CINE

Keira Knightley y la sexualización que sufrió en ‘Piratas del Caribe’: “Era el objeto de lujuria de todos”

La actriz ha confesado que se sintió sexualizada en la saga cinematográfica cuando solo tenía 21 años.

Actualizado a
Keira Knightley y la sexualización que sufrió en ‘Piratas del Caribe’: “Era el objeto de lujuria de todo el mundo”

Allá por 2006 salió a la luz la primera de las cuatro películas que tiene la saga de ‘Piratas del Caribe’. Una serie de películas en las que alcanzó la fama unos jovencísimos Johnny Depp, Orlando Bloom y Keira Knightley. Tres intérpretes que unieron sus caminos para un proyecto del que, el primero, ya salió a raíz de su juicio con Amber Heard, y del que ha hablado ahora la actriz, asegurando que no está muy contenta por cómo fueron las cosas.

Knightley tenía solo 21 años cuando rodó ‘Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra’. Una película que supuso para ella “toda una entrada en la vida adulta”, definiéndolo como “un aterrizaje extremo debido a la experiencia de la fama a una edad muy temprana”, asegura en una entrevista concedida a ‘Harper’s Bazaar’.

Y es que la actriz admite que llegó a sentirse sexualizada a tan pronta edad: “Elizabeth Swann era el objeto de la lujuria de todo el mundo. No es que ella no sea muy luchadora. Pero fue interesante pasar de ser una marimacho a ser proyectada como todo lo contrario. Me sentí muy limitada. Me sentía muy atascada. Así que los papeles que hice después trataban de romper con eso. No sabía cómo articularlo. Me sentía como enjaulada en algo que no entendía”.

La británica asegura que su experiencia en ‘Piratas del Caribe’ fue “agotadora”, pues además era “increíblemente dura” con ella misma porque creía que no era “lo bastante buena”: “Tenía una determinación absoluta. Era muy ambiciosa. Estaba muy motivada. Siempre estaba intentando mejorar y mejorar, que es una forma agotadora de vivir la vida”.

Acabó “agotada”

Una saga que protagonizó hasta la tercera película, recordando haber acabado agotada: “Estoy asombrada de mi yo de 22 años porque me gustaría tener un poco más de ella. Y solo dejando de ser así, me doy cuenta de lo extraordinaria que era. Pero tiene un coste: agotamiento”.

Normas