Kate Winslet, sobre las escenas de desnudos al llegar a Hollywood: “Tienes miedo de parecer patética”
La actriz ha confesado que cuando era joven le hubiera gustado tener “a alguien de mi parte”: “Me hubiera beneficiado un coordinador de intimidad”.
El cine ha dado un giro de 180 grados con el paso de los años. En la actualidad todo se mide al milímetro, todo se ensaya y se trabaja con el fin de llevar al espectador la mejor experiencia posible, y de cuidar a sus actores y actrices. Una de estas personas que ha conocido cómo ha sido la evolución en Hollywood es Kate Winslet.
La afamada actriz cuenta con varias décadas de filmes a sus espaldas, y a pesar de que es una industria no tan sana para ella, ha seguido al pie del cañón, convirtiéndose en una de las más queridas y veteranas de todo Hollywood. Un mundillo del que ha hablado en su última entrevista concedida al ‘The New York Times’, a raíz de la promoción de su nueva serie, ‘The Regime’.
Siguiendo la promoción, la intérprete de 48 años ha hablado con el medio estadounidense, donde ha abordado temas como las escenas íntimas o de desnudos, las cuales están más controladas en la actualidad, contando incluso con un coordinador o coordinadora de intimidad que protege los intereses de los intérpretes en estas situaciones.
Ella, que en sus inicios en Hollywood tuvo que llevar a cabo diversas escenas de este tipo, apunta que “me hubiera beneficiado bastante un coordinador de intimidad, cada vez que he tenido que hacer una escena de amor o estar parcialmente desnuda, o incluso para una escena de beso. Hubiera estado bien tener a alguien de mi parte, porque siempre he tenido que hacerlo por mí misma”.
Tenía “miedo a enfadar a alguien”
De esta manera, Winslet podría haber expresado las ideas que tenía para sus escenas, e incluso las quejas que también tenía: “No me gusta ese ángulo de cámara. No quiero estar aquí parada en completo desnudo frontal. No quiero que haya tanta gente en la habitación. Quiero que mi bata esté más cerca... Simplemente con pequeñas cosas así. Cuando eres joven, tienes tanto miedo de enfadar a alguien, o parecer borde, o patética por necesitar esas cosas. Así que aprender a tener una voz por ti misma en esos ambientes fue muy, muy difícil”.