POLÉMICA

La caída en desgracia de Joe Rogan: el nuevo enemigo público número uno

El presentador estadounidense, una celebridad gracias su podcast, no levanta cabeza desde que Neil Young le señalara por difundir información falsa sobre la COVID-19.

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(FILES) In this file photo taken on December 10, 2021, Joe Rogan introduces fighters during the UFC 269 ceremonial weigh-in at MGM Grand Garden Arena in Las Vegas, Nevada. - Rogan apologized on February 5, 2022, for his past use of racist language including the "N word" and said streaming giant Spotify had deleted some of the most offensive episodes of his show. (Photo by Carmen Mandato / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / AFP)

En las últimas semanas la fama de Joe Rogan (54) ha trascendido las fronteras de EEUU. Y no precisamente por una buena causa. La amenaza, consumada, de Neil Young de retirar su catálogo musical de Spotify si la plataforma de streaming seguía ofreciendo cobijo a Jose Rogan y su podcast de tintes negacionistas, fue el primer capítulo de la caída en desgracia del presentador norteamericano.

Hasta que el legendario músico no dio un golpe encima de la mesa, el presentador de ‘The Joe Rogan Experience’ campaba a sus anchas sustentado por un contrato muy lucrativo - 100 millones de dólares- con Spotify y una legión de seguidores que le habían aupado al primer puesto de los podcast más escuchados de 2021. Todo parecía irle a las mil maravillas a Rogan. Pero ahora mismo está viviendo una auténtica pesadilla.

Rogan, famoso por ser un humorista, protagonista de series televisivas, presentador del reality show ‘Fear Factor’ o comentarista de combates de la UFC, parecía haber salido indemne tras la huida de Neil Young a Spotify, pero a la leyenda del folk-rock se le han unido otros artistas como la cantante Jani Mitchell y, en un nuevo giro de los acontecimientos, otra artista, India.Arie, además de retirar también su música ha denunciado el leguaje irrespetuoso, de tintes racistas, de Rogan. Sobre todo por el uso de la palabra ‘nigger’. La gota que ha colmado el vaso.

El propio Rogan ha tenido que salir al paso de los comentarios negando que sea racista y que hay que tener en cuenta el “contexto” de sus declaraciones, aunque es consciente de que ahora mismo está entre la espada y la pared. “Nunca he usado la palabra como un gesto racista porque no soy racista, pero cada vez que estás en una situación en la que tienes que decir ‘No soy racista’, estás jodido, y yo claramente lo estoy”, asegura el presentador.

Y no le falta razón. Sus programas ya han causado críticas y deserciones de Spotify por difundir información errónea sobre la COVID, causando también un perjuicio económico a la plataforma, pero si además se suma a la ecuación la más minima duda sobre comentarios de tinte racista en el país del Black Lives Matter, la situación empeora.

Después de prometer que trataría de “equilibrar mejor las opiniones controvertidas” en su programa tras el anuncio de Spotify de agregar enlaces en los podcasts sobre la COVID-19 a información veraz con base científica, la nueva polémica amenaza con llevárselo por delante.

Y es que en las últimas horas Spotify ha eliminado más de 100 programas del presentador, aunque no está claro si se debe a contenidos relacionados con la pandemia o a contenidos que se refieren a su lenguaje inapropiado. O a ambos.

Desde luego, las charlas de Rogan con sus invitados, a menudo con un vaso de whisky en la mano, sobre temas de lo más variopinto, que incluyen ovnis, drogas psicodélicas, carne roja o fitness, deslizando palabrotas por aquí o por allá, como durante una conversación entre amigos, no pueden considerarse de lo más apropiadas.

Y el caso es que personalidades provenientes de todos los ámbitos se han agolpado frente a su micrófono. En 12 años, ha recibido a cerca de mil invitados -el 88% hombres, según el sitio JRELibrary-, entre ellos el fundador de Tesla, Elon Musk, que se fumó un porro en el plató; Edward Snowden, el ex analista de la NSA que divulgó documentos secretos sobre programas de espionaje de Estados Unidos; o el cineasta Oliver Stone. Pero parece que cualquier tiempo pasado fue mejor. Y puede que lo pero esté todavía por llegar.