La drástica decisión de Fayna Bethencourt sobre ‘El Yoyas’
La expareja de Carlos Navarro ha decidido alejarse del foco mediático, sobrepasada por los últimos acontecimientos relacionados con el exconcursante de ‘Gran Hermano’.
Fayna Bethencourt ya no puede más y ha decidido alejarse del foco mediático, sobrepasada como está por los últimos acontecimientos sobre el paradero de Carlos Navarro, más conocido como El Yoyas, tras su paso por la segunda edición de Gran Hermano, donde la otrora pareja se conoció, y fruto de cuya relación nacieron dos hijos.
De acuerdo con la información de Saúl Ortiz en Fiesta, la canaria habría decidido dar un paso atrás y alejarse por un tiempo del foco mediático, desbordada por no poder hacer nada para ayudar a la detención de su expareja, quien lleva más de cuatro meses en busca y captura por no atender al requerimiento del Juzgado de Paz de Vilanova del Camí para entrar en el centro penitenciario voluntariamente después de que el pasado noviembre el Juzgado Penal número 5 de Las Palmas de Gran Canaria ordenase su ingreso en prisión para cumplir una pena de cinco años y ocho meses por un delito de maltrato habitual y lesiones a su expareja y los dos hijos que tienen en común.
“Lo que está pasando está empezando a pasarle factura y me ha explicado que lo está pasando francamente mal, que la idea de creer que su torturador está escondido en una casa y no poder hacer nada para detenerle le ha provocado un bajón anímico como hacía tiempo que no sentía”, explicaba el propio Saúl tras una conversión con ella por teléfono.
Según este, Fayna se siente abrumada y ha tomado la decisión de “no estar tan presente en los medios de comunicación y no interferir en la medida de lo posible en las labores de las fuerzas del orden”.
Relación pública
La expareja se conoció en el concurso de telerrealidad de Telecinco, por lo que Fayna Bethencourt, en una entrevista a 20 Minutos, se quejó de que la sociedad haya prejuzgado su caso. “La relación fue pública y sus comportamientos también lo fueron. Por eso tengo que soportar que muchas veces me digan ‘ya se veía venir’, como si tuviera la culpa o me lo mereciera por no salir a tiempo de esa situación. Hay mucha gente que habla desde la ignorancia, desde la falta de información. Hace falta más pedagogía para entender a las víctimas de malos tratos”.
Asimismo, al no ser detenido todavía, ya confesaba también que le resultaba muy angustioso pensar que podía aparecer en cualquier momento. “El desconocimiento, las dudas, el no saber dónde está es difícil de encajar. Cuando lo tienes localizado en un punto o sabes que está en la cárcel te da un poco más de tranquilidad”.
“En estos momentos me preocupa que pase el tiempo, se cumplan los cuatro años que quedan para que el delito prescriba y mi maltratador sea un hombre libre. ¿Qué hago si sucede eso?”, agregaba.