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La enfermedad que alejó a Esther Cañadas de los focos: “Bastante tenía con no morirme”
La modelo se ha sincerado en ‘Las tres puertas’ de La 2 sobre la vasculitis que le detectaron cuando atravesaba su mejor momento profesional.
Esther Cañadas es una de nuestras modelos más queridas. A sus 45 años, se mantiene alejada del foco mediático por lo que las entrevistas que concede a los medios se cuentan con los dedos. Sin embargo, la de Albacete ha reaparecido en ‘Las tres puertas’, el programa de María Casado en La 2, donde se ha sincerado sobre el motivo por el que rehúsa a aparecer en público con asiduidad y la enfermedad autoinmune que padece.
Su belleza rápidamente la convirtió en una de las modelos más cotizadas de la década de los 90 e inicios de los 2000, aunque un diagnóstico médico cambió su vida para siempre cuando atravesaba uno de los mejores momentos de su carrera profesional. Y es que Esther Cañadas descubrió que padecía vasculitis, una enfermedad autoinmune que produce la inflamación de los vasos sanguíneos y que la afectó tanto a nivel físico como psicológico. “Siempre digo que esos años no cuentan, bastante tenía con no morirme”, dice.
“Es complicado vivir con ello porque al final te levantas y piensas: ‘¿Esta es mi vida? ¿De verdad mi vida es ir al médico, al hospital y ver todo tipo de defectos en tu cuerpo?’. Y cuando te dicen que es crónico… Es complicado”, señala. A pesar de estas palabras, Esther Cañadas nunca tuvo en mente rendirse. Es por eso que probó distintas alternativas posibles para tratar su enfermedad; desde medicina china en Hong Kong hasta meditación con monjes en Tailandia. “Perdí la cuenta de los médicos que visité en el número 56″, revela.
“Cosas básicas que hacía la gente, a mí me daban envidia, porque yo no las podía hacer. Que no me quejo para nada porque he tenido una vida increíble, pero hay muchas cosas que te pierdes”, lamenta la modelo sobre estos años en los que sus prioridades cambiaron por completo. A día de hoy, Esther Cañadas está afincada en España para que su hija Galia, de ocho años, crezca cerca de sus raíces: “Lo importante es que mi hija tenga las raíces españolas, y se hace todo por los hijos”.
Su rol como madre
La maternidad es uno de los grandes orgullos de Esther Cañadas. “Tengo una hija que es como si me hubiera tocado la lotería. Es alguien muy especial y observadora, con una enorme sensibilidad de la que aprendo todos los días”, cuenta con una sonrisa en el rostro. La modelo, que suele ser muy hermética en cuanto a su vida personal, no duda en deshacerse en elogios hacia su pequeña Galia: “Es muy empática, súper divertida, es una gozada… Un regalo del cielo. Si hubiera sido por mí, hubiera tenido 10 hijos más”.