La curiosa paradoja del tatuaje de David Raya

David Raya llegó a Inglaterra el verano de sus 16. Aquel joven barcelonés que se había formado en las categorías inferiores de la U.E. Cornellà pisaba las islas británicas para embarcarse en la difícil aventura de ponerse los guantes y defender el arco de la portería de un equipo inglés. Así pisó el condado de Lancashire y llegó al equipo sub-18 del Blackburn Rovers, que dejaría por un intervalo de una temporada, la 2014-2015, para migrar al Southport y debutar en la quinta división inglesa.

Tras mostrarse un ‘gato’ brillante regresó a Blackburn, donde extendería su carrera por los próximos cuatro años hasta asentarse como titular en la primera plantilla y lograr convertirse en una de las piezas clave del ascenso de tercera a segunda división. En 2019 se despidió del equipo que le llevó a Bretaña para fichar por el Brentford y, tras dos muy serias temporadas, logró ascender a la Premier League. Debutó un 13 de agosto de 2021 y fue tal el impacto de aquel sueño vivido que, a sabiendas de que jamás lo iba a olvidar, quiso tatuárselo en la nuca. 13-08-21.

La realidad sobre la ficción

No fue un partido cualquiera. Su estreno en la primera división del fútbol inglés se saldó con una victoria por 2 goles a 0 frente a un Arsenal que, a pesar de rematar más veces a puerta y también fuera de la portería, no fue capaz de batir a un muro español que ya llevaba casi una década en las islas. No era un rostro nuevo y muchos se habían hecho eco de su talento en la Championship, pero sí sorprendió. Debut soñado. Y tatuaje.

Pasó esa temporada y otra más defendiendo los colores del Brentford hasta que salió cedido en el estío de 2023 al Arsenal, que se hizo con sus servicios por 27 millones de libras (31 millones de euros) y reservándose una opción de compra. Al aterrizar en Londres encontró júbilo, pero no dejaron de recordarle, hasta el punto de que se convirtió en tendencia X (Twitter, antes) y muy compartido meme en todas las redes sociales, que había fichado por un club mientras tenía tatuada la fecha en la que, precisamente, ganó a dicho conjunto. Algo insólito.

Aquel muchacho que, según ha confesado en entrevistas muy posteriores, siempre fue un apasionado del deporte y de la Premier League selló con tinta sobre su piel el capítulo en el que la realidad superó a la ficción. Y probablemente superando la visión del chico que en el verano de sus 16 conoció Inglaterra, el tiempo le hizo que la realidad también supera a la propia realidad.

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