ha confesado que, para ella, estas cicatrices que tiene son “un recordatorio de mi supervivencia”: “Mis cicatrices no son algo de lo que avergonzarse. Son un mapa del dolor que ha soportado mi cuerpo y, lo que es más importante, un recordatorio de mi supervivencia. No afectan a mi capacidad como actriz y estoy orgullosa de ser una persona que tiene cicatrices visibles en esta industria”, ha concluido.